Autor:
Jordi Sierra i Fabra
Editorial:
HarperCollins Ibérica, 2018
Tapa
blanda /ebook, 320 págs.
Autoconclusivo
Género:
Thriller, Policíaco, Misterio
Una mujer es arrojada de noche al río Llobregat, cerca
de su desembocadura. Está desnuda, ha sido golpeada y asesinada. Es joven y
mucho más que guapa: es inquietantemente bella. Incluso muerta, su morbo es
evidente. Los dos inspectores encargados del caso pronto comprenderán que,
precisamente esa belleza, es la causa de su muerte.
Mientras la investigación comienza, tratando de
descubrir la identidad de la muerta, cinco personas se mueven por las páginas de
este thriller hipnótico y absorbente, cada una ocultando algo, cada una con su
secreto a cuestas y su culpa en el alma. ¿Cuál de ellos es el asesino?
Con una progresión climática que no da respiro, la
investigación policial y los cinco sospechos pronto van a encontrarse. Solo
entonces comprenderemos el drama de Eva y por qué ha pagado con la vida el
precio de su belleza.
Ya son bastantes los libros que he
leído de este autor, algunos de ellos reseñados en este blog como podréis ver
al final de esta opinión personal. Con sus más y sus menos, todos sus libros me
han gustado, tiene novelas de temáticas muy diversas y siempre me sorprende
cambiando de un estilo a otro, moviéndose con destreza entre distintos géneros
(tiene cifis, urban fantasy,
distopías, romántica…) y dirigiéndose a un público más juvenil o más adulto. En
este caso estamos ante una novela policíaca al uso, apta para todos los
públicos y con un caso por resolver bastante convencional. No hay apenas nada
innovador en cuanto al tipo de novela que se trata pero lo que cuenta es que cumple
la función de mantenernos alerta hasta la resolución final y, mientras tanto,
entretenernos haciendo teorías sobre los distintos sospechosos. Con tal de que
no sea una trama predecible, yo personalmente a este tipo de libros no les
exijo mucho más que estén bien escritos y bien ejecutados.
El caso principal que la policía debe
investigar se centra en la protagonista absoluta de la novela, la víctima de la
portada, esa Laura Palmer azulada encontrada en un río y envuelta en una manta,
que hasta en la muerte y la descomposición es capaz de arrancar suspiros a
todos los hombres que la rodean en su desnudez. Como víctima en vida es muy
difícil empatizar con ella: chica guapísima que hace con los hombres lo que
quiere y cuando quiere utilizando como única arma su belleza para ir escalando
puestos en la vida. Con una carta de presentación como esta, casi se podría
decir que alguien así iba a acabar mal en algún momento si el hombre equivocado
se fijaba en ella o si no aceptaba que ella fuera un alma libre, en todos los
sentidos. Sin embargo, poco a poco se va desgranando el verdadero retrato de esta
chica de familia desestructurada y vida inestable, rodeada por varios
personajes secundarios que solo pueden pensar en la palabra “morbo” cuando la
ven. Esta idea es recurrente en toda la novela: la víctima era guapa, muy
guapa, muy sensual y deseada por todos solo por su espectacular físico. No es
una idea que me moleste en este caso teniendo en cuenta el tipo de novela que
es porque al fin y al cabo da juego para uno de los móviles más frecuentes en
los asesinatos: el crimen pasional.
El libro está narrado en tercera
persona pero con una estructura general curiosa, ya que en el primer tercio
asistimos a varios capítulos nombrados por la función de cada personajes (el
preso, el padre, el político…) y desde su punto de vista vamos intuyendo que
relación les unía con la víctima, vamos poniendo nombres a los distintos
hombres que rodeaban a la chica y se pone en marcha la maquinaria policial que
apenas tiene información al empezar. A continuación, en el segundo tercio, el
libro sigue la investigación propiamente dicha de la mano de los dos policías
encargados del caso, se van entrevistando con los sospechosos y resulta una
novela policíaca de lo más convencional, con la que simplemente tenemos que
dejarnos llevar por el curso de los acontecimientos y los descubrimientos que
van haciendo. Por último, la parte final retoma la estructura de los capítulos
por personajes cuantos más datos tenemos de todos ellos y de su verdadera
implicación en la muerte de la chica que les hacía perder la cabeza a todos. Sin
embargo, en cuanto a construcción de esos mismos personajes, podemos decir que
es una novela plana, aunque tampoco requieren mucha profundidad porque solo
cumplen la función de sospechosos para ser descartados o investigados más a
fondo, pero no necesitamos más historia personal suya que la que los une con la
víctima, al menos, en este tipo de novela tan sencilla y cortita.
La lectura es muy ágil, muy rápida y
muy dinámica, como todos los libros de Jordi Sierra i Fabra, porque su estilo
personal le permite ir construyendo una novela prácticamente toda con diálogos,
sin apenas interrupciones de párrafos descriptivos más allá de lo necesario y
sin acotaciones entre las conversaciones. Además de ser una novela corta, con
este sistema se hace más corta aún, porque los capítulos apenas ocupan 3 o 4
páginas cada uno de constantes diálogos entre personajes, así que la velocidad
de lectura es vertiginosa y el libro se puede leer en unas horas muy bien
aprovechadas. Es algo a lo que ya me tiene acostumbrada este autor y una de las
características que más me gustan de él y por eso, aunque las tramas sean
sencillas, consigue mantenerme enganchada por muy pocas páginas que tenga la
novela. A pesar de ser parco en descripciones, tiene una forma de presentar a
los personajes con la que no necesitamos mucha profundidad en ellos porque los
vamos conociendo a través de sus interacciones y lo justo y necesario para lo
importante aquí, muy al estilo de novelas policíacas clásicas en las que casi
que las descripciones van surgiendo en medio del interrogatorio de la policía y
con eso es suficiente.
Sin embargo, la única pega que le
pongo es la resolución del caso: precipitada, abrupta y mal justificada, a mí
entender. El misterio y el tipo de trama daba margen para un caso algo más
rebuscado y para un final algo más impactante, pero que a mi parecer se ha
quedado en una forma de tantas de cerrar el caso, sin saber realmente el motivo
del crimen cuando había otros bastante más verosímiles y con mayor interés, y
sobre todo la manera de llevarlo a cabo, en el mismísimo epílogo de la novela,
a modo de espectadores externos, con un corte de escena como si se tratara de
un fundido a negro, un coitus interruptus
un tanto insatisfactorio. También es verdad que al estar esperando algo que me
dejara más en shock, no he visto
venir ese final, aunque no quiero decir con ello que no sea previsible, es solo que yo
no imaginaba que fuera algo tan evidente, no sé si me explico. Aunque viendo la
historia en su conjunto tampoco es algo que le haya desmerecido porque he
disfrutado de cada página de esta novela corta.
6/10
En
resumen, otra novela de este autor veterano que se añade a mi lista de
recomendaciones tanto para habituales de este género como para exploradores. Se
lee rápido, entretiene mucho, hay sospechosos suficientes donde poder elegir
culpable, la víctima y su construcción son fascinantes y la investigación lleva
un ritmo muy adecuado para que no podamos aburrirnos en ningún momento, aparte
de que esto resultaría difícil dada la extensión de la novela. Por mí parte es
una recomendación clarísima que aunque no entre dentro de mis favoritos de este
autor, me anima muchísimo a seguir con alguna otra de sus novelas de este
estilo.
*Por
último, muchísimas gracias a HarperCollins por el envío del ejemplar.
Otros libros del autor reseñados en
el blog
¿Habéis leído otras novelas de
este autor?
¿Os gustan los thrillers con asesinatos de por medio?