RESEÑA El Gran Sueño

Autor: Jordi Sierra i Fabra

Editorial: Loqueleo (Santillana), 2018

Rústica con solapas, 576 págs.

Autoconclusivo

Género: Juvenil, Histórica, Aventura, Romántica

Primavera de 1881. En el Odisea, un barco que parte de Barcelona con destino a Nueva York, se cuela como polizón Alberto, un muchacho sin familia ni dinero. Entre los pasajeros de tercera clase, que viajan en condiciones deplorables, se encuentra un matrimonio de pequeños comerciantes arruinados, que aspiran a una nueva vida, Joaquina y Ventura, con sus dos hijas adolescentes: Leonor y Mercedes.

Con la misma intención, y huyendo de la justicia, viaja Ricardo, junto con su esposa, Concepción, y su hijo Gerardo. Otro pasajero, Narciso Redolat, quiere encontrarse con Enriqueta, hija única de un próspero comerciante catalán de tejidos con quien se ha casado por poderes. Todos emigran a Norteamérica con la perspectiva de encontrar un futuro mejor.

Durante la travesía surgirán amistades, rivalidades, amores... Pero en Nueva York resulta muy difícil sobrevivir sin dinero y los sueños cada vez parecen más lejanos.

Tratándose de Jordi Sierra i Fabra siempre voy muy tranquila cuando me lanzo a leer cualquiera de sus novelas porque la experiencia que tiene este autor de renombre viene avalada por las decenas de historias que tiene publicadas no sólo en nuestro país. Muchas no las he leído (tiene demasiadas y no todas me llaman la atención) pero sí las suficientes como para saber que escribe con calidad tanto en forma como en fondo. Creo que es la primera novela histórica que leo de él, al menos que recuerde, y además tratándose de una nueva publicación, no podía decir que no cuando me la propusieron desde la editorial. Sólo hay ver ese magnífico trabajo de diseño de la cubierta para enamorarse por completo de esta historia de sueños por cumplir que parte de Barcelona en un transatlántico llamado “Odisea” y que tiene como destino la Nueva York de finales del siglo XIX. ¿Cómo no voy a querer leer algo así con estos elementos como punto de partida?

En esta novela hay un rasgo que me encanta encontrarme en las novelas de aventuras: muchos personajes. En realidad, no son tantos pero para mí, cuando hay más de dos principales cuyas tramas son relevantes, ya son bastantes personajes. Aunque tengo un claro favorito, todos se han llevado un pedacito de mi corazón por unos motivos u otros. No os asustéis porque no son más que los que aparecen en la sinopsis, pero todos son protagonistas de su propia historia y no os revelo nada si os los presento un poquito más. Por una parte, tenemos a Leonor y Mercedes, dos hermanas de la alta sociedad barcelonesa que parten con sus padres en busca de mejor fortuna debido a la crisis que asola España. Mientras que Leonor es todo candor y dulzura, y piensa siempre lo mejor de las personas, su hermana mayor Mercedes se deja llevar por la envidia y los celos que siente por Leonor, que resulta encantadora aunque no abra la boca, mientras que ella tiene que conformarse con ser “agraciada” y estar a la sombra de la bondad de su hermana pequeña. Cuando las jóvenes hermanas conocen a Gerardo, el hijo de un fugado de la justicia por desfalco, pronto congenian por ser los únicos en el barco de edades similares que viajan en tercera clase. Solo que no son los únicos.

Aquí ya viene el lío, porque mientras Mercedes se encapricha de Gerardo, el chico sólo tiene ojos para la adorable Leonor. ¿Y Leonor? Pues contra todo pronóstico, esto no es un triángulo amoroso, sino más bien un cuarteto, y si me apuráis, incluso un quinteto, porque la pequeña de las hermanas sólo saca tiempo y ganas para ayudar a Alberto, un polizón a bordo que abandona su vida miserable como ayudante de mago para buscarse la vida en Nueva York gracias a su habilidad como prestidigitador, ayudado por su desparpajo y su don para caer bien. Mientras tanto, Gerardo se hace amigo de Narciso, un joven recién casado que viaja en el "Odisea" a las América para conocer a su nueva esposa por poderes (y conveniencia) y al que no se le da bien tratar con mujeres pero que tiene ojos en la cara y también puede ver lo guapísima que es Leonor (por si no lo he dicho, Leonor es muy guapa, dulce, adorable, un encanto de chica con 3 chicos a su alrededor y una hermana envidiosa, ¿veis por dónde voy?).

Ahora ya os imagináis por qué no se puede parar de leer esta novela. A bordo del barco las relaciones que se establecen y las pasiones que surgen entre todos los personajes es uno de los alicientes más fuertes que tiene El Gran Sueño de forma que todo es muy intenso, más teniendo en cuenta la época de decoro y buenas costumbres de la que estamos hablando. Y sin embargo, no es porque sean muy efusivos o porque se declaren amor eterno al primer paseo por la cubierta del barco; de hecho, casi es todo lo contrario, porque aunque vamos intuyendo sus pensamientos y sus sentimientos, todo es a fuego muy lento para que se vaya caldeando el ambiente y vayamos conociendo poco a poco cómo es cada uno. Todos ellos están muy bien desarrollados aunque la bonita historia de amor que esconde este libro nos da dos claros protagonistas cuya historia sobresale por encima de todas las demás que parecen fluir a su alrededor entrelazándose las tramas.

Pese a las grandes dosis de romance que contiene, en realidad El Gran Sueño es una novela de aventuras, de supervivencia y sí, también de amor y amistad, pero incluso con esos ingredientes tan típicos de las novelas juveniles también se atreve a mezclar géneros como el de gangters en Nueva York, el western por el Salvaje Oeste, o de novela convencionalista a bordo del transatlántico Odisea. En definitiva, lo que viene siendo un viaje con muchas etapas, con muchas peripecias y desventuras de Gerardo, Mercedes, Alberto, Leonor y Narciso, porque llegar al nuevo mundo no es fácil pero vivir allí como extranjeros sin fortuna, mucho menos. Sin embargo, a pesar de que pueda parecer que todo se basa en la narración y las descripciones de esos lugares y de lo que les va pasando a tod@s ell@s, lo cierto es que el autor tiene un estilo que se basa prácticamente en frases cortas y multitud de diálogos de continuo, con muchos saltos de línea que engrosan la novela pero sin hacerla más densa por el hecho de ser histórica, aunque asistamos a la construcción del puente de Brooklyn o del pedestal que espera la llegada de la estatua de Francia, como trasfondo. No en vano es novela juvenil y toda la narración es dinámica y ágil, de forma que mientras los personajes van en barco o en tren, yo he ido volando por las páginas.

La veteranía de Jordi Sierra i Fabra se nota en cada página. Llama la atención que, pese a su volúmen, la novela no está dividida en capítulos (ni cortos ni largos) sino que se estructura en partes o episodios según las etapas del viaje y aún así, no he extrañado para nada la falta de partición en la narración porque como compensación, las escenas sí que están divididas cada pocas páginas y se hace muy ameno ir saltando de un personaje a otro y viendo los puntos de vista de cada uno pero siguiendo un mismo hilo conductor (por ejemplo, para explicarme mejor, dos personajes están teniendo una conversación, cambia la escena y en la siguiente estamos con otro personaje que ha presenciado esa conversación y continúa la trama desde ahí). Así que he quedado completamente encantada con esta historia que al principio pensaba que me duraría más de una semana pero al final han sido unos pocos días de aventuras y desventuras, amistades y envidias, y una preciosa historia de amor inesperada.

Resumiendo un poco lo anterior, espero haber desgranado todas las razones por las que ésta me parece una historia obligatoria para recomendarla a partir de ahora. Tiene todo lo que necesita una novela apasionante de aventuras pero perfeccionada por la calidad narrativa que desprende un autor veterano como es Jordi Sierra i Fabra, que sabe crear tramas entretenidas con y para jóvenes, y a la vez trasportarnos a otra época sin abrumarnos con datos y descripciones históricas a pesar del tiempo que le ha llevado sacar adelante un proyecto tan ambicioso, como el mismo autor reconoce en esta entrevista. Además, si tenéis ocasión de comprobarlo, veréis que la edición es una preciosidad, con un diseño de cubierta perfecto para esta historia y un acabado en mate y con relieves en la portada. Simplemente magnífica.

*Termino dando las gracias a Loqueleo (Santillana) por la propuesta y el envío del ejemplar, siempre tan amables.

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