miércoles, 19 de agosto de 2020

RESEÑA Ragvala




Autora: Nira Strauss

Editorial: Onyx Editorial, 2020

Corrección: Arantxa Comes

Rústica con solapas /eBook, 425 págs.

Autoconclusivo

Género: Romántica, Juvenil, New Adult, Fantasía


Cuando el príncipe K Leb secuestra a una humana llamada Cora frente a toda una multitud y se la lleva a rastras a su reino, lo último que la muchacha espera es verse encerrada en la mayor leyenda marítima de la historia: la Atlántida. Por si esto fuera poco, el príncipe de la isla está convencido de que están hechos el uno para el otro, unidos por los lazos del destino, y se niega a devolverla con su familia.

Cora luchará con todas sus fuerzas para escapar y regresar a su mundo, pero un enorme peligro y un príncipe testarudo la llevarán hasta la mayor y más escalofriante aventura de todas: el amor.


He aquí una de las novedades de este año que más ganas tenía de leer dentro del catálogo de Onyx Editorial, tanto por ser la editorial que es, que pocas veces me falla con sus apuestas, como por mi curiosidad por conocer a Nira Strauss como autora. Antes de bucear a más en profundidad, voy a quedarme un momento en la superficie porque tengo que empezar comentando la espectacular portada con la que sentí un flechazo absoluto cuando se anunció su publicación. Como me ocurre a menudo, muchas de mis lecturas las ficho cuando la portada me parece tan increíble que siento la necesidad de conocer la historia que hay detrás y en este caso solo hay que mirarla para entenderme. Sabía que la trama estaría relacionada con la Atlántida pero poco más, porque no quise conocer la sinopsis y quizás por ello antes de comenzar a leer llevaba unas expectativas bastante distintas a lo que finalmente ha sido la novela. Para aclararlo desde el principio y que no os hagáis una idea equivocada al mirarla, Ragvala no es una historia de fantasía épica o juvenil como parece indicar ese diseño chulísimo sino que más bien es una novela romántica, new adult si queréis que especifique más por las edades de los protagonistas. Tampoco es muy exacto porque se acerca más a una historia de romántica paranormal con toques de mitología que a la fantasía pura. Una vez encuadrada más o menos en el género, paso a comentar algunos de los aspectos que más juego dan en este libro.

El argumento parte de una escena muy simple: Cora está invitada a una boda que se celebra en la playa y mientras se lo está pasando estupendamente ligando con otros invitados, aparece un grupo de tíos muy bronceados en taparrabos y hablando raro. K Leb, que encabeza el grupo de esculturas griegas personificadas y que en realidad es el príncipe heredero de la Atlántida, siente una conexión instantánea con Cora (que tiene un crush con la chica, vaya) y con eso sobreentiende que es su futura reina destinada, su amor verdadero profetizado por los dioses, su media naranjita cósmica, etc. Como a su alteza no le gustan los preliminares y lo quiere todo para ya, pasa de la fase intermedia de ligársela y conquistarla con sus ojitos azules, a los que Cora parece inmune (no como el resto de hembras humanas) y directamente se la lleva sin más a la Atlántida con él. Con las prisas, en el proceso también acaba raptada Rocío, la mejor amiga de Cora, a manos de Bra i An, el primo de K Leb, que también está muy bronceado. Total: un secuestro express, tíos cachas playeros y dos chicas muy perdidas en una ciudad mítica sumergida. Un inicio de trama llamativo, cuanto menos.

Por eso, cuando digo que no se han cumplido las expectativas que llevaba con respecto a lo que me iba a encontrar no quiero decir que me haya decepcionado en ningún sentido. Lo digo en serio, en ningún momento me he sentido decepcionada por no ser lo que yo me esperaba porque no soy ese tipo de lectora rígida que coge un libro pensando que es thriller aunque luego resulte ser terror y que se me rompan tanto los esquemas que me impidan disfrutar de la lectura. Al contrario, soy tan versátil en cuanto a géneros literarios que, mira, sorpresa que me llevo desde el principio, si nos movemos dentro de unos márgenes razonables. Este ha sido uno de esos casos en que nada más empezar a leer he podido apreciar que el tono de la novela iba a oscilar entre la comedia romántica y la fantasía mitológica libre. A pesar de ese cambio inesperado, algo con lo que sí contaba era sumergirme en una buena ambientación fantástica y así ha sido. De hecho, el worldbuilding que despliega la autora es magnífico. En todo momento he podido visualizar cada escena como si se tratara de un concept art perpetuo en mi mente con las descripciones tan detalladas (que no quiero decir que saturen) que han hecho que se formaran imágenes muy intensas en mi retina. Nada que objetar en este aspecto porque la autora ha sabido llevarme a la Atlántida con más sutileza que la de K Leb y yo sí que me he enamorado al instante de todo lo que me ha ido mostrando visualmente.

En medio de esa ambientación tan lograda, aun con las múltiples licencias creativas que se pueden observar, los protagonistas van narrando en primera persona en capítulos alternos, de forma que van desarrollando toda su personalidad desde las páginas iniciales. Es más, desde el principio se les puede calar muy bien porque parten de dos construcciones personales muy marcadas. Cora es una chica de carácter potente, con las ideas muy claras sobre lo que quiere y lo que no, verbalmente combativa y con un desparpajo espontáneo que hace que rápidamente nos pueda caer muy bien. Por el contrario, no es algo que nos pueda suceder con K Leb, el heredero atlante, guerrero y secuestrador de señoritas que ordena y manda y los demás obedecen, sobre todo si son la hembra humana destinada a que sea su esposa en aras de su soberana felicidad. En otras palabras, la chica es de armas tomar en sentido figurado y el chico en sentido literal. Aunque aquí quien lleva las riendas de la evolución de ambos como dúo protagonista va a ser ella, porque tiene la importante misión de quitarle el machismo al príncipe de una bofetada metafórica en la cara con una buena dosis de mujer feminista actual de la superficie. Las situaciones que se generan con los tiras y aflojas entre los dos son tremendamente divertidas y el choque cultural se palpa en el aire porque además la autora exagera a propósito ese estancamiento en la cultura clásica en la que se ha quedado la Atlántida, chapada a la antigua. En su inmensa mayoría, los enfrentamientos dialécticos entre atlante y humana están pensados para que soltemos la carcajada fácil porque hay veces que K Leb es tan frustrante que la alternativa sería llorar de impotencia ante su cabezonería de machote, y no es plan.

Este rollito cómico imperante viene a ser lo mejor de toda la novela, con cada situación divertida que se crea entre los dos protagonistas cuando chocan sus polarizadas personalidades o cuando discuten sus versiones acerca de lo que está sucediendo entre ellos: destino sin libre albedrío, atracción sexual de polos opuestos o amor y respeto sinceros. A lo largo del libro, la evolución de cada uno y de ambos como pareja es patente e indiscutible en mi opinión, aunque quizás la de Cora quede más suavizada en comparación porque la de K Leb es brutal, como imaginaréis, teniendo en cuenta cómo empieza siendo este muchacho. También considero más destacable la evolución de K Leb como personaje arquetípico (guerrero, arrogante, muy masculino, muy príncipe él), aunque solo sea para quitaros la preocupación por si se trata de una relación tóxica con tanto machismo adquirido supurando por sus cincelados pectorales de atlante. En su caso está más que justificada su personalidad inicial porque además sirve para que podamos ver progresivamente el contrapunto que le da Cora de lo que es una relación sana, que es en definitiva el mensaje que quiere dejar bien clarito la autora cuando acabamos de leer.

Sin embargo, y por comentar un par de puntos menos positivos, voy a resaltar dos cuestiones referidas a mera trama. A pesar de que la novela es puro entretenimiento, llegue a ser adictiva o no dependiendo de gustos y momento de lectura, sí que he notado que me he salido un poco de la historia en un tramo en concreto: las pruebas. En esta subtrama, o minitrama dentro del libro, he sentido que se ha desdibujado por completo el punto hacia el que nos dirigíamos y también es cuando la novela parece ser más bien paranormal, mezclando seres sobrenaturales clásicos o fantásticos puros que me han parecido fuera de lugar en un mundo de dioses (sean de la mitología que sean). Estos capítulos consistentes en las pruebas se me han hecho bastante cuesta arriba porque, en este caso sí, la trama no iba por donde yo hubiera preferido (cuestión de gustos y expectativas, ya sabéis, porque ante todo respeto la creatividad de la autora que ha escrito la novela como le ha dado la gana). Ni siquiera las continuas interacciones de tensión y química entre Cora y K Leb lograban volverme a meter en la senda argumental porque lo que estaba pasando carecía de relevancia para mí, si tenemos en cuenta que el gran astro alrededor del que debería haber girado todo lo demás tendría que haber sido el Ragvala.

Con sinceridad, creo que esta historia pedía un “viaje de heroína” en toda regla con la búsqueda del objeto místico que da título a la novela, el que parece ser el motivo por el que se mueven en un principio los personajes y el que desencadena su encuentro -según K Leb- predestinado. Pero no ha sido así para nada, ya que al terminar nos damos cuenta de que realmente no tiene la relevancia suficiente como para merecer semejante honor de ir en portada. Es decir, el Ragvala es un elemento más de la trama, algo que funciona como motor con el que dirigirse hacia la conclusión de la historia, pero al fin y al cabo aparece poco o nada y solo de manera instrumental. Pese a esto, y aunque parezca que me contradigo a mí misma, creo que tampoco tocaría el título porque me parece súper original y atrayente y fue también uno de los motivos por las que quise leer la novela sin saber de qué iba: quería descubrir qué se escondía detrás de esa palabra misteriosa. Dicho de otro modo, hubiera preferido un cambio de trama (hacia esa búsqueda épica, un viaje de ambos personajes para encontrar el Ragvala mientras se van conociendo) antes que tocar el título, mientras que la parte central del libro con tanto elemento discordante de seres sobrenaturales y pruebas a muerte un poco metidas con calzador, me ha ralentizado bastante la lectura porque no he visto una finalidad clara a esa subtrama.

Para terminar comentando un poco de todo, es fundamental resaltar que gran parte de culpa de que esta novela me haya gustado tanto la tiene la propia autora con su gracia para narrar. No hay nada que me haga disfrutar más que un buen atracón de sarcasmos e ironías plagando cada conversación y aderezando de humor cada pensamiento de los protagonistas, y a Nira Strauss parece que esta habilidad le sale de forma natural. Ni que decir tiene que se ha convertido en una de mis autoras de referencia para seguirla a partir de ahora con todo lo que escriba porque el estilo personal se podrá modificar en base al género pero la esencia seguro que no va a poder esconderla, así que desde ya quedo a la espera de ver qué será lo siguiente con lo que me sorprenda.

8/10

Todo lo anterior se podría resumir en tres ideas básicas: estamos ante una comedia romántica ambientada en un mundo de fantasía bien conocido como es la Atlántida pero reinterpretado de un modo muy libre, mezclando varias mitologías y seres sobrenaturales. En este caso, la fantasía es algo secundario aunque forme parte del entretenimiento general pero lo que realmente centra el interés lector es el romance slow burn que se va forjando entre los dos protagonistas, ambos con voces y personalidades fuertes, carismáticos y con interacciones explosivas. No tengo ninguna duda de que esta solo ha sido la primera vez de muchas en las que volveré a leer a Nira Strauss y espero haberos convencido para que también os deis la oportunidad de descubrirla.





¿Conocíais esta novela o a su autora?

¿Os gustan las historias inspiradas en mitos?

jueves, 13 de agosto de 2020

RESEÑA El Cielo en tu Mirada



Autora: María Viqueira
Autopublicado, 2020
Corrección: Claudia Córdoba
Tapa Blanda / eBook, 428 págs.
Hasta que Llegaste #1
Género: Romance, Contemporánea, New Adult
Andrea no ha vuelto a ser la misma desde aquella terrible noche. Ahora vive a medias, reprimida y acobardada, incapaz de disfrutar del presente por culpa de un pasado que no deja de perseguirla.
Noel ha perdido a Nico, su hermano pequeño, a causa de una larga enfermedad. Ahora vive al máximo, entre estrellas y sueños, aprovechando cada instante por aquellos que no tienen esa oportunidad.
Cuando sus caminos se cruzan en Valencia, en medio de dos filosofías tan diferentes, sus mundos colisionan. Juntos aprenderán que las segundas oportunidades existen. Que nunca es tarde para volver a ser feliz. Que siempre hay un motivo para seguir nadando. El cielo en tu mirada es una novela fresca y profunda, con una historia de amor y superación que muestra que, por muy hondo que parezca el pozo, siempre hay una estrella que te devuelve al camino. Solo hay que saber buscarla.
No es la primera vez que María Viqueira se deja caer por este rincón y técnicamente ya es el cuarto libro suyo que leo y reseño (si tenéis curiosidad por ver mi opinión de su anterior trilogía fantástica, los tenéis enlazados al final de esta opinión). En ese sentido, iba un poco sobre seguro confiando una vez más en su estilo, en su forma de narrar y en la calidad de sus personajes. Únicamente me he lanzado a ciegas respecto al argumento de esta novela, que resulta ser un cambio de registro total dado que es romántica pura. El Cielo en tu Mirada es una primera parte autoconclusiva, lo que indica que el resto de novelas que seguirán serán independientes en cuanto a trama y quizás tenga alguna conexión de personajes o escenarios, pero la historia que aquí se narra queda planteada y resuelta en este libro, así que tampoco es impedimento para tratarlo como “otra trilogía/saga/serie más”. De hecho, si queréis ver algo más sobre los que nos ha provocado a mí y a otros lectores este libro, podéis ir a curiosear en el hashtag #LCElCieloEnTuMirada como parte de la lectura conjunta que hemos ido compartiendo por Twitter.
En esta ocasión, la autora se centra en los dos personajes principales y protagonistas, Andrea y Noel: ella, una estudiante que deja Madrid huyendo de sí misma y de la persona en la que se ha convertido a raíz de un hecho traumático y él, un aspirante a piloto de familia rica que deja Nueva York para volver a sus raíces en Valencia. Entre ellos se establece un romance bonito y sencillo, aunque no demasiado pasional. Desde mis propias sensaciones, he sentido que había cariño, que se gustaban, que se ayudaban mutuamente pero tampoco he conectado demasiado con ellos como pareja, porque quizás me ha faltado algo más de química explosiva, de escenas más potentes o con más tensión conflictiva porque, básicamente, su relación se va fraguando entre citas muy cuquis, películas palomiteras de Pixar en casa y conversaciones sobre sus pasados o sus aspiraciones, su familia o sus amigos. No es un slow burn y tampoco podría calificarlo de instalove, pero sí que es cierto que desde la primera escena se han fichado el uno al otro, se han gustado y, quitando los primeros capítulos, todo lo demás es para adelante sin retroceder, salvo una única excepción que se reserva para la traca final.
Tanto Andrea como Noel me han gustado como personajes, pero sé que no se convertirán en favoritos porque no han conseguido que me enamore por completo de ellos, quizás por su forma de ser o quizás por su forma de manejar las situaciones que se les plantean. Es indudable que la construcción de ambos está muy trabajada en profundidad ya que una parte importante de la trama se basa en sus historias pasadas que les dan forma ahora en el presente, pero por algún motivo más profundo que lo que queda plasmado en el papel, no son mi tipo de personaje con los que emocionarme (en el sentido de encariñarme con ellos, para que se entienda mejor). Aunque desde luego no tengo problema en reconocer que mis verdaderos amores en este libro han sido los múltiples y carismáticos secundarios que hay dispersos por toda la novela. Por ejemplo, encontramos a Leo y Cristian como los escuderos de Noel y a Lucía y Claudia como las de Andrea, aunque estas amistades tan simétricas y triangulares me hacen sospechar tratándose de una trilogía por las conexiones que se establecen entre los seis cuando se conocen. Por el momento, nada se sabe de los siguientes libros así que todo pueden ser especulaciones.
De todas formas, creo con sinceridad que el mayor punto fuerte que tiene la novela son los temas que trata, la forma en que los aborda y las filosofías de vida que deja entrever a través de sus dos personajes principales. Ambos han sufrido y cada uno ha seguido con sus vidas a su manera. Hasta llegar donde están ahora han pasado por mucho y nosotros lo vamos descubriendo poco a poco: lo que les pasó, cómo lo afrontaron, si lo han superado o no, las decisiones que tuvieron que tomar para seguir adelante y cómo les afecta en la actualidad en su modo de relacionarse… No es un drama total porque la novela no va de eso ni se recrea en escenas escabrosas porque, como ya avisa el trigger warning de forma muy adecuada, aunque toca ciertos temas sensibles, no lo hace a tal profundidad como para que nos afecte seriamente si no es un tema personal para nosotros como lectores. Aun así, los tramos en los que se tratan cuestiones delicadas como puede ser una violación grupal están reflejados con un realismo pasmoso, ya que no cuesta nada visualizar la terrible escena (y menos si añadimos la nota personal de la autora al final del libro con la que es muy fácil sentirse identificada si alguna vez nos hemos visto solas, de fiesta, con una copa de más y con tela de menos en el cuerpo).
Sin embargo, pese a todo ello, he echado en falta un conflicto real presente porque la verdad es que los conflictos de los personajes son internos (en el caso de Noel, ni siquiera hay un conflicto, simplemente es parte de su historia personal antes del primer capítulo) y entre ellos tampoco se genera ninguna tensión que no sea la propia de una pareja que se está conociendo, no hay problemas externos, no hay giros de los acontecimientos con los que sufrir por ellos… Dicho de otro modo, el motor de la historia va al ralentí suavemente en el día a día de la relación, conociendo a los personajes a medida que se conocen entre ellos pero no hay ningún hándicap que haga peligrar la relación porque ni siquiera los fantasmas que arrastra Andrea son un impedimento fuerte que la separe de Noel (y yo que me alegro por ella en lo personal, eh, pero hablo de la falta de conflicto narrativo). Sí que es cierto que muy hacia el final de la novela hay un quiebro de guion que no me esperaba para nada, dado que está situado a muy pocas páginas de los últimos capítulos y como desenlace tenso logra remontar el ritmo pausado del resto de la novela. Para mí ha sido impredecible y tampoco es que haya muchas pistas a lo largo del libro para que sospechemos, aunque supongo que de eso se trata. Las reacciones de ambos protagonistas ante ese descubrimiento hasta me han hecho cambiar la opinión que tenía hasta ese momento de cada uno de ellos, llegando incluso a pensar que nada de lo que había dicho Noel hasta entonces se lo creía ni él, si se rinde tan fácilmente al menor problema que le impida ser feliz. Por el contrario, la reacción de Andrea me ha parecido menos sobreactuada y más natural, más comprensible y acorde con el resto de su personalidad.
Por otro lado, debido quizás a esa falta de giros argumentales o tensión lectora en gran parte del libro, en algunos pasajes me ha dado la sensación de ser un libro como estirado, como alargado con escenas que podrían perfectamente no haber estado (sobre todo varias de interacción con los respectivos grupos de amigos que a veces se me han hecho algo repetitivas). No quiero decir con ello que “por culpa” de tener escenas de más se me haya hecho aburrido porque la prosa de María Viqueira no permite que lo sea. Los capítulos son muy cortitos (el libro tiene más de 60 de pocas páginas cada uno) y muchos de ellos transcurren entre diálogos y escenas distendidas entre amigos o entre la pareja. Además, uno de los aspectos de los que siempre disfruto mucho en cualquier novela es la inclusión de detalles frikis y referencias y este libro está plagado de guiños a películas, a otras novelas y a otras autoras contemporáneas. Hay frases reflexivas en casi todas las páginas, se mencionan canciones actuales en paralelismo con la trama y el mensaje que deja la novela al terminar no podría ser más acertado para una novela feel good, que en definitiva es lo que es.
7/10
En otras palabras, me he encontrado una historia de personajes para disfrutar leyendo con sus conflictos internos y su día a día en medio de un romance bonito y sencillo. Como extra, la edición es preciosa se mire por donde se mire empezando por el libro físico en sí, con esa bonita portada acuarelada, con las solapas que le dan un refuerzo muy cómodo para leer y las ilustraciones interiores de Lorena Pacheco. Es decir, que en general ha sido una lectura muy agradable tanto por dentro como por fuera y que merece mucho la pena incluso sin haber leído anteriormente a María Viqueira. Desde luego, es una novela a tener en cuenta si lo vuestro es el romance, con un toque de sentimentalismo o drama, sazonado con bastante humor de la mano de secundarios de lujo y con una prosa hábil que os haga ir pasando páginas distraídamente mientras os emocionáis entre tanta frase para reflexionar sobre la vida y vuestro modo de vivirla.
*Para terminar, muchísimas gracias a María Viqueira por haberme enviado un ejemplar rodeado de detalles y cariño.



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