sábado, 27 de mayo de 2017

RESEÑA Recuerda Aquella Vez






Autor: Adam Silvera
Título Original: More Happy Than Not
Traductor: Antonio Padilla Esteban
Editorial: Puck (Ediciones Urano), 2017
Tapa blanda con solapas, 352 págs.
Autoconclusivo
Género: Juvenil, Realista, Contemporáneo, Identidad
¿Y si pudieras borrar de tu mente los recuerdos que te impiden ser feliz?
El Bronx, Nueva York, en un futuro no muy lejano… Aaron Soto, de dieciséis años, lucha por encontrar la felicidad a pesar de las cicatrices que arrastra, tanto físicas como emocionales: el suicidio de su padre, su propio intento fallido de abandonar este mundo, una vida de necesidades y, para colmo, la inquietante atracción que siente por Thomas, su nuevo y ambiguo amigo… Con lo fácil que sería su vida si pudiera borrar las experiencias acaecidas en estos últimos tiempos y empezar de cero junto a su novia, Genevieve, y sus camaradas de siempre…
Afortunadamente, en el vecindario existe una sede del instituto Leteo, que ofrece la posibilidad de erradicar los recuerdos difíciles con un tratamiento revolucionario. Aaaron está dispuesto a olvidar a cualquier precio, sin saber que la felicidad y la infelicidad son dos caras de la misma moneda… y que el precio del olvido puedes ser demasiado alto.
Una novela que rompe moldes, con un toque futurista, que nos arrastra por una montaña rusa de sensaciones y preguntas, no todas de fácil respuesta. Una historia original y valiente sobre el olvido que ningún lector podrá olvidar.
Voy a comenzar aplaudiendo a la traducción del título, porque aunque al principio puse cara rara al ver cómo había quedado esta novela al llegar a España (no fue el caso del diseño de la portada obra del ilustrador Luis Tinoco, que me pareció tremendo), una vez que vas leyendo y sobre todo al terminar, sólo puedo decir que me gusta muchísimo más la idea que transmite el título en español que el suyo propio en el original. Y además la edición española es súper mona, llena de un montón de emojis cambiantes según sea el estado de ánimo que nos transmite lo que estamos leyendo y cómo se van combinando por toda la novela con su propio significado. Son apenas unos detallitos pero que ilustran muchísimo la historia con dos simples símbolos.
Metiéndonos ya en materia, la idea básica de la novela es que en un futuro no muy lejano (de hecho, podría ser el presente) se ha llegado a un avance “médico” que logra reprimir los recuerdos de alguna experiencia concreta o parte de la vida de una persona (por ejemplo, un familiar fallecido al que nos duele recordar, un accidente traumático, un antiguo amor…). Dicho así, la sola idea invita a reflexionar sobre la ética de esta cuestión y se nos plantea ya en la contraportada una simple pregunta: “¿El pasado te impide ser feliz?”
 
Este es el dilema del protagonista, Aaron, que por unas cosas y otras, tiene que superar un intento de suicidio propio y el suicidio de su padre. Además, a pesar de que está muy enamorado de su novia, cuando ella se marcha unas semanas del la ciudad, conoce a Thomas, un chico que va sin rumbo por la vida cambiando de trabajos, de amistades y de parejas y que vuelve sus sentimientos del revés. Cuando ni siquiera tiene claro quién es él mismo y sin soportar el rechazo de todos los que le rodean, comienza a plantearse someterse al novedoso tratamiento Leteo de la memoria, porque si no te acuerdas de que algo te duele, pues deja de dolerte.
Al comenzar a leer la voz de Aaron, me recordó sin poder evitarlo a Holden Caulfield, además de por el tono pesimista la mayor parte del tiempo, también por la forma de expresarse e ir contando su historia a través de pequeñas anécdotas que lo relacionan con todos los personajes que van apareciendo. Además, al comenzar todo tenía un aire a “Rebeldes”, de Susan E. Hinton y por toda la ambientación y el toque pandillero que tiene el protagonista, me fue inevitable no acordarme también de Ponyboy Curtis. Pero esto sólo en cuanto al principio, que todo sea dicho, me pareció un tanto lento, quizás porque al leer la sinopsis creía que el tratamiento del olvido iba a aparecer muchísimo antes en la historia y no es el caso, porque aparece de la mitad para adelante (pero confiad en mí, esto al final resulta que es un punto a su favor). Sin embargo, en cuanto hace su aparición Thomas, ese ambiente del que os hablo se va desvaneciendo y aparece algo mucho más tipo “Las ventajas de ser un marginado”.
A lo que voy es que esta novela bebe de muchas otras novelas juveniles y en ese sentido no tiene nada novedoso, porque hay muchísimas historias de adolescentes que no encajan y se siente más o menos rechazados, deprimidos y en modo “Yo solo contra el mundo”. Pero a la vez tiene algo distinto que resulta de alguna forma (nunca mejor dicho) inolvidable, porque la originalidad de la idea central para contar un problema tan extendido como el que sufre Aaron y los giros argumentales que hay a lo largo de las cuatro partes en las que está dividida la novela, convierten una trama muy sencilla en la superficie en una novela muy profunda en cuanto al fondo. Y sobre todo es una historia muy personal, de reflexiones y sentimientos en las que el protagonista es el personaje absoluto encargado de transmitirnos tanto sus desgracias como sus alegrías, sus inseguridades y sus certezas. Así que es normal que encontremos muchísimos párrafos de texto en los que Aaron nos narra sus vivencias, y también numerosos diálogos con otros personajes en los que debemos leer entre líneas porque no siempre se están diciendo lo que de verdad piensan o sienten.
Con una sencillez abrumadora, Adam Silvera plasma una realidad demasiado frecuente en muchas personas, sobre todo jóvenes, que tratan de buscar su propia identidad y sentirse aceptados por quiénes son (no por cómo son). A través de la primera persona del narrador, Aaron, es imposible no sentirse identificados en algún pasaje, situación o conversación a lo largo de la novela, porque a pesar de que la historia gira sobre todo en torno a la identidad sexual de Aaron, los muchísimos temas que se tratan (amistad, familia, recuerdos, traumas, relaciones sinceras…) hacen que de una manera o de otra te emociones por la cercanía de las situaciones. “Recuerda aquella vez” es una novela que en realidad no trata del rechazo de los demás hacia una persona por la condición que sea, sino del propio rechazo de uno mismo. La historia de Aaron nos enseña que más importante que los demás nos acepten, es aceptarnos a nosotros mismos y a partir de ahí, cada uno puede aprender a ser feliz sin pensar en esa felicidad como la meta, sino más bien como el camino (como se suele decir).
Al terminar esta novela queda un sabor agridulce que va a permanecer mucho tiempo en mi memoria (otra vez, qué irónico) y seguramente recuerde historia como una de las más conmovedoras (no en el sentido romántico ni bonito, sino que remueve conciencias) que he leído. Sinceramente espero que se convierta en una novela de culto para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) que pueden encontrarse en etapas de la vida en que no todo es felicidad. De verdad, una historia que puede gustar a todo tipo de lector, que debería ser lectura recomendada en los institutos de muchos países e incluso sería un regalo perfecto para abrir muchas mentes.
Si no me equivoco, Adam Silvera está a punto de publicar su segunda novela y sólo espero que también llegue a publicarse en España, porque me ha convencido tanto su forma de escribir como su forma de contar la historia. Ha sido todo un descubrimiento del que estaré muy pendiente a partir de ahora, ya que me ha demostrado que no hace falta contar una historia bonita ni feliz ni divertida para poder trasmitir un mensaje de lo más esperanzador.
*Muchísimas gracias a Puck (Ediciones Urano) por el envío del ejemplar y haberme dado la oportunidad de disfrutar de esta joyita juvenil.
 *Portadas originales americanas
¿Conocíais esta novela?
¿Borrarías vuestros recuerdos dolorosos para ser felices?

domingo, 21 de mayo de 2017

RESEÑA El Sendero a Oeria



 
Autor: Alex S. Agüera
Editorial: Punto Rojo Libros, 2016
Tapa blanda / ebook, 474 págs.
Autoconclusivo
Género: Middle Grade, Juvenil, Fantasía, Aventura.
«Tu destino está escrito en esa carta. . .»: Esas fueron las últimas palabras que Erien Larhan, un joven de diecisiete años, escuchó en el lecho de muerte de su padre. En la carta mencionada, descubre que él realmente pertenece a un mundo llamado Oeria. Cierto día, un misterioso chico llamado Kai, se presenta en su casa alegando que él es el encargado de llevarle hasta su nuevo mundo.
A partir de ese instante la vida de Erien cambia por completo, y es inmerso en un emocionante viaje en el cual nada es lo que parece. Tras unos acontecimientos, descubre que su acompañante es alguien con unas capacidades increíbles y a la vez aterradoras. Oeria es un mundo que desborda fantasía y peligros a partes iguales, y que pondrá a Erien a prueba; llevándole hasta el límite de hacer cosas que jamás habría podido imaginar.
Llevaba meses viendo esta novela por diferentes redes sociales y canales y desde que leí su argumento me había llamando la atención porque soy muy fan de las novelas juveniles en las que los protagonistas viajan a otros mundos como Narnia o Idhún (quitando un par de excepciones como El mago de Oz y Alicia en el País de las Maravillas, pero ese es otro tema), así que ni me lo pensé cuando el autor me propuso leerla. No había leído reseñas anteriormente ni conocía a nadie que se lo hubiera leído, así que como siempre, iba bastante a ciegas. Y nada más terminar, debo decir que la novela me dejo un poco templada.
Me explico. Según iba leyendo me ha resultado en todo momento muy entretenida pero sin llegar a engancharme del todo, me ha parecido muy original pero siempre con la sensación de haber leído libros similares, no sé si me entendéis. Así que como ha sido un continuo tira y afloja, la conclusión a la que llego es que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero no os voy a dejar elegir (¿primero noticias malas o primero noticias buenas?), comenzaré comentando lo que creo que pesa más en el caso de esta novela y por último señalaré con cuidado los puntos que me han parecido mejorables, intentando explicarme bien.
La historia comienza cuando al morir el padre de Erien, le deja una carta explicándole que en realidad no pertenece a nuestro mundo, si no a otro llamado Oeria, en el que sin saberlo, vive también su hermana. Con la misión de ir a buscarla y con la ayuda de Kai, un misterioso chaval que dice provenir de Oeria, Erien parte hacia allá a través de un portal mágico. Hasta aquí hay muy poco que diferencie a esta historia de otras muchas con comienzos similares porque se me ocurren bastantes paralelismos (por ejemplo The Iron King, de Julie Kagawa, además de las que os he comentado, Las Crónicas de Narnia o Memorias de Idhún).
Aún así, hasta aquí las similitudes de Oeria con otros mundos, porque una de las cosas que más me han convencido ha sido desde luego la ambientación. Creo que es su punto más fuerte, teniendo en cuenta que el world building nunca es fácil y para un escritor novel es un reto admirable. En el caso de Oeria, me ha parecido súper original porque yo de entrada creía que me iba a encontrar con una historia de fantasía épica a la vieja usanza, ya sabéis, con su mapa con reinos, montañas, ríos, caminos y bosques. Pero para nada. No sólo combina lo mejor de esas historias de viajes a otros mundos tipo Narnia, sino que además lo mezcla con lo mejor de los urban fantasy, añadiendo combates con poderes y elementos mágicos junto con la ciencia y la tecnología, de forma que el resultado es un mundo fantástico pero avanzado tecnológicamente.
Este matiz es otro de sus puntos fuertes: la magia. Aquí realmente no es magia como tal, sino que se trata más bien poderes a lo X-Men combinados muy bien con escenas de acción en ambientes tan distintos como una especie de instituto para jóvenes con talentos (muy Profesor Xavier) y a la vez una especie de antigua orden como si fueran Jedi, con su jerarquía, sus maestros y sus mandamases, que va reclutando a estos jóvenes y con los que Erien, el protagonista de la novela, va descubriendo poco a poco su propia historia. Y esta historia y cómo la va descubriendo Erien (que además debe fingir que conoce todo a su alrededor para que nadie lo tome por loco si dice que viene de otro mundo), realmente gusta, entretiene y hace que este libro seguro lo disfruten los lectores más jóvenes, porque tiene muy buenos ingredientes para ser una novela juvenil a tener en cuenta. El tema de los combates lo he disfrutado muchísimo, porque además había veces que me recordaban a los Pokémon cada vez que lanzaban algún ataque con nombre propio. Aunque como os decía, a mí me ha gustado pero sin tener esa necesidad de leer lo que pasaría a continuación, es decir, que me ha faltado el componente adictivo que me gusta en las historias para que me encanten.

Sin embargo, creo que más allá de la buena trama y de la ambientación tan genial que tiene Oeria, la novela en sí misma adolece de varios puntos negativos que estoy segura de que se deben a que se trata de una primera novela de un autor novel, así que tanto para que sirva a modo de pinceladas para el propio autor como para que los lectores vayáis avisados, voy a intentar sintetizar y argumentar esos pequeños puntos flojos que considero que me han fallado al ir leyendo.
El primero de ellos es la predictibilidad, y creo que esta es la causa de que no tenga ese componente adictivo que os comento, porque ya supones lo que va a pasar y no sientes necesidad de seguir leyendo un capítulo más. Casi desde el momento en el que ya están todos los personajes presentados y se han relacionado un poco entre sí y con su historia personal: 1. Se sabe con quién va a acabar cada uno de ellos, 2. Se sabe quién es quién (teniendo en cuenta por ejemplo el principal motivo por el que Erien viaja a Oeria), 3. Se deducen los pequeños misterios que tiene cada personaje con su historia (el caso de Kai y la muerte de sus padres). Estas cosillas que se supone que deben ser pequeños plot twists, al esperártelos pierden su propio efecto y además va confirmando cosas al lector sin que tenga que pensar demasiado. Aunque esto, claro está, es muy subjetivo, porque dependiendo del tipo de lectores que seáis tendréis más o menos capacidad de iros esperando cosas a medida que leéis..
Otro aspecto que me ha rechinado bastante ha sido la personalidad de los personajes. Siempre digo que una novela con una trama sencilla pero con unos personajes bien construidos y definidos gana muchísimo más que al revés, ,personajes planos y una trama genial. Pues viéndolo con perspectiva, creo que esta novela estaría en el segundo caso. Para empezar hay muchísimos personajes, y comprendo que es muy difícil definirlos perfectamente a todos sin que alguno quede diluido entre tanta gente. Pero lo que me ha fallado a mí son cosas más generales. Por ejemplo, sólo fijándome en los jóvenes protagonistas, no me cuadraban muchas de las cosas que hacían o decían, por sus edades. Teniendo en cuenta que todos tienen alrededor de 16 años o algunos un poco más mayores, en algunos momentos, sobre todo a través de los diálogos, me daban la sensación de tener unos 12, tanto en expresiones como en reacciones.
Claro, si este matiz lo unimos a la personalidad ya en sí de los chavales, me he encontrado con que las relaciones entre los personajes son muy simplonas, en el sentido de que son como muy forzadas y en algunos casos poco creíbles. Primero por la velocidad a la que van: en apenas una semana Erien pasa de decirle “Te amo” a una chica a decirle las mismas palabras a otra, y no un “Te quiero” o “Me importas”, o “Me gustas”, si no palabras mayores. Y segundo por los diálogos que tienen entre sí, que realmente no transmiten sentimientos, casi transmiten hechos (por ejemplo, en el caso de Erien y Janice, el chico tiene que dejar claro en varios diálogos que “ha conectado” con ella”, porque en realidad no se trasmite en la narración).
Otro problema que he tenido ha sido el de “demasiada paja”. Hay bastantes pasajes que me han parecido totalmente sobrantes, como por ejemplo el inicio (antes de que Erien viaje a Oeria) con todo el tema de sus dos mejores amigos, simplemente porque carece de relevancia para todo lo demás. También a lo largo de su viaje hasta la capital de Oeria, como su encuentro con la chica del bosque y su padre, son escenas que en realidad no aportan nada a la trama y que hacen que el inicio de la acción se retrase hasta que Erien llega al lugar que de verdad importa para la historia y donde se desarrolla lo importante. En realidad esto no tiene por qué ser algo negativo pero sí que resta ritmo al comienzo de la novela, que por otro lado, en cuento se acelera y Erien empieza a conocer al resto de chicos con poderes, es bastante agradable de seguir y se mantiene constante hasta el final.
En definitiva, es una novela muy entretenida con muy buena ambientación y una trama que te gusta sin casi poner esfuerzo. Pero se nota que es una primera novela y aunque la idea en general está muy bien planteada, tiene fallos de ejecución en cosas muy concretas como he comentado, pero que sinceramente creo que a los lectores más jóvenes les pasarán inadvertidos porque al fin y al cabo, la historia entretiene y se deja disfrutar.
*De nuevo, muchas gracias a Alex S. Agüera por confiar en mí para leer su novela y haberme cedido un ejemplar para poder reseñarla.
¿Conocíais esta novela o a su autor?
¿Os gustan las novelas de viajes fantásticos?