RESEÑA El Paraíso de las Mil Islas

 

Autora: Elena Clarke

Editorial: Ediciones B, 2019

Rústica con solapas / ebook, 432 págs.

Autoconclusivo

Género: Romántica, Landscape, Histórica, Contemporánea

Madrid, en la actualidad. Mara siente que algo falta en su vida desde hace tiempo. Dueña de una cadena de muebles coloniales que decoran las casas más exquisitas de la ciudad, el éxito empresarial la acompaña pero en el terreno personal no alcanza la felicidad que tanto desea.

Un día, un maravilloso mueble se cruza en su camino y se convierte en su obsesión. Y también en la excusa perfecta para huir a tierras lejanas en busca de sí misma.

Será en Bali, ese lugar mágico en el archipiélago de Indonesia, donde entrará en contacto con el pasado colonial de la isla y con la historia de una mujer que vivió en el siglo XIX y que protagonizó una apasionante y peligrosa historia de amor.

Al mismo tiempo, Mara descubrirá también dónde se encuentra el verdadero paraíso.

Hacía mucho que no leía un landscape y es la primera que vez que me atrevo con uno de una autora desconocida y, para mí, ambientado en un territorio aún más desconocido. De hecho, no conocía esta novela en concreto hasta que la propia Elena Clarke contactó conmigo para proponerme la lectura y la verdad es que sentí la necesidad de incluir algo así entre el resto de géneros que leo últimamente. Apenas leí en la sinopsis que la trama se desarrolla en Bali y que tiene un mueble antiguo como punto de unión entre las historias de dos mujeres separadas en el tiempo. Tampoco necesitaba mucho más porque mi objetivo con este libro era retomar el género y conocer una nueva autora de la que no había oído hablar hasta ahora así que, una vez más, me lancé a ciegas.

La trama parte desde nuestra época con Mara, la narradora en primera persona, la dueña de un exitoso negocio de antigüedades que se mueve entre prestigiosos competidores y que mantiene una relación muy discreta y muy pasional con Paolo, quien trabaja en el mismo sector. En uno de sus encuentros, Paolo le muestra un escritorio de la época colonial y la convence para que intente colocarlo en el mercado tras estudiar su valor histórico. Sin embargo, las cosas se tuercen y de repente Mara se ve viajando sola a Bali para descubrir el verdadero valor del mueble y encontrar a su legítimo propietario. De esta manera, asistimos a otra historia, esta vez narrada en tercera persona, para conocer a Cecilia, una mujer casada con un hombre emprendedor junto a quien intenta sacar adelante su negocio con ayuda de los nativos de Bali mientras la poca vida social que tiene la acerca a su vecino Marcus, padre de una jovencita algo rebelde y quien le encarga un curioso cometido: que escriba para él. Dicho esto, Cecilia es un personaje relevante que en algún momento tuvo algo que ver con el escritorio que hoy en día Mara trata de devolver, pero no tan clave como me esperaba.

De hecho, sí, el mueble tiene su historia particular, o más bien es el testigo de la historia de Cecilia y Marc, pero creo que solo es una excusa muy pobre para entretejer de alguna manera las dos épocas, sin que realmente tengan conexión entre ambas mujeres como se quiere hacer aparentar en el argumento de la novela. Quizás haya sido una pequeña decepción para mí porque se nos promete un amor prohibido y apasionado que no he visto por ninguna parte. Me explico: claro que hay una “historia de amor” (dos, si contamos también los amoríos más leves de Mara en el presente), y claro que está “prohibida” por motivos obvios, pero no es ni un amor apasionado ni un romance que haga suspirar con los encuentros. No llega a transmitir la química entre ambos implicados porque, primero, tarda mucho en surgir y lo hace de una forma tan casta y recatada que cuesta mucho sentir la chispa; y segundo, porque cuando se establece la relación entre Cecilia y Marc el romance no se sostiene más allá del morbo que supone para ella el hecho de escribir los textos subidos de tono que le encarga él. No hay feeling ni escenas emotivas, todo se resume a esos encuentros medio clandestinos en los que Marc le muestra que las mujeres deberían salir de sus jaulas de sedas porque también tienen derecho a sentirse libres en lo referente al placer.

Así que personalmente he disfrutado más de la aventura de Mara por Bali en la actualidad que de la historia de Cecilia en el pasado. Sin embargo, en número de páginas Mara sale perdiendo con sus breves capítulos y todo sucede en unos cuantos días de investigación por Bali que le llevan a conocer Scott, un lugareño que regenta una hospedería y con quien Mara enseguida congenia en muchos aspectos. Debido a ello, me ha sido más fácil conectar con esta relación, mucho más natural y espontánea por las circunstancias, que con el tórrido romance prometido que se suponía que sería el eje central de este landscape. Tampoco hay detrás una trama consistente que invite a seguir leyendo (en plan: algún misterio, algún nudo argumental que haya que desenredar, algún contratiempo impactante) por lo que al final resulta ser un libro que se deja leer pero que en ningún momento ha llegado a engancharme por la falta de ese ingrediente añadido.

Por lo demás, ha sido un bonito paseo por el Bali colonial, un lugar del que no conozco nada así que todo detalle lo he absorbido como una esponja. Además hay un aspecto curioso de la trama que se centra en los orígenes de las publicaciones eróticas como el kama-sutra y en las antiguas costumbres de las tribus balinesas con respecto a sus dioses y ritos. La verdad es que desde mi desconocimiento total de esta cultura, ha sido muy agradable descubrir todo lo que me ha ido contando Elena Clarke con una narración correcta aunque demasiado encorsetada para mi gusto, sobre todo en los capítulos que hacen referencia a Cecilia Por el contrario, en los capítulos con trama ubicada en la actualidad, he notado un tono más fresco y algo más de ritmo para narrar las aventuras de Mara y quizás se me haya hecho más ameno todo el libro porque se iban intercalando estos con la trama del pasado, ya que hasta bien avanzada la novela y casi ya al final es cuando ha comenzado a interesarme de verdad.

6/10

Para resumir todo lo anterior, ha sido una lectura entretenida y rápida, algo poco frecuente para tratarse de este género que, sin embargo, pedía ser todo lo contrario. He echado en falta profundidad y más desarrollo de ambas protagonistas y sus relaciones pero sobre todo en lo que se refiere a Cecilia y su historia en relación a Marc. No puedo quejarme de haberme aburrido porque todo lo que he ido aprendiendo sobre Bali y sus exóticas costumbres ha sido interesante, dado que la autora nos traslada allí a través de una mujer extranjera de hace un par de siglos. Y por lo demás, la novela me ha servido para conocer a Elena Clarke, que ha sabido entretenerme con la fluidez de su estilo narrativo y la documentación tan interesante que se ve reflejada de un rincón tan desconocido para mí como es Bali. Si os llama la atención y os sois habituales del género, no habrá problema para que disfrutéis de esta novela.

*Para terminar, muchísimas gracias a Elena Clarke por haberse puesto en contacto conmigo para proponerme esta lectura y por la amabilidad de haberme proporcionado un ejemplar.

¿Os gustan las novelas landscape?

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