RESEÑA ¡Calla, Cándida, calla!

Autora: Maite Carranza

Editorial: Loqueleo (Grupo Santillana), 2017

Rústica con solapas, 224 págs.

Autoconclusivo

Género: Juvenil, Humor, Realista, Contemporánea

Cándida tiene claro que el verano es para disfrutar en compañía de las amigas del alma. Pero sus padres la envían a un pueblecito de La Rioja donde vive su abuela. Y lo peor: acompañada de sus hermanos Gustavo y Alicia. ¡Horror! ¿Hay algo más aburrido que unas vacaciones en familia, en un pueblo convencional y lleno de moscas? Cándida cree que no podrá soportarlo hasta que descubre a una pandilla de jóvenes, y, sobre todo, a Jan, el rastas más guapo del pueblo.

Un summer love imposible. Un verano para recordar siempre.

Comienzo aclarando que no había visto ni oído hablar de este libro hasta que la editorial me ofreció leerlo. Leí el argumento por curiosidad (algo raro en mí) pero simplemente con ver que se trataba de Maite Carranza, ya me daba la seguridad de que me gustaría. El título promete risas, dramas adolescentes y la sinopsis nos aclara que la cosa va de un summer love imposible, ideal para estos meses de buen tiempo y estancias esporádicas en lugares de verano. Así que literalmente (a la portada me remito), me lancé a la piscina sin pensármelo dos veces, que hace mucho calor y me apetecía algo así de fresquito.

Cándida, la protagonista de esta novela tan juvenil, es una chica que aún no ha cumplido los 15 años y está en plena adolescencia, revuelo de hormonas y personalidad difícil de llevar por quienes la rodean. Y aún así esta adolescente de manual me ha llegado al corazoncito desde el principio. Está hecha toda una reina del drama como buena teenager que es, con sus cambios de humor constantes y sus pequeñas histerias cuando algo no sale como espera. Pero precisamente por eso Cándida es un sol de jovencita, porque si cae cuatro veces, se levanta cinco.

Una vez que se le coge el punto, esta chica pasa de ser una insoportable quinceañera a la que todo el mundo manda callar cuando da rienda suelta a sus dramatismos, a ser una adorable chica que sólo busca encajar la difícil situación en la que se ve injustamente: sus padres deciden que tiene que pasar parte del verano con su abuela en un pueblo riojano junto a sus dos hermanos pequeños. Y allí, alejada de sus amigas y sin soportar la dura vida de un pueblo pequeño sin nada más que hacer, tiene que convertir su aburrida estancia en un verano increíble  pero “creíble” para sus amigas, a las que empieza a soltar pequeñas mentiras que se enlazan unas con otras a través de su grupo de WhatsApp. Pero claro, cuando sus amigas deciden que van a ir a hacerle una visita, de la fantasía a la realidad, Cándida tiene que conseguir una pandilla de amigos, un novio perfecto y un verano de anécdotas alucinantes para que sus amigas no descubran el pastel. Así que sus expectativas para ese verano son bastante altas pero eso no la detiene de idear planes y estrategias como si fuera la Blair Waldorf del pueblo.

La cantidad de situaciones cómicas en las que se ve envuelta Cándida son la mar de divertidas y los capítulos pasan uno tras otro cuando la pobre se va metiendo ella sola en más mentirijillas por ser la chica guay del pueblo en vez de la marginada a la que sus padres han desterrado. Además, su relación con sus hermanos pequeños, el intelectual Gustavo y la deslenguada Alicia, también refleja muy bien el amor-odio que siente por sus molestos hermanitos que le impiden ser la más molona a los ojos de los demás y no dejan de ser un estorbo para su vida social de adolescente. Sus conversaciones con cualquiera de los dos suelen empezar con un “Piérdete” a bocajarro o figurado, y a partir de ahí, todo ingenio, sarcasmo e ironía para que sepan quién manda de los tres.

Lo mismo puede decirse de sus conversaciones con las amigas, sobre todo con la insoportable Cuca, su frienemy particular y la razón por la cual miente como una descarada para superar su maravilloso verano en Irlanda. La tensión que hay entre ambas y los hachazos que se lanzan son dignos de dos gladiadoras virtuales que compiten por ser la reina de la popularidad en verano. Y el resultado es tronchante porque inevitablemente una de las dos tiene que acabar haciendo el ridículo.

Ya conocía la pluma de Maite Carranza por su trilogía “la Guerra de las Brujas” pero siempre es un verdadero placer ver cómo utiliza el lenguaje más cotidiano y una narración tan sencilla que combina humor, sarcasmo y dobles sentidos entre líneas para contarnos una historia muy amena pero que te tiene enganchad@ con las andanzas de una adolescente locuela y sus triquiñuelas para ser la reina del verano. Hay muchísimo diálogo, apenas tiene descripciones y las pocas que hay hacen que se respire verano, calor, chapuzones en el agua y paseos por el monte o a caballo. Desde que lo empecé tuve la sensación de que es un libro PERFECTO para leer en la piscina o en la playa (no hay más que ver la portada, en serio, toda una novela plasmada en una ilustración).

Por si fuera poco, si tenéis la suerte de vivir o veranear en un pueblo, seguro que os sentiréis muy identificados con prácticamente todo lo que se cuenta como trasfondo: los cotilleos en los pueblos, la familiaridad con los vecinos, las pandillas de verano, las noches de fiesta de pueblo en pueblo hasta bien entrada la madrugada o los concursos organizados por las abuelas del pueblo (maravillosa la escena de la amigas de la abuela haciendo una tortilla de patatas). Y esto son sólo pequeñas perlas de lo que esta novela nos ofrece porque es un canto a la vida rural española, a los amores adolescentes con fecha de caducidad, a los planes con amigos y mucho tiempo libre y sobre todo, es un homenaje al verano.

En definitiva, una recomendación perfecta para leer en esta época del año, que me ha llegado en el momento justo en que más calor hace y cuando mejor se disfruta leyendo este tipo de historias. No he podido soltarlo desde que lo empecé y eso que yo soy de ir intercalando muchas lecturas, pero no pude, aparqué todo porque necesitaba esta frescura entre tanto calor. Tiene todos los elementos necesarios para que guste a lectores desde los 14 años o que tengan el doble: humor, amistad, ligoteo sano, piques por ligoteos insanos… Una combinación adictiva.

*Por último, muchísimas gracias a Loqueleo (Grupo Santillana) por la amabilidad que han tenido enviándome un ejemplar y permitirme disfrutar de esta refrescante lectura de verano.

¿Habéis leído anteriormente a Maite Carranza?

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