sábado, 26 de septiembre de 2020

RESEÑA Encontrarás Quimeras


Autora: Ana Escudero Portal
Autopublicado
Corrección: Silvia Barbeito
Diseño y maquetación: Ana Escudero Portal
Tapa Blanda /ebook, 137 págs.
Autoconclusivo
Género: Fantasía, Aventura, Juvenil

Taniel vive con su abuela en la ciudad de Gorna, hogar de la última quimera. Su padre lo anima a estudiar cada día para convertirse en un gran orador, pero su verdadera ambición es ser maestro. El día de la prueba final de retórica cambiará su vida, y una promesa lo lanzará en un viaje que le llevará a descubrir los secretos enterrados entre las calles de Gorna… y las quimeras que albergan sus murallas. No todos los mitos viven en el pasado. No todas las quimeras son de carne y hueso.

Mentiría si dijera que conocía esta novela antes de que su autora contactara conmigo por redes sociales. No había visto nunca la portada de su novela y aunque me parece que refleja perfectamente lo que hay en el interior, reconozco que no la habría mirado dos veces de no ser porque Ana Escudero Portal me permitió leer varios capítulos de cortesía para que probara con su estilo y pudiera ver si me enganchaba lo que me iba a encontrar. Y ahora sí, menos mal que le pedí ese pequeño favor porque la sorpresa que me he llevado ha sido muy grata con esta pequeña novela desconocida para mí hasta ese momento. A grandes rasgos, se trata de una novela corta de fantasía juvenil que de modo pausado y tranquilo nos va contando una pequeña aventura que parece sacada de una leyenda.

La novela nos mete en ambiente comenzando con la creación de las quimeras, unos seres mitológicos que fueron enviados por los dioses como castigo para los humanos. Ahora esas quimeras se han extinguido y solo queda una en la ciudad de Gorna, hogar de Taniel, y de su mejor amiga, Yudiz. El protagonista comienza su aventura siendo un niño tímido, con muchas ganas de aprender y de convertirse en maestro de retórica, a pesar de ser consciente de que no se le dan bien los discursos en público. Su personalidad inocentona y aniñada hace que se le pueda coger cariño nada más conocerlo pero su evolución a medida que va creciendo y convirtiéndose en el joven que protagoniza su propia aventura es lo que de verdad lo convierte en un personaje redondo y bien construido en profundidad, pese a lo que pueda parecer en una novela con ese número de páginas. Sin embargo, hablar en público para convertirse en maestro y luchar a diario contra las reticencias de su padre (que prefiere que sea político) pasa a un segundo plano cuando un hecho cambia radicalmente la tranquila vida de Taniel: su abuela aparece muerta en extrañas circunstancias sin una explicación racional. A partir de ese momento, Taniel deja de ser un niño curioso y pasa a investigar su muerte sin descanso, cegado por la venganza y también por el dolor de que Yudiz lo haya abandonado. Sus pesquisas lo van acercando a un grupo misterioso que se parece demasiado a una secta de fanáticos sobre la “verdadera religión” en contraposición a las creencias del propio Taniel.

Este giro de la trama sirve de pretexto para que en las conversaciones entre los distintos personajes se filtren reflexiones muy interesantes acerca de la filosofía, la religión como concepto, la intolerancia entre iguales o la propia existencia de los “dioses” como fuerzas superiores a nosotros que controlan el destino de las personas contraste con el libre albedrío. Todos ellos temas muy actuales y que invitan al debate interno a medida que vamos leyendo cómo Taniel descubre que quizás lo que él conoce o cree conocer no es la única verdad. Gran parte de la novela transcurre entre diálogos en los que podemos ver la profundidad tridimensional y las inquietudes internas del protagonista o del resto de personajes principales. Por ejemplo, Taniel es creyente de la religión karenita que impera en Gorna mientras que Yudiz es atea y no honra a los dioses porque pone en duda su existencia. Estas discrepancias infantiles se van convirtiendo en dilemas existenciales cuando ambos maduran y son tiras y aflojas recurrentes en todo el libro.

Desde el principio, tras leer las primeras páginas, se puede ver la habilidad de Ana Escudero con las letras, con un estilo de prosa poética muy adecuado para una historia épica de estas características. La autora une palabras y forma oraciones de una manera tan ágil y a la vez tan reflexionada que hay multitud de párrafos que parecen sacados de alguna epopeya clásica. Es una gozada ir leyendo una historia con esa calidad narrativa y que a la vez no cargue de densidad la trama, entre otras cosas porque la historia es corta pero dinámica, rápida y pausada a la vez, pero sobre todo porque el número de páginas no permite extenderse demasiado en divagaciones. Digamos que Ana Escudero Portal aporta las descripciones exactas y de la amplitud necesaria para que nos metamos en escena y luego deja también espacio suficiente para nuestra propia imaginación del entorno. Para mí, la narración ha sido un placer añadido a una historia original y atrapante de por sí, que no me permitía distraerme por el mero disfrute de leer cómo está escrito lo que va contando, y eso es mérito de la habilidad de la autora con las teclas, más allá de haber creado una trama entretenida que enganche.

Por otro lado, todo en la novela recuerda vagamente a la cultura clásica grecorromana y es bastante evidente que el worldbuilding está basado en esas sociedades (por ejemplo, la importancia de la retórica o la política como vías de resolución de problemas o de exposición de ideas, el circo como lugar de exhibición de ejecuciones públicas, etc.). Sin embargo, el infodumping del mundo en el que vive Taniel, fantástico y fruto de la imaginación de Ana Escudero Portal, es limitado por razones obvias de extensión y también es de agradecer a la autora que no se haya explayado más de lo necesario. Aun así, me he quedado con la sensación de que es la antesala de algo más grande o un mundo en el que podrían suceder más pequeñas aventuras al mismo tiempo que esta. El final es muy satisfactorio y cierra perfectamente esta trama en concreto pero, como digo, parece formar parte de algo más extenso por el mundo y la mitología que la autora crea a su alrededor, como si pudieran desarrollarse varias historias de temática similar con nuevos personajes en ese mismo universo aprovechando el worldbuilding tan trabajado que podemos discernir aquí. Sin duda, es otro de los puntos fuertes que tiene la novela, aunque supongo que esa imaginación viene de base en la autora y que su destreza al escribir ha logrado el resto: trasmitir ese mundo de manera visual sin llegar a saturarme y dejarme con la curiosidad necesaria para pedir más leyendas de ese universo.

8/10

En otras palabras, una historia aparentemente sencilla sobre un chico cualquiera que se convierte en el héroe de su propia aventura dejando atrás la infancia de una manera traumática, pero con un viaje personal de transformación a través de la investigación que lleva a cabo. Gracias a los diálogos inteligentes con los demás personajes y a las reflexiones sobre las que se ve obligado a detenerse a pensar, vamos viendo su evolución y también la nuestra, porque nos hace plantearnos muchas cosas que a veces damos por sentadas. En definitiva, he disfrutado cada página de este pequeño libro, he descubierto a una nueva autora a la que tener en cuenta y he podido anotar otra novela a mi lista de recomendaciones a partir de ahora.

*Por último, agradezco muchísimo a Ana Escudero Portal que me haya proporcionado un ejemplar de su novela.


 

 

¿Os gustan las novelas cortas?

¿Conocíais esta historia o a su autora?

lunes, 14 de septiembre de 2020

RESEÑA A la Caza de Houdini



Autora: Kerri Maniscalco
Título Original: Escaping From Houdini
Editorial: Puck, 2020
Traducción: María Celina Rojas
Rústica con solapas / ebook, 480 págs.
A la Caza de Jack el Destripador #3
Temática: Thriller, Misterio, Histórica, Juvenil, Romance
Audrey Rose y Thomas Cresswell se encuentran a bordo de un lujoso transatlántico que se convierte en una horrorosa prisión flotante cuando un asesino termina con la vida de los pasajeros uno por uno… y no hay lugar adonde escapar.
Al emprender un viaje de una semana por el océano Atlántico a bordo del opulento RMS Etruria, Audrey Rose Wadsworth y su compañero de investigaciones, Thomas Cresswell, se ven deslumbrados por una compañía itinerante de artistas de circo, videntes y un carismático joven escapista que entretienen por las noches a los pasajeros de la primera clase.
Pero algunas jóvenes de alta cuna comienzan a desaparecer sin ninguna explicación y una serie de asesinatos brutales conmociona al barco entero. La inquietante y extraña influencia del Carnaval Luz de Luna invade las cubiertas a medida que los asesinatos se vuelven más y más perturbadores. Audrey Rose y Thomas deberán resolver estos casos espeluznantes para evitar que más pasajeros mueran antes de llegar a destino. Pero cuando las pistas indican que la próxima víctima quizás sea alguien a quien ella ama, ¿podrá Audrey Rose desentrañar el misterio antes de que el asesino lleve a cabo su macabro acto final?
Son muy pocas las sagas que me mantienen enganchada sin que pierda ni pizca de interés desde la primera novela a la última, y que me tengan esperando con el mismo entusiasmo publicación tras publicación a pesar de que pase un tiempo entre una y otra sin que decaigan mis ganas por continuar con la historia. Creo que en este caso se debe a que, al fin y al cabo, resultan ser casos policiacos independientes con el hilo común de la historia de los personajes principales. Sigue siendo una de mis sagas favoritas y no voy a cansarme de agradecer a la editorial que nos trajera la traducción a los hispanohablantes. Tanto es así, que incluso me alegré de que se anunciara una cuarta y última parte aunque eso supusiera saber que este no sería el cierre de una trilogía sino la continuación de la saga y que me dejaría con un final con cliffhanger para la conclusión. En esta opinión es inevitable comentar con cierto grado de spoilers debido a que la historia y la relación entre los personajes está ya muy avanzada así que os recomiendo que si no conocéis la saga os paséis primero por aquí para ver la reseña de la novela que la inicia.
A estas alturas, a pesar de que han pasado apenas unos días desde el final de la anterior novela, como digo, la historia de los personajes y todo lo que les une está en un punto muy interesante, en una ubicación con un encanto especial y con un desarrollo muy limitado en cuanto al tiempo. En apenas algo más de una semana, justo lo que dura el pasaje de Inglaterra a Nueva York, Audrey Rose Wadsworth y su compañero Thomas Cresswell deben resolver una serie de crímenes que acontecen a bordo de un lujoso transatlántico. Como buenos forenses que son, deben dejar a un lado los sentimientos que les provocan las macabras escenas de los asesinatos y también los que se provocan entre ellos para poder avanzar en la investigación sin interferencias. Sin embargo, teniendo en cuenta que a bordo viaja una compañía circense, de la que forma parte el famoso escapista Houdini y otra serie de variopintos artistas con diferentes habilidades para el ilusionismo y el espectáculo, el abanico de posibles sospechosos con oportunidad y motivo para matar a mujeres de la alta sociedad se abre de forma muy amplia.
Hasta aquí podríamos decir que esa sería la premisa de la que parte esta novela detectivesca juvenil, con ambientación victoriana y un toque de romance muy bonito. Realmente hasta ahora todos los libros están unidos por los personajes, la evolución que van teniendo y la relación personal que se ha establecido entre ellos, aunque los casos escabrosos en los que se ven involucrados se desarrollan y se resuelven en cada uno de los libros sin que haya spoilers de uno a otro. Es más, hasta se podrían leer de forma independiente si alguno de los casos llama más la atención (en ese sentido, la autora ha sido muy hábil para no desvelar detalles de los otros dos casos, Jack el Destripador y Drácula), pero mi consejo es que se lean por orden, sin ninguna duda, porque merece la pena conocer la historia general de los personajes como se merecen.
En cuanto a personajes, obviamente, repite la pareja protagonista: Audrey Rose, joven científica forense adelantada a su tiempo con una gran capacidad para leer las pistas en las víctimas sin vida; y Thomas, un joven ingenioso con grandes dotes de deducción, arrogante y con dificultad para relacionarse emocionalmente. Juntos han ido moldeando su personalidad y ahora Audrey Rose ya no tiene que defender a diario su derecho a estudiar medicina forense o a dedicarse a una profesión tan poco apropiada para una dama, mientras que Thomas se va comportando poco a poco como un chico normal y menos como una especie de Sherlock Holmes sin empatía ni habilidades sociales. Ya comenté en otra ocasión que para mí lo ideal habría sido que los libros hubieran estado narrados desde ambos puntos de vista en primera persona y no solo desde la perspectiva de Audrey Rose, pero entiendo que en este caso quizás la autora ha querido resaltar así el papel tan relevante que tiene una chica como ella en una época como la victoriana y con una profesión como la que desempeña, mientras que su compañero no tendría ese peso simplemente por ser chico. También vuelven a escena el tío de Audrey Rose y mentor de ambos jóvenes, y su prima Liza, huida de casa y en paradero desconocido hasta ahora tras dejar una nota en la que explicaba que quería sentirse libre de las ataduras de la aristocracia londinense.
El resto de personajes son nuevos y conviene destacar a dos en concreto por su importancia en la trama. El primero por ser quien da nombre a esta novela, Harry Houdini, como atracción principal del espectáculo de a bordo, y el misterioso Mephistopheles, el maestro de ceremonias y dueño de la compañía de artistas. Sin embargo, al terminar no entiendo muy bien por qué la novela recibe el nombre del escapista, porque en principio no tiene mucho que ver ni con la trama ni como personaje relevante como sí ocurre en los libros anteriores. En cambio, Mephistopheles es uno de los personajes más enigmáticos y fascinantes que ha creado la autora, con esa aura de misterio rodeándolo continuamente, ese encanto natural que desprende en cada conversación con Audrey Rose y su afán por mantener una fachada de secretismo constante. En mi opinión, de lo mejor que contiene esta tercera parte es, sin duda, Mephistopheles. Además, ya imaginaréis que esta saga incluye romance y es uno de los aspectos que más me gustan por cómo está tratado, de forma paulatina, con inseguridades y sin que ninguno dé nada por sentado. Incluso en este capítulo podemos ver un pequeño paso atrás, marcado por las dudas de la protagonista con respecto al haz de posibilidades que se abre ante ella cuando conoce la vida de libertad que podría llevar con la compañía circense dedicada a las ilusiones. Todo ello hace que las conversaciones entre ambos protagonistas, que antes eran puro picante y sarcasmo, ahora se han suavizado y se hablan con pies de plomo, midiendo las palabras y ocultándose secretos que ponen en peligro la mecánica de confianza que habían construido entre los dos.
Por otro lado, y como viene siendo ya un factor común en toda la saga, en este caso me limitaré a comentar que la ambientación sigue siendo igual de elaborada que en las novelas anteriores, no escatima en detalles para hacernos pensar que somos parte del pasaje del RMS Etruria y que estamos a finales del siglo XIX, con lujosos vestidos de encaje victoriano, bailes de máscaras, joyas centenarias y todo el encanto de la época reflejado en todas las escenas, incluso en las más escabrosas con las descripciones de los crímenes, cada cual con una escenografía más artística que la anterior, muy acorde con el ambiente circense y de espectáculo que se desprende en esta aventura. Pese a todas las licencias creativas que se haya podido tomar la autora para hacer encajar todas las piezas y que funcionen, el trabajo de documentación es evidente y se pueden encontrar muchos datos históricos y curiosidades sobre el escapista más famoso de todos los tiempos, sobre todo del que le tocó vivir. Por otro lado, esa misma época a través de los ojos de Audrey Rose sirve como pretexto a la autora para seguir criticando los convencionalismos y las mentes cuadradas con respecto al papel de la mujer y socialmente aceptado por aquel entonces, con muchos mensajes reivindicativos y feministas.
8/10
En otras palabras, una continuación de saga que ya forma parte de mis favoritas, porque tiene personajes fascinantes y una trama bien hilada, con un misterio adictivo y un final impredecible, con buena ambientación y un detallismo envolvente. Para mí, es una saga juvenil con muchos elementos funcionando coordinadamente y en equilibrio sin que el romance tenga más peso que la trama policiaca o viceversa, por ejemplo. Desde luego, desde que leí la primera parte he recomendado esta saga y a Kerri Maniscalco pero con cada novela me convenzo aún más de que echaré mucho de menos estas historias cuando finalmente concluya. Hasta entonces, solo me queda esperar con ansias la cuarta y última parte después de ese pequeño cliffhanger con el que termina la resolución del caso Houdini.
*Por último, muchísimas gracias a Puck por haberme cedido un ejemplar para disfrutar una vez más con esta saga victoriana.



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