Autora:
Inma Cerezo
Editorial:
Phoebe Romántica (Ediciones Pàmies), 2017
Ebook, 273 págs.
Autoconclusivo
Género: Romántica,
Contemporánea, Realista, Erótica
Nathan, una vez superados sus errores del pasado, ha
dejado atrás lo que es más importante para él: Los Ángeles, su familia, sus
amigos y su grupo de rock. Se refugia en la universidad, y lo único que le
llena es seguir componiendo canciones.
Leah está a punto de empezar la facultad, y cree que
esta nueva etapa, en otra ciudad, con nuevas amigas y junto a sus hermanos,
será emocionante…, pero estos últimos no tienen pensado perderla de vista,
sobre todo si ven algún roquero tatuado revoloteando a su alrededor…
Ambos se encuentran en un presente plagado de
desconfianza y ante un futuro que parece negarse a darles la oportunidad de
estar juntos, pero… ¿y si el destino tuviera otros planes?
No hace falta
decir que lo primero que atrae de esta novela es el buen rollo que transmite
esa chica con la guitarra eléctrica sobre un fondo rojo chillón. Sólo por ese
atrevimiento en el diseño editorial quise leerla, porque lo cierto es que
aunque había oído el nombre de Inma Cerezo por otra novela anterior, nunca me
había dado por apuntar su nombre para ver qué tal me parecían sus historias. También
influye que me encanta la música y cualquier novela que tenga toques musicales
me llama la atención de entrada, así que necesariamente tenía que darle una
oportunidad a una historia con un título tan melódico.
Lo más relevante
de El sonido de tu mirada son los
protagonistas, Nathan y Leah. Ambos tienen un carácter palpable y una historia
personal muy lograda de fondo, con pasados relevantes para lo que viven ahora
en el presente y con una personalidad sólida que hace que lleguemos a
conocerlos muy bien al terminar de leer. Empezamos conociendo a Nathan, el
cantante de un grupo venido a menos que siendo muy joven, ya ha pasado por la
trinidad de excesos del rockero: alcohol, sexo y drogas. Como el propio Nathan
reconoce: no falla. Así que en sí mismo, el protagonista masculino es un
cliché, incluidos los tatuajes, el eyeliner
y y la ropa de color negro. Aunque Nathan es mucho más, porque gracias a la
fuerza de voluntad y a su buen corazón, ha conseguido salir de esa espiral de
autodestrucción y ahora ve la vida de otra manera, y más aún cuando su nueva
motivación para ser mejor es Leah, la hermana pequeña de su compañero de grupo.
Sin embargo, y
contra todo pronóstico, me quedo con la chica protagonista. Al principio creí
que me iba a resultar un poco repetitiva, una especie de calco de otras
protagonistas de historias de amor, pero no. A pesar de ser la típica nerd con alto coeficiente intelectual,
estudiosa, responsable y la pequeña de tres hermanos, resulta que tiene un
carácter muy fuerte sin ser desagradable al lector (que a veces dar un carácter
potente convierte al personaje en una borde, una soberbia o con demasiada
seguridad en sí misma). Leah sabe lo que quiere y lo dice de forma asertiva
dejándole las cositas claras a Nathan desde un principio. Además, no se hunde a
la menor cuando, por supuesto, el chico con un pasado oscuro, que no quiere
implicarla en sus movidas emocionales, pasa de ella y se va con una barbie groupie para que Leah vea lo fácilmente
intercambiables que somos las chicas. Qué va, Leah se marca un “Tú te lo
pierdes y sin rencores” y sigue con su vida porque ella no está para estas
tonterías. La verdad es que la chica arrastra lo suyo tras un incidente con su
exnovio que casi le cuesta la vida y ahora tiene que soportar una
sobreprotección que no merece por parte de su hermano Max, como por ejemplo, su
firme oposición a que comience a involucrarse con alguien que ha tonteado con
las drogas y es un inestable emocional como Nathan.
Otro punto muy
favorable es que tiene algo que logra enganchar. Puede que sea el ritmo, los
capítulos tan cortitos o simplemente la forma en que se expresan todos los
personajes, pero la verdad es que crea adicción. De nuevo, repito, la novela
romántica me suele gustar en general, pero para llegar a engancharme tiene que
tener algo más porque normalmente suelen ser historias que empiezo a leer
diciendo “Ya sé más o menos como acaba”, lo que me impide muchas veces querer
leer o saber más. No ha sido el caso. Incluso aunque el romance empiece
demasiado pronto para mi gusto, he leído porque me gustaban las voces
narradoras de Leah y Nathan y las escenas en que se encontraban, con sus
pensamientos tan realistas y con sus reacciones bastante logradas para esas
situaciones.
Por otro lado,
quien esté buscando una novela cargadita de erotismo, esta es la novela que
debe apuntar porque quedará bien satisfech@, porque la cosa empieza bien
calentita desde los primeros capítulos. Las escenas eróticas son MUY eróticas,
pero más que ser simplemente escenas de sexo explícito lo que de verdad crea el
ambiente es el morbo entre los dos personajes con ese lenguaje subidito de tono
y pensamientos muy calentorros. No es que sean muchas pero creo que sí están
las necesarias para no llegar a convertir la novela en nada más que eso. Si yo,
que no soy fiel lectora de la novela erótica como tal, he disfrutado de estas
partes de la historia, imagino que para quien sea asidu@ de este género romántico
va a tener todo lo necesario para no querer soltarla.
Como acabo de
comentar, si acaso lo único que a mí me ha restado un poco de interés según
leía es que se trata de un romance bastante rápido en el sentido de que la
relación empieza un pelín pronto para mi gusto, (que no es instalove, ojo, porque en este caso ya se conocen gracias a Max, el
hermano de Leah y compañero de Nathan y tienen más gente en común, así que no
se acaban de ver en el primer capítulo). A veces no me importa, pero en este
caso, una vez que ya se afianza la relación, sólo resta ver las complicaciones
que tienen para confiar el uno en el otro y demás baches que puede tener su
amor desenfrenado. Obviamente esto no es algo negativo, es sólo mera cuestión
de gustos, que yo prefiero relaciones más pausadas pero como digo, me suelo
enganchar fácilmente a estos torbellinos de pasión cuando la autora sabe
manejar la situación.
Por si fuera
poco, no todo es amor en esta historia porque la amistad y el amor también son
componentes que están muy presentes en toda la novela y encima, por parte de
ambos protagonistas. Las familias de Nathan y Leah son muy diferentes entre sí e
interactúan con ellos de formas muy distintas. Por parte de ella, sus
sobreprotectores hermanos, sobre todo el mayor Max, que además tiene su propia
cruz con las responsabilidades familiares en el rancho de campo que tienen (e
incluso su propia subtrama de romance). Mientras que por parte de él nos
encontramos a su abuela y a su hermana, que resultan ser entrañables y que son
parte de los motivos que ayudaron a Nathan a salir del pozo en el que se
encontraba. Y como decía, también los amigos de ambos (Kyle por parte de Nathan
y Brenda y Amanda, las amigas de Leah) nos regalan casi las mejores escenas
porque sus relaciones son muy realistas y todos estos personajes secundarios son bastante solventes amenizando los dramas sentimentales de los protagonistas con
un tono muy natural.
Por lo demás,
Inma Cerezo desde luego es una autora a tener en cuenta a partir de ahora,
porque tengo que reconocer que más que la propia trama en sí, si he conseguido
disfrutar mucho de esta novela es gracias a cómo ha construido a los
protagonistas, a cómo les ha dado un trasfondo muy interesante y sobre todo, a
cómo ha decidido narrar la historias desde ambos puntos de vista y con una
forma muy pero que muy directa, con lenguaje coloquial que no escatima ni en
palabrotas, con diálogos inteligentes y con conversaciones a veces cómicas. Todo
ello hace que sea una lectura muy adictiva porque las escenas entre ambos
personajes se suceden continuamente con esas chispas saltando por todas partes,
con tramas y subtramas muy bien perfiladas, trasfondos interesantes para casi
todos los personajes y buenas personalidades remarcadas para que consigamos
conectar con todo lo que les va ocurriendo. Y no se me olvida comentar un
detalle que, personalmente me ha encantado: la playlist final con los títulos de los capítulos que coinciden con
muchísimas de mis canciones y grupos favoritos, porque obviamente esta novela
se lee a ritmo de rock y con la misma intensidad.
Termino
resumiendo un poco mi opinión, una historia atractiva y adictiva que pese a
tener algunos de los tópicos del género, los sabe utilizar en su favor para
ofrecernos una novela amena, con personajes protagonistas y secundarios que
seducen con sus tramas personales desde los primeros capítulos y que
seguramente logrará encandilar a cualquier habitual de novela romántica. Una
lectura ágil que ayuda a desconectar muchísimo de historias más densas (como ha
sido mi caso) y que al terminar te deja con una sonrisa pese a todos los dramas
que puedan ocurrir en sus páginas. Una novela y una autora a tener en cuenta a
partir de ahora, hacedme caso.
*Para terminar,
muchísimas gracias a Phoebe Romántica porque haberme cedido un ejemplar de
cortesía para poder disfrutar de la
historias.
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