RESEÑA La Segunda Revolución. Ellos y Nosotros

Autores: Geo Costa y Fer Alcalá (Costa Alcalá)

Editorial: Montena, 2018

Rústica con solapas, 480 págs.

La Segunda Revolución #2

Género: Fantasía, Juvenil, Steampunk, Acción, Misterio

En cuanto pone un pie en los terrenos del Liceo, Vincula Aura para comprobar si sus temores se han hecho realidad, si él también ha llegado. Él, Ascot Indrasil, el Heredero al trono, que la engañó fingiendo ser su amigo pero que en realidad es un monstruo.

O Dominio, que viene a ser lo mismo.

Al menos los Aura del pasado se tenían los unos a los otros en la corte pero ahora ella no sabe en quién confiar. No puede confiar en su familia, porque su madre estaría encantada al descubrir que aún quedan Indrasil con vida. Ni en muchos de sus conocidos: otros Aura que, como ella, se esconden bajo identidades falsas. Revelar la existencia del Heredero a los suyos podría volverse en su contra. Así que solo le queda vigilar al Heredero, descubrir qué pretende y, si puede, detenerlo.

¿Conocéis esa sensación cuando no cambiaríais ni una coma de lo que está escrito en un libro porque todo sucede tal y como querríais que sucediera y todo lo que va ocurriendo os parece inmejorable para bien o para mal? Algo así es lo que he sentido a medida que iba leyendo Ellos y Nosotros, la continuación de Heredero, cuya reseña podéis ver por aquí. Aunque la auténtica sorpresa ha sido descubrir que si ya la primera parte me pareció sublime por la novedad con personajes, mundo e historia, en esta ocasión Costa Alcalá han logrado superarse en todos esos elementos de manera que mientras leía me he olvidado de que estamos ante la zona transitoria de una trilogía, la temida segunda-parte-que-nunca-fue-tan-buena, la trama de en medio, la paja intermedia necesaria para que haya tres libros. No sé cómo lo han hecho, pero lo han hecho.

El dúo literario formado por Georgia Costa y Fer Alcalá vuelve con la misma fórmula narrativa que incluye humor, acción e imaginación que tan bien funcionaba ya con la primera parte y continúan construyendo sus tres pilares fundamentales en la historia: amistad, amor y misterio. Si estáis leyendo esta opinión personal, imagino que es porque conocéis o habréis leído la primera parte aunque no os voy a hacer ningún spoiler de Heredero, así que ya sabréis que La Segunda Revolución nos plantea un mundo imaginario situado en el país de Nylert, cuya capital Blyd cuenta con una prestigiosa academia llamada Liceo donde los jóvenes se forman en distintos poderes para pertenecer a la Guardia de Blyd. Cada persona en Nylert pertenece a una familia dominando de forma nata un determinado poder (Agua, Aire, Escudo, Ilusión, Fuego…) pero en el Liceo entrenan todas las destrezas menos dos, Aura (lectura de pensamientos) y Dominio (control de la voluntad) consideradas demasiado poderosas y muy mal vistas porque se asocian a la Primera Revolución hace 20 años y que supuso el fin del imperio y de la familia real, los Indrasil (sí, algo así como los Targaryen, muy míticos ellos), que como podréis suponer, no están tan desaparecidos como los blydenses se creen.

Situado en una realidad alternativa con aire de principios del siglo pasado, en este libro no se explota tanto el ambiente steampunk porque tampoco es necesario, ya que el worldbuilding inicial hizo tan bien su función en Heredero que aquí tenemos ya en mente las calles de Blyd y todos los artefactos que utilizan sus habitantes como los mensajes instantáneos en los diarios, los cuadriciclos, la orbevisión, el metropolitano y demás, así que ni siquiera necesitamos más explicación cuando nos comentan de pasada que ven el orbediario con hologramas. Tampoco necesitamos que nos recuerden los distintos cuerpos armados que hay por el país de Nylert, como las BIE o los conocidos como fantasmas, cada uno con diferentes funciones gracias a sus cualidades peculiares, ni siquiera tenemos echar mano de la guía de familias con sus respectivos poderes. Todo esto ya lo interiorizamos en el libro anterior así que la lectura es mucho más fluida porque nos centramos solamente en la trama y en la cantidad ingente de personajes que aparecen.

Hablando de personajes, aquí retomamos a los que ya conocemos (y continúan vivos, obviamente) con algún fichaje nuevo tanto del lado de los alumnos como de parte de los adultos. Podría pasarme horas escribiendo de lo mucho que me gusta Lórim Hérshel, pero no lo voy a hacer (porque me dolerían los deditos de teclear, no por otra cosa) porque esta historia es lo que es por TOD@S sus personajes. Podréis tener favorito(s), como yo, varios adoptados y algún marido/mujer, pero todos y cada uno de los personajes se llevan algo de nuestro corazoncito sin poder evitarlo. Por ejemplo, ¿cómo no querer a Kózel? Si Lórim evoluciona hacia alguien un poco más serio y responsable (mentira) por el cargo de conciencia, aquí Kózel crece más que él a pesar de su corta estatura. Su ambigüedad y sus ganas de ser quien de verdad quiere ser son uno de los mejores aspectos que se muestran en esta parte, después del shock que nos llevamos en Heredero. Nero se queda un poco más a la sombra alargada de sus dos amigos pero es inevitable porque sus tramas tienen más relevancia en la historia general, y aún así ella solita se encarga de hacerse notar con sus contestaciones racionales y su particular forma de ver el desarrollo de los acontecimientos. Es la voz de la sensatez, de la paciencia y de todo lo que les hace falta a Lórim y a Kózel para sobrevivir a otro libro más.

También he notado que en esta parte el nivel de romance sube exponencialmente y todas las parejas, ya prácticamente definidas en Heredero, aquí tienen que lidiar cada una con lo suyo. Por ello, hay algunos personajes que casi aparecen sólo como soporte de esas relaciones, como Vann, obsesionado con la misteriosa chica del vestido rojo a la que le encanta bailar por las noches y desaparecer al minuto siguiente, o Enzo, preocupado porque su mejor amigo Kástor se aleja cada vez más de él y no sabe cómo evitarlo. Los tres forman el otro grupo de amigos relevante en la trilogía y son los que añaden más pequeños misterios y más salseo al que ya de por sí se cuece en torno a Lórim, Kózel y Nero. Si además le sumamos a Denna, que gracias a su poder ha descubierto algo que puede cambiar por completo toda esta dinámica de relaciones, y de paso, el futuro de Nylert, imaginad el nivel de adicción que puede llegar a crear esta historia sólo por ver “quién con quién” aplicado a querer, matar, descubrir, traicionar… Las combinaciones son interesantes, os lo aseguro.

Por otro lado, hay una trama paralela que en principio parece ser simplemente complementaria y es que el pobre detective Brynn continúa con sus investigaciones, como ya hiciera anteriormente, pero esta vez sobre una serie de suicidios en extrañas circunstancias pero con muchísimos más obstáculos tanto de instancias oficiales como de otras personas en la sombra. Aunque lo cierto es que sin estar directamente relacionada con Lórim, Kózel y compañía, la trama del detective Brynn es necesaria porque de otra manera apenas sabríamos nada sobre quién podría ser y qué quiere realmente el Águila Blanca, esa figura oculta tras el anonimato que ve amenazadas sus pretensiones megalómanas por el legítimo heredero de Nylert, que también mantiene en secreto su verdadera identidad. No son muchas las apariciones de este personaje pero resulta ser el misterio central de toda la novela ya que sólo podemos ver lo que pretende y el alcance de su poder en contadas ocasiones hasta el final, cuando todo se desmadra y tenemos unas 100 páginas de acción con luchas y combates, angustia por todas partes y un cara a cara muy esperado. Ni que decir tiene que no se ve venir por ningún lado el giro argumental del Águila Blanca porque dudo siquiera que haya pistas previas que nos ayuden a olernos la verdad.

Costa Alcalá dejan un poco a un lado el tema estudiantil y de entrenamientos para pasar directamente a ahondar más en el pasado, en el temido regreso de los Indrasil y en preparar el terreno para lo que nos espera en el desenlace. Su prosa es de lo más peculiar que he visto en años, en tercera persona del presente, cambiando constantemente de personaje y de voz narradora para ver todos los puntos de vista y utilizando muchísimos recursos de lenguaje cotidiano además de muchas expresiones de andar por casa (aplaudo a Kózel cada vez que llama “melón” a Lórim). Por lo tanto, se trata de una historia súper completa, con ironía y sarcasmo en cada página, con fantasía por todas partes (para que no os perdáis, hay mapas de todo), con misterios familiares y personales, con tantos personajes y tan potentes que os negaréis a elegir sólo uno.

10/10

En otras palabras, todo en esta historia es original, desde los nombres de los personajes hasta su personalidad atípica, ya no digamos el entramado del pasado y el presente de todo este mundo que han creado Costa Alcalá y que daría para una verdadera saga y varios spin-offs. Ha sido una de las mejores lecturas que he tenido en el año y en la década, un auténtico descubrimiento con l@s autor@s y una recomendación asegurada de esta trilogía de forma indefinida. Sé que sólo quedan unos meses para que se publique la tercera parte, titulada esta vez Libres, Iguales y Justos (14 de marzo de 2019) pero me van a parecer unos meses muy largos. Mientras tanto, hay muchísimo material extra por Twitter con varios hashtags, con fan arts y aesthetics tanto de lectores como de los propios autor@s y si tenéis curiosidad, en su web (aquí) también se pueden ver curiosidades, fichas de personajes e incluso una historia corta a modo de precuela, Blyd 1900.

Otras novelas de l@s autor@s reseñadas en el blog

¿Conocéis esta trilogía juvenil?

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