Autora:
Lidia Fernández
Los últimos meses en la vida de Héctor han sido una
pesadilla de la que no consigue despertar. Sus días, grises y plomizos, se le
antojan como una niebla densa que lo ahoga, y ni siquiera la ciudad de
Barcelona puede protegerlo de unos fantasmas que son más rápidos que él.
Es imposible avanzar mientras lleve la culpa a
rastras, pegada como si fuera una segunda piel, un poco más pesada a cada paso
que intenta dar. Es imposible avanzar mientras crea que merece todo lo que
ocurrió.
Sin embargo, quizá la promesa del nuevo curso en el
conservatorio lo aliente a seguir intentándolo.
Puede que volver a dar clases lo ayude a
reencontrarse.
Puede que vivir solo de nuevo no sea tan difícil,
después de todo.
Puede que tenga que dejar de huir si quiere descubrir
la verdad tras la última partitura.
Siempre que valoro una
secuela, precuela, continuación, spin-off
o lo que sea, cualquier novela derivada de otra, intento siempre separar ambas
obras para intentar ser objetiva. Sin embargo, es muy difícil cuando se tiende
a idealizar algunas historias. Esto es lo que me pasó con Cuando acabe el silencio, que terminé tan empachada de emociones y
de admirar la prosa de Lidia Fernández, que tenía cierto miedo a que esta no
fuera suficiente para mí o, más bien, que no me provocara las mismas
sensaciones que me dejó la novela origen, porque además este spin off trata sobre uno de los
personajes que más me gustaron de aquella historia. Para que podáis leer
tranquilos mi opinión, por aquí no encontraréis ningún spoiler del anterior libro pero sí que podréis leer la reseña por
aquí si sentís curiosidad.
En este caso seguimos los
pasos de Héctor tras un revés que le da la vida, de forma que se ve incapaz de
seguir con la suya con normalidad con el lastre emocional que se ha
autoimpuesto debido a la culpabilidad del superviviente que siente cada día.
Como ya lo conocía de antes, en este libro no he necesitado una introducción al
personaje; de hecho, las primeras páginas son más bien una introducción a la
problemática que va a arrastrar durante toda la novela y que moverá el
conflicto argumental. En este sentido, quizás me ha faltado una historia más
dura, porque el duelo es algo tan natural a la vida que personalmente no lo
considero un tema tan impactante como me sucedió con Cuando acabe el silencio, con un tema mucho más delicado. Sin
embargo, el duelo mal llevado sí que da paso a historias como esta, en las que
sientes que el personaje se merece seguir adelante pero no es capaz. En ese
punto de inflexión se encuentra Héctor y es muy fácil ponerse en su lugar
cuando la pérdida de un ser querido es algo natural como la vida misma.
A su lado sigue Marina, su
mejor amiga, que lo anima a vivir, a disfrutar de cada día, a que no se
autoinflija un castigo por tiempo indefinido. Su relación es súper tierna,
familiar, muy de suspiros cuando se dan mimos mutuos… Así que me ha encantado
cada escena de ellos dos juntos, pero esto es algo que ya me esperaba, así que sopresa cero. Sin embargo, aquí la relación que acapara
prácticamente todo el libro es la de Héctor con Leo, un librero (ja, ja) muy
cuqui que poco a poco va metiéndose en su día a día y va transformando el dolor
en ilusión. Ha sido un personaje entrañable, monísimo y que se ha ganado mi
corazoncito por su forma de ser y porque compagina muy bien con la personalidad
de Héctor, así que me alegra ver la bonita pareja que hacen los dos. Sí que me
esperaba un romance de este tipo porque empiezo a entender que la autora nos da
una buena dosis de drama en sus historias pero lo suple en igual medida con un
cuquismo enorme en las parejas que va formando. Muchas de las conversaciones
que mantienen los dos chicos son ligeras y distendidas, aunque también hay
cabida para temas más trascendentes a medida que van profundizando en su
relación.
Por lo demás, el estilo de
Lidia Fernández es el mismo y de la misma calidad que ya me había mostrado en
su anterior novela, por lo que no puedo decir que me haya llevado una sorpresa
en ese aspecto. Su prosa es sencilla y muy directa, con lenguaje cercano y
mucho diálogo, aunque también toda esa aparente sencillez esconde un fondo muy
complejo, que comienza precisamente con una construcción muy elaborada de los
propios personajes, aunque en este caso Héctor, y quizás Marina también, parten
con la ventaja de que ya los conocíamos y ese peso de su construcción ya está
depositado en la anterior novela. Quizás sea lo que más me ha gustado de esta
novela, más incluso que la propia trama, porque si lo pienso con objetividad no deja de ser una historia de superación de la adversidad como podemos ver en muchas otras, pero lo que la hace especial para mí, sin duda, son los personajes tan inolvidables que nos deja al terminar.
7/10
Dicho de otro modo, me he
encontrado con una historia emotiva, muy en la línea de la anterior pero con
entidad propia, de manera que se puede leer de forma independiente, aunque soy
de las que piensa que las historias están escritas de tal manera para seguir
ese orden. Me ha encantado reencontrarme con los personajes a los que tanto
cariño cogí al descubrir a Lidia Fernández como autora, que de nuevo me
demuestra que puede volver a emocionarme con muy poco y a la vez con tanto.
*Por último, muchísimas
gracias a Ediciones Freya por el envío del ejemplar. Las ilustraciones de Héctor y Leo son obra de @laranna_art.
Otras novelas de la autora reseñadas en el blog
¿Habéis leído alguna otra
historia de la autora?
¿Os gustan las historias que
tocan temas delicados?
Hola :)
ResponderEliminarNo sé, creo que descarto, al menos de momento, su lectura.
Besos
¡Hoooola!
ResponderEliminarMe sonaba el anterior y me llamaba la atención, aunque todavía no he tenido la oportunidad de leerlo. Desde luego, las portadas son preciosas y me gusta esa combinación de drama, de duelo, de superación con romances tan tiernos ;D
Veo que el primero te gustó muchísimo más pero que este spin-off tampoco se queda atrás, sino que merece la pena, así que me alegro.
¡besotes!
¡me encantan tus reseñas!
ResponderEliminarSon muyy completas, las ilustraciones me encantan.
Decirte que a la autora la sigo en redes, pero con tanto volumen de lecturas aún no le he dado una oportunidad ajajaj.
Un abrazo
Hoia preciosa
ResponderEliminarLo conozco también por ti y por XaviBooks. Creo que es una historia de estas que traspasan, que son fáciles de empatizar y que tiene de todo para no parar de leer. Lo leería en orden para ver la evolución de los personajes
Un abrazote
¡Hola! Me alegra que lo hayas disfrutado, especialmente porque es cierto que, cuando te animas con una secuela, es normal tener ese miedo de que no esté a la altura del anterior. Qué bien que hayas conectado con los personajes y con la historia en general. Un besote :)
ResponderEliminarHola!! Pasaba para comentarte que me he unido a la iniciativa Seamos seguidores y ya te he seguido. Te dejo mi blog por aquí:
ResponderEliminarhttps://oursafeplacee.blogspot.com/
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía de este spinoff. Tengo curiosidad por leer el primero, a ver cuándo baja mi lista de pendientes, que, con lo poco que leo últimamente, no será pronto XD
❊ Leer Sin Límites ❊
Un besazo! ♥️
Este tipo de historias me gustan porque suelen quedarse grabadas en mí lo que las hace inolvidables aunque me cuesta leer este tipo de tramas sabiendo que lo pasaría mal, indagaré sobre estos libros =)
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe llama la atención este libro, el problema es que el primero por lo que tengo entendido tiene mucho drama y me tira para atrás :S
Muchas gracias por la reseña :)
Beso
Hola
ResponderEliminarTengo los libros de Lidia en la estantería y espero dentro de poco ponerme con ellos porque les tengo muchas ganas. Veo que Héctor y Marina en esta historia siguen siendo muy buenos amigos y que aparece Leo y va haciendo que, poco a poco, Héctor se ilusione. Veo que los personajes te han gustado mucho y se hicieron un huequito, además de que la forma de escribir de la autora es sencilla y que sabe como calar en el lector.
Nos leemos