viernes, 23 de julio de 2021

RESEÑA Ojos de Hielo y Piel de Nieve


Autora: Irene Romo
Autopublicado, 2020
Tapa blanda / ebook, 151 págs.
Serie Ice #1 (Volumen Independiente)
Género: Romántica, Juvenil, New Adult, Realista, Contemporánea

Hace años que la mirada de Nora se volvió fría como el hielo por culpa de las pesadillas, los malos sueños y recuerdos espantosos que se cuelan en su mente por las noches y no le dejan descansar, mucho menos ser ella misma cuando está despierta. Excepto en presencia de alguien.

Hace años que Bianca dejó a un lado lo que más amaba por un fallo, un error minúsculo que la empujó hasta un pozo de autodestrucción y compadecencia en el que prefiere esconderse, ocultarse tras una capa de miedo y decepción y ser invisible a ojos de todos sus compañeros. Excepto de una persona.

Hace años que ambas han decidido dejar que la vida pase sin más por ellas y olvidar lo que es ser feliz y sentirse comprendido, arropado y escuchado por alguien con un pasado tan oscuro y unos fantasmas tan feroces como los suyos.

Quizás os suene el nombre de Irene Romo porque es una de las autoras de romántica young adult que tiene un hueco en el catálogo de Kiwi Ediciones o de Harlequín Ibérica. En este caso se ha animado también con la autopublicación de esta novela corta y tan invernal. Ojos de hielo y piel de nieve es la historia de dos chicas muy diferentes entre sí pero que se complementan estupendamente. No llevaba ninguna expectativa en concreto con esta historia, simplemente ya había leído alguna otra novela de la autora y sé que me entretiene porque sus tramas son encantadoras, sencillas y se leen rápido, así que con que me encontrara eso en esta novelette me bastaba para sentirme satisfecha y así ha sido.

Las dos protagonistas son Nora y Bianca, que tras conocerse poco a poco van convirtiendo una relación de amigas por casualidad y polos opuestos en algo más. Paulatinamente van construyendo algo muy bonito basado en el apoyo mutuo y en la sororidad. Ambas me han encantado y me han caído muy bien, porque son muy distintas y tienen personalidades muy definidas. Si acaso, me quedaría con Bianca si tuviera que elegir, quizás porque he empatizado más con ella pero por nada en especial. Bianca intenta pasar desapercibida ante todos, ya que arrastra un pasado que le influye en su manera de relacionarse con el mundo en la actualidad. Sin embargo, tengo que reconocer que ese fallo del que habla la sinopsis me ha parecido un tanto exagerado, sin ánimo de menospreciar los traumas personales de cada uno, pero creo que en ficción se pueden acentuar más los hechos para justificar mejor la psicología de un personaje como es Bianca, una adolescente que se ha aislado del resto de sus compañeros de forma “voluntaria” por algo que (cree que) hizo mal. Incluso así, ha sido fácil ponerme en su piel a nivel cotidiano y también ver cómo poco a poco va saliendo de ese pozo en el que se ha tirado ella solita por culpa de sus pensamientos.

Por su parte, Nora tiene un carácter algo más arisco y en apariencia está hecha de otra pasta por las circunstancias que le ha tocado vivir, como adolescente que ha pasado por varias casas de acogida. A mí ese tipo de historias personales me motivan muchísimo a la hora de cogerle cariño a un personaje, porque esa falta de hogar o de raíces convierte a Nora en alguien a quien admirar por salir adelante en esa difícil situación y más a su edad. Algunos datos por parte del entorno de Nora me han chocado muchísimo (como la edad y la situación de su madre de acogida, por ejemplo), que aunque no son mucho, me ha restado algo de realismo respecto a esta rama de la historia. Por otro lado, hay algunos detalles que creía que se iban a desarrollar algo más, pero la verdad es que la extensión de la novela no ha dado para más para conocerlas tan a fondo como me hubiera gustado, al menos por separado. En cambio, la relación entre ambas sí que queda muy bien construida y no he notado en ningún momento que se haya vuelto acelerada por el escaso número de páginas. La química entre las dos chicas es innegable y ver cómo poco a poco se van conociendo y queriendo me ha mantenido pegada al libro, como el aliciente principal para que la historia pueda enganchar en tan poquito espacio.

La ambientación es muy típica de las historias juveniles de instituto, puesto que muchas de las escenas transcurren en los propios pasillos llenos de taquillas y otras muchas en casa de una u otra de las protagonistas, con o sin presencia parental. En este sentido, no tiene escenarios demasiado elaborados que requieran grandes descripciones, así que eso que nos ahorramos tener que leer porque y ya lo tenemos en nuestras mentes, lo que también reduce el número de párrafos sin diálogos. Todo lo demás transcurre ágilmente a través de conversaciones entre las dos protagonistas o con interacciones con los demás personajes secundarios, que son más bien pocos pero suficientes. De todas formas, tengo la sensación de que este ha sido el tipo de libro que hubiera necesitado un desarrollo más profundo en más longitud de páginas para poder salir de la historia completamente satisfecha. Aun así, leer a Irene Romo es sencillamente relajante porque su prosa es ligera, sin una densidad abrumadora aunque los temas que toque sean serios o delicados. Aquí se tratan algunos muy obvios como el desarraigo o el luto, pero también otros como la ansiedad, los traumas o el miedo escénico paralizante. Quizás esta parte más psicológica haya sido la que más he disfrutado de todo el libro, más allá de la historia de amor tan juvenil y encantadora que me he encontrado.

7/10

En resumen, para mí ha sido una lectura bonita, intensa y breve, perfecta para intercalar con otros libros más extensos o más pesados en cuanto a prosa. Quizás no sea el título más veraniego que vayáis a encontraros estas fechas pero os aseguro que el título es circunstancial y que puede ser una lectura para cualquier época del año. Por mi parte, Irene Romo siempre será una buena recomendación si sois asiduos al género romántico young adult o juvenil en general, pero esta historia en concreto me parece perfecta para empezar a leerla como autora ya que, aunque sea cortita, tiene todo lo que la caracteriza: una relación preciosa, respeto y cariño por todas partes, traumas personales por superar, una evolución progresiva de los personajes y un final emotivo. Yo no le pido más a un libro que me deja con tan buen sabor de boca y ganas de seguir leyendo a quien lo escribe.


 

 


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