Autor:
Adam Silvera
Título
Original: Infinity Son
Editorial:
Puck, 2020
Traducción:
Evelia Romano
Rústica
con solapas / ebook, 320 págs.
Hijo Infinito #1
Género: Juvenil,
Urban Fantasy
Los hermanos Emil y Brighton crecen en Nueva York y
tienen como ídolos a los
Portadores de Hechizos, un grupo de justicieros comprometidos a librar el mundo de fantasmas.
Portadores de Hechizos, un grupo de justicieros comprometidos a librar el mundo de fantasmas.
Mientras los Portadores
de Hechizos y otros seres celestiales nacen con poderes, los espectros los
arrebatan y roban violentamente la esencia de criaturas mágicas en peligro de
extinción.
Brighton desea haber tenido algún poder para unirse a
la lucha.
Emil solo quiere que la pelea termine.
El ciclo de violencia ha causado estragos, haciendo
más difícil que cualquiera con algún poder pueda vivir libremente y en paz. En
este clima de miedo, un grupo de espectros se vuelve más audaz día a día. Entonces,
en una pelea después de una protesta, Emil demuestra tener un poder propio, uno
que lo sitúa en el corazón mismo del conflicto y lo convierte en el heroico Portador
de Hechizos que Brighton siempre quiso ser.
El amor y la lealtad se pondrán a prueba y nadie
saldrá ileso de la batalla.
Tenía muchas ganas de volver a leer
a Adam Silvera ya que un gran descubrimiento hace un par de años. Su estilo sencillo
pero intenso y su activismo sutil me conquistaron con Recuerda aquella vez, cuya reseña podéis ver aquí. El resto de sus
novelas se caracterizan por ser de temática LGTBI, por protagonistas inseguros
fácilmente achuchables y por plagar sus páginas de mensajes sanos. Claro que
hasta ahora todo lo que ha publicado era romance contemporáneo y realismo
mágico, así que mi curiosidad por ver cómo se desenvolvía con el género
fantástico era enorme en cuanto se anunció esta novedad.
El libro está narrado en su mayoría
en capítulos alternos por dos hermanos muy diferentes entre sí, que viven en un
mundo mágico en el que algunas personas tienen poderes; Brighton, que siempre
ha querido ser famoso, influencer y
tener poderes con los que salvar el día; y Emil, tímido, introvertido y
socialmente torpe, que solo quiere pasar desapercibido. La trama parte de un
pequeño malentendido cósmico porque el universo les hace la jugada de conceder
poderes especiales a Emil, que de la noche a la mañana se hace famoso por su
poder poco común gracias a un vídeo que se hace viral y por estar relacionado
con un antiguo héroe mítico. Lo mejor de esta novela son los dos hermanos protagonistas
y la relación que hay entre ellos. Ambos tienen sus más y sus menos aunque
personalmente me quedo con Emil, ya que Brighton tiene actitudes que pueden
hacerlo bastante irritante (arrogante, presumido…) pero la verdad es que ambos
en conjunto forman un buen equipo y su mecánica fraternal consistente en envidiarse, protegerse y quererse a partes iguales ha sido lo que realmente me ha hecho
disfrutar de este libro.
El resto de personajes secundarios
se quedan un poco en la superficie aunque hay algunos capítulos también
narrados en primera persona por algunos de ellos, que en mi opinión realmente
no aportan nada de valor, más que sacarnos del ritmo que llevan los dos
hermanos en su narración. Es decir, que el libro quedaría igual sin haber
añadido esos puntos de vista porque son muy pocos para que nos hagamos una idea de
la personalidad de esos personajes (como Ness o Maribelle) y además son muy
breves (como el resto de capítulos) para que nos dé tiempo a asimilar lo que se
cuenta en esas páginas. Hay varios personajes secundarios que podrían ser más
relevantes de lo que lo son, y aunque se establecen varias conexiones con los hermanos
protagonistas, ninguna está demasiado explotada ni en intensidad ni en profundidad.
La novela tampoco tiene romance, nada más que un poco de química sutil hacia los
últimos capítulos que parece que preparan algo de cara a la continuación entre dos
personajes. En absoluto digo que la falta de elementos románticos sea algo
negativo, es solo que al tratarse de Adam Silvera tenía la gran expectativa de
que este aspecto fuera algo más relevante en la novela y no ha sido así.
Además, pese a que la trama tampoco es que tenga mayores giros argumentales y
se base todo en un esquema que ya hemos visto muchísimas veces (cambiando los
nombres de las partes enfrentadas) y con unos “villanos” muy poco
desarrollados, puedo asegurar que tampoco se hace aburrida. Se deja leer pero
tampoco es que cale del todo ni llegue a ser adictiva, (quizás por una sensación
de confusión que he mantenido hasta el final).
Sin embargo, sí he tenido dos
problemas principales a la hora de disfrutar al completo de esta primera parte:
el worldbuilding y el conflicto
argumental. Con la construcción del mundo lo que ocurre es que se dan muchas cosas por
sentado y no se explica la mayoría. A grandes rasgos, estamos en una realidad
como la nuestra y en nuestra propia época, porque se mencionan elementos como
YouTube, varias redes sociales, Uber, etc. pero por otro lado, la sociedad
tiene integrada elementos mágicos como los poderes o algunos tipos de pociones
(con nombres como Cerveza, por cierto, así, en mayúscula). Hasta aquí todo
claro, pero mi problema es que más de la mitad del libro he estado perdida con
el funcionamiento de esa sociedad mágica y de todo lo que envuelve a los
poderes. Se dejan sin explicar muchísimos datos que se van soltado, además, de
manera recurrente (como el Apagón o el Soñador Coronado). Es verdad que se pueden inferir
o imaginarse un poco qué son, pero de ninguna manera se aclaran ni ningún
personaje lo revela a colación de cualquier otro aspecto, por ejemplo, en una
conversación. Por lo tanto, la sensación ha sido un poco confusa porque mientras
leía estaba disfrutando de la trama que se desarrollaba pero sin entender ni
pizca el contexto.
Respecto al conflicto argumental, más
de lo mismo. He entendido al final cuáles son los bandos pero desde el
principio tenemos demasiada información que no he sido capaz de asimilar porque
no me he enterado de qué son los Regadores de Sangre o los Espectros o cómo
funciona el tema de las criaturas mágicas y sus poderes para que pueda
funcionar como motor de la trama. Más o menos me ha quedado claro que los
Portadores de Hechizos son los buenos y los otros los malos, pero no he captado
el sentido de los dos lados de la línea, ni por qué cada uno de los personajes
está en un bando o en otro. En menor medida, también he tenido ciertos problemas
con la traducción, que a veces utilizaba palabras directamente
latinoamericanas, que no debe considerare un fallo para nada de traducción (como “cuadras”
y “concreto” o utilizar el “ustedes” para referirse a los amigos) y en varias
ocasiones me he encontrado con oraciones enteras sin sentido ninguno por hacer
una traducción literal palabra por palabra. En general no es que estropee la
lectura pero afea bastante el resultado de la novela.
5/10
Para resumir, una novela entretenida
de aventuras con jóvenes con poderes que no me ha terminado de encajar con el
estilo típico de este autor. En lo único en lo que ha arriesgado Adam Silvera
en esta ocasión ha sido en el cambio de género, pero no en cuanto a la
originalidad que nos pueda presentar una novela que sigue los mismos patrones
que otras muchas, variando nombres de los poderes y de los bandos, pero en
esencia no es nada nuevo. La única relación que tiene relevancia es la de los
hermanos protagonistas aunque, sin que sea ningún problema que no haya romance, se echa en
falta este elemento al tratarse del autor que es. Por mi parte ha sido una
lectura amena porque con su estilo no cuesta nada leer página tras página, pero
me seguiré quedando sin dudarlo con sus historias juveniles contemporáneas que,
paradójicamente, me parecen más originales que esta.
*Por último, agradezco muchísimo a
Puck que me haya facilitado un ejemplar de cortesía.
Otras novelas del autor reseñadas en el blog
¿Habéis leído alguna novela de
este autor?
¿Os gustan las fantasías
urbanas juveniles?