lunes, 25 de junio de 2018

RESEÑA Lágrimas de Arena




Autora: Mariah Evans

Editorial: Ediciones Kiwi, 2018

Rústica con solapas /ebook, 448 págs.

Autoconclusivo

Género: Aventura, Romance, Histórica


1643 - Mumbai, Imperio mogol.

Fynes Chapman, reputado comerciante de Londres, es escogido por la Corona británica para abrir una nueva vía en la Ruta de la Seda. Fynes viaja junto a su hija, Katherine, con la Compañía Británica de las Indias Orientales. Allí, les espera Arthur Wyatt, coronel que les acompañará en la caravana hacia el Imperio chino. Arthur no esperaba a una mujer allí y, por esa razón, verá todos sus planes alterados. Pronto iniciarán un viaje plagado de adversidades.

Katherine guarda un secreto que la ha conducido hasta esa arriesgada expedición. El descubrimiento de este por parte de Arthur hará que la vea con distintos ojos. Ante las noticias de una nueva invasión, Fynes y Arthur partirán para emprender unas fructíferas negociaciones con el imperio. Un ataque inesperado hará que Arthur deba volver solo al caravasar, descubriendo a su llegada que este ha sido arrasado y que han secuestrado a parte de sus hombres y a Katherine.

Sin un ejército ni nadie que lo ayude, dispuesto a darlo todo por la mujer que ama, afrontará en solitario una búsqueda tras las líneas enemigas y una huida a contrarreloj en plena conquista de un imperio, a sabiendas de que las fronteras con el Imperio mogol, su única vía de escape, se cerrarán para evitar una invasión.
Una arriesgada decisión, en uno de los lugares más remotos y peligrosos del mundo, cambiará el rumbo de sus vidas para siempre.

Una novela cargada de romance, aventuras y exotismo.


Ya he perdido la cuenta de las novelas que he leído de esta autora y ahora que ya he probado con varios de sus géneros, puedo decir con conocimiento de causa aunque sin desmerecer el resto de sus géneros, que cuando más disfruto de su narración es cuando me transporta a otras épocas para contarme historias preciosas como esta. Ya os he hablado en otras ocasiones de lo mucho que me gusta cómo escribe Mariah Evans, y que muchos de sus personajes se han quedado en mi corazoncito de lectora fiel, sobre todo si hablamos de sus personajes masculinos que, en mi opinión, casi siempre se caracterizan por llevar el peso del protagonismo. Sorprendentemente, este no ha sido el caso y creo que esta novela se quedará en mi memoria por lo entretenida y apasionante que es, pero no por sus personajes. Aunque no adelanto más acontecimientos y voy por partes.

En Lágrimas de Arena viajamos hasta el centro inexplorado de Asia, con una Ruta de la Seda incipiente y los colonos ingleses del siglo XVII van intentando hacerse camino en nuevos puntos de comercio para el Imperio de su Majestad. Fynes Chapman y su hija Katherine parten hacia allí al servicio de la Reina como embajadores para empezar a comerciar con telas. El viaje es peligroso y a Fynes no le hace ninguna gracia que su joven hija le acompañe, pero ante la perspectiva de no volverle a ver y encontrarse sola en el mundo, Katherine es una cabezota y no le da opción: va a ir y punto. Y si su padre no ha podido convencerla, tampoco va a poder el estricto jefe de su expedición, Arthur Wyatt, encargado de su seguridad y de que lleguen sanos y salvos a su destino en el Imperio Mogol, atravesando la India y parte de China. Aquí comienza una aventura con muchos peligros, tanto de la propia naturaleza como por la convulsa situación política que hay en la zona, con emboscadas en los caminos, las fronteras difusas y la propia cultura india, que no es que sea muy agradable para una mujer (si no lo es ahora, imaginaos entonces).

Algo de lo que adolece esta novela es que nos cuenta una historia bastante “conocida”, que hemos visto miles de veces tanto en los libros como en las películas. Aunque no lo comento como una desventaja, porque algo tendrá esta fórmula que nos sigue enganchando aunque sólo cambien los protagonistas, ya que Lágrimas de Arena es lo que viene siendo una historia al estilo de El último mohicano o Memorias de África, en las que el protagonista aventurero acaba encandilando a la jovencita de ciudad que se embarca en un mundo inexplorado y regido por sus propias normas hasta que empieza a conocerlas a través de los ojos de él. Partiendo de esta premisa, la autora ha creado un dúo de personajes principales, Katherine y Arthur, que como os habréis imaginado, se conocerán, discutirán, se aguantarán, se conocerán mejor… y lo típico, como os digo. Siendo sincera, ni Katherine ni Arthur tienen nada de especial que me haya hecho sentirlos como personajes inolvidables porque considero que esta es más bien una novela de aventuras en la que el romance tiene un papel importante.

Katherine es la típica jovencita amable, buena persona y querida por su adorable padre, pero que no tiene a nadie más (muy de princesa Disney, vaya). Su evolución es patente a lo largo del libro aunque poco marcada, ya que he visto intentos de ser una mujer valiente, decidida y con un carácter fuerte pero a veces pecaba de sobreactuación. Desde luego no es el prototipo de protagonista que a mí me gusta, pero reconozco que su construcción es buena, porque desde los primeros capítulos hay una flashbacks en los que vamos conociendo su historia personal desde hace unos meses antes de embarcarse en ese peligroso viaje y podemos ver de forma muy nítida la tierna relación que tiene con su padre Fynes, una de los mejores aspectos que tiene la novela. Por su parte, el coronel Arthur Wyatt es un tipo que ha sufrido lo suyo en el amor y en la guerra y que ha encontrado la paz en la India, pese a su carácter estricto y a veces demasiado sobreprotector que tan nerviosita me pone cuando leo. Su historia personal también es muy emotiva y es una base solida para explicar su forma de ser hacia Katherine. Ojo, no os penséis cosas raras que no tiene nada que ver con un comportamiento machista pero sí que va de “machote”, porque a veces la trata como si fuera una desvalida inútil que no puede viajar por la selva porque sus piernas de mujer no lo resistirán o algo así. Todo ello contextualizado como debe ser porque no había mujeres en los grupos de expedicionarios en las colonias hace 5 siglos, obviamente.

Respecto a la ambientación, nos encontramos con un trabajo bastante envolvente pot la amplia amplia variedad de descripciones. He leído tan poquito acerca de esta parte del mundo, que he disfrutado muchísimo con cada detalle que ha añadido Mariah Evans, desde el vestuario hindú, las costumbres familiares o de matrimonio, el protocolo en los exóticos palacios, el funcionamiento de los harenes de mujeres, hasta la política de la época y las relaciones comerciales entre los distintos implicados por la zona. Como apenas sé nada ni de este siglo ni de estos imperios, todo me parece poco. Sin embargo, sí que he notado que a veces se introducían párrafos enteros con muchos datos históricos que en realidad podrían haberse omitido o haberse introducido de cualquier otra manera porque al final la sensación era como estar leyendo la Wikipedia. No son muchos, es verdad, pero sí que agradezco más cuando son los propios personajes los que me cuentan esos datos a colación de algo que esté sucediendo porque si este recurso no se trata con cuidado, este tipo contexto histórico queda un poco artificial. Por suerte como os digo, son pocas las ocasiones en que tenemos este tipo de párrafos y el resto del libro fluye sólo entre peligros, escaramuzas, conversaciones culturales y de costumbres, y ese pequeña llamita del amor en tierras lejanas.


En definitiva, al final resulta ser una historia preciosa sobre una aventura en una tierra inhóspita y poco explorada en la literatura, con un ambiente exótico en el que se desarrolla una bonita historia de amor. Si no conocéis a esta autora por alguna de sus (variadas) novelas, este libro puede ser un buen contacto porque la narración es muy fluida y el grosor del libro engaña. Se lee muy rápido, continuamente les están pasando cosas durante sus viajes y siempre tienen que estar saliendo de algún peligro o evitando algún contratiempo. Resumiendo, lo que cualquiera calificaría de una aventura muy entretenida aunque no se sea asidu@ al género romántico o histórico.

*Muchísimas gracias a Ediciones Kiwi por haberme permitido leer esta bonita historia enviándome un ejemplar con tanta amabilidad.




Otras novelas de la autora reseñadas en el blog
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¿Os gustan los romances en lugares exóticos?

lunes, 18 de junio de 2018

RESEÑA El Lamento de los Abedules





Autora: Enara de la Peña
Editorial: Escarlata Ediciones 2018
Rústica con solapas / ebook, 358 págs.
Autoconclusivo
Género: Romántica, Histórica
Un amor no correspondido. Un amor imposible. Un amor que nunca debería haber existido. El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, víctimas de su tiempo, cuyos caminos están predestinados a cruzarse.
Mientras un soldado es obligado a retirarse del ejército por una herida incurable, una princesa es sometida a un matrimonio no deseado. Además, a la ciudad llegan una mujer con ideas demasiado avanzadas para su época y un hombre hecho a sí mismo, considerado un extranjero en su propia tierra. Ambos se reencontrarán con su viejo amigo, el conde, que ahora esconde sus sentimientos tras una fachada de indiferencia y todo tipo de excesos.
Sumérgete en el imperio zarista, cuando la era industrial transformaba Rusia y los nuevos movimientos anarquistas estaban a punto de cambiar la historia para siempre.
Comienzo aclarando que esta autora estaba en mi lista por su anterior novela, Amapola de Sangre, también publicada con Escarlata Ediciones, pero que no me decidía (ni aún me decido) simplemente por la temática vampírica de la historia, debido a que yo hace unos años me saturé bastante con los vampiros y ahora prácticamente huyo de todo lo que tenga que ver con ellos, pero supongo que es cuestión de tiempo que vuelvan a atraerme ese tipo de historias. De momento, no sabéis lo mucho que me alegro de que haya sido con El Lamento de los Abedules la novela con la que yo he descubierto a Enara de la Peña porque, además de ser una historia de uno de los géneros que más me gustan, el romance histórico, también ha hecho que me reencontrara con la Rusia zarista después de mis decepciones con Anna Karenina y la bilogía El Juego de la Corona. Así que necesitaba una historia tan intensa como esta para que volverme a enamorar de una época y una ambientación que desde siempre me han encantado pero que no lograba encontrar novela que me dejara satisfecha. Pues ya está, Enara de la Peña lo ha conseguido. Y aunque he reprimido a la hora de emocionarme en esta opinión, podréis comprobar por mis comentarios en el hashtag #LCAbedules en Twitter lo mucho que he disfrutado de esta novela. A cambio, no encontraréis ningún spoiler referido a la trama ni a los personajes en esta reseña.
Al principio y casi hasta la mitad del libro, se nos muestran varias historias que no parecen tener relación entre ellas más que el hecho de que los personajes se conocen pero que no interactúan entre sí (por el momento). Por un lado, tenemos a Yuri, un noble retornado a San Petersburgo que intenta recuperar la posición perdida de su familia tras caer en desgracias años atrás. Para ello debe volver a aprender a moverse entre la alta sociedad pero para su personalidad tranquila e introvertida resulta un verdadero obstáculo y su camino más rápido es un matrimonio de conveniencia con alguna joven casadera. Su amigo el conde Lev intenta ayudarlo a dos cosas: integrarse de nuevo en los bailes y recepciones de la capital rusa y conquistar el corazón de su aparentemente fría e imperturbable esposa. Por su parte, Nikolay se ha vuelto un amargado porque ha perdido su puesto en el ejército debido a una lesión, así que con su edad, ser un veterano retirado le hace sentir un inútil. En la contraparte femenina, su hermana melliza Nadia intenta acostumbrarse a su nueva vida pero es tan introvertida que sólo consigue conectar con Nikolay, al que echa muchísimo de menos. Nada que ver con Larissa, una chica independiente que sobrevive en los bajos fondos de la ciudad juntándose con malas compañías que poco a poco la van llevando por las ideologías anarquistas y revolucionarias, que intentan imponer su nueva justicia para acabar con las desigualdades sociales.
En este sentido, la novela está llena de referencias históricas y con una ambientación envolvente que tanto me gusta. También asistimos a elegantes eventos de la alta sociedad en la que se puede apreciar la documentación de la que Enara de la Peña ha tenido que valerse para poder transmitirnos los detalles que nos trasportan a la época, con los vestidos de las damas o los atuendos militares del ejército y multitud de otros datos históricos que hay diseminados sutilmente sobre la sociedad, las costumbres, la literatura, la música, el vestuario… Como escenario no podía ser mejor para conocer las diversas subtramas de los personajes, que giran todas en torno a la idea del amor (romántico, fraternal, de amistad o de algo más) porque mientras Yuri intenta conquistar a su nueva esposa, su amigo Lev intenta recuperar un antiguo amor que no cree que su relación tenga futuro. Por su parte, Nadia sólo intenta apartar sus sentimientos por el que una vez fue su amigo de la infancia mientras su hermano Nikolay se escuda en un pasado atormentado para justificar su agrio carácter hacia todo aquel que no sea su hermana. A su vez, Larissa tiene que ocultar su relación con cierto aristócrata para que no influya en sus objetivos revolucionarios ni en los de su apasionado líder anarquista Biery.
Todos los personajes muestran una evolución muy marcada por sus relaciones pero en cuanto a personalidad, están bastante definidos tod@s ell@s desde el principio y casi podemos encuadrarlos con etiquetas (el amargado, la rebelde, el vividor, la pasiva…) En cambio, sin apenas darnos cuenta, la autora nos cuenta una bonita historia de amor pausada, tranquila y lenta, que sin embargo, se vuelve muy intensa a medida que avanzamos. Como podéis intuir, en la sombra hay otro par romances más no tan definidos para ni siquiera sepamos por quién están formadas las verdaderas parejas. Lo que cuenta en realidad es la evolución tan marcada que van sufriendo los distintos implicados: Yuri, Larissa, Nikolay, Nadia y Lev, los cinco personajes principales que más relevancia tienen en la novela y que son el motor de lo que va ocurriendo. Además, aviso que la autora se atreve a establecer relaciones de todo tipo, sexo o condición, incluidas las tóxicas, dependientes y poco sanas. Pero en general, y en lo que a mí respecta, el romance principal es lo que realmente me ha hecho enamorarme de la historia prácticamente desde que comienza, que además, no es al modo convencional.
Sin embargo, hay un par de aspectos que ha hecho que mi ritmo de lectura no haya sido tan rápido como me hubiera gustado. Primero, la falta de más diálogos o la ausencia de diálogos más fluidos, porque si bien es verdad que hay, en realidad hay muy poca interacción entre los distintos personajes (entre algunos casi no hay ni una conversación o muy pocas, como por ejemplo entre los hermanos Nikolay y Nadia) y como consecuencia de esto, la trama se desarrolla prácticamente en párrafos descriptivos: hay poca trama ocurrida a favor de mucha trama contada, para que me entendáis. De hecho, hay varios fundidos a negro en lo que lo sucedido se nos cuenta un par de capítulos más adelante y ese tipo de recursos en que el narrador omnisciente nos cuenta lo que ha ocurrido. Además, para mi gusto los capítulos son demasiado extensos, aunque también es cierto que en medio de todos ellos hay varios cambios de escenas para los distintos personajes. Nada de esto me ha impedido disfrutar de la novela entera, que hacia los capítulos finales coge un ritmo bastante acelerado y cambia de tono para rematar algunas de las tramas y para dejarnos con más ganas de otras más abiertas.
Para terminar resumiendo, ha sido una lectura muy agradable de leer y una buena primera toma de contacto con el estilo Enara de la Peña. Tengo que reconocer que no me esperaba esta sorpresa que me he llevado respecto a esta autora porque sabía que la historia iba a ser bonita por el tipo de novela que es y la ambientación en la que se desarrolla, pero no estaba preparada para que Enara de la Peña me emocionase tanto con su prosa elaborada y llena de sentimiento. Los personajes que ha creado tienen luces y sombras, tienen pasados ocultos que los definen en su presente y nos mantienen queriendo saber sobre su futuro en las siguientes páginas. Así que sí, si sois lector@s del género romántico o histórico, esta novela merece mucho la pena.
*Termino dando las gracias a Escarlata Ediciones por haber tenido la amabilidad de proponerme esta lectura conjunta y haberme facilitado un ejemplar.




¿Conocíais esta novela o a su autora?
¿Os gustan las novelas románticas de época?

jueves, 14 de junio de 2018

RESEÑA La Noche de tus Ojos



Autora: Sandra Andrés Belenguer
Editorial: Cross Books (Planeta) 2017
Rústica con solapas, 320 págs.
Autoconclusivo
Género: Thriller, Juvenil, Realista
Un acantilado.
Una figura que se precipita al abismo.
Un enigma que solo podrá ser revelado en la oscuridad de sus ojos... 
Dublín, una ciudad envuelta en un halo de inquietante misterio, es testigo de unos sobrecogedores asesinatos cuyas víctimas son siempre hombres de dudoso pasado sin ningún tipo de conexión aparente. O eso sospecha el más que competente inspector Gallagher. Mientras, ajena a ellos, la joven Ciara vive en la pesadilla de su propia casa, soñando con un futuro mejor; un cambio que la ayude a recuperar la felicidad perdida. Lo que no sabe es que, más cerca de lo que cree, hay un corazón atormentado que anhela unirse al suyo y rendirse sin condiciones. 
Aunque aún no cuenta con ninguna otra reseña en este blog, resulta que Sandra Andrés Belenguer es una de las autoras nacionales que más me gustan, y ahora ya sí, puedo decir que de mis favoritas, puesto que siguiendo mi propia norma no escrita, esta ya es la tercera novela suya que leo, tras El Violín Negro y Ex Libris. Aclaro desde ya que La Noche de tus Ojos no se parece en nada a estas dos anteriores, que tienen algo de fantasía y mezcla de otras épocas. En este caso estamos ante una especie de thriller psicológico pero prácticamente protagonizado por el antagonista. Os adelanto que ha sido una novela distinta a lo que me esperaba aunque no en el mal sentido ni en lo que se refiere a las expectativas, que no llevaba ninguna en concreto. Simplemente, me la esperaba de otra manera.
En un principio, la historia se centra en Ciara, una chica dublinesa que desde la muerte de su padre hace algunos años, su día a día es un auténtico infierno en el que vive junto a su madre, ambas a merced de su padrastro. Su vida se trastoca por completo cuando la espiral de violencia en su hogar se descontrola y la tragedia la golpea (aunque no de forma inesperada). Debido al shock postraumático, sufre una extraña pérdida de la vista por algún motivo psicosomático. Es entonces cuando se cruza en su camino un amable doctor llamado Aidan, quien dice ser psicólogo experto en traumas y decide llevarla a su caserón a las afueras de la ciudad para intentar “curarla” de su ceguera psicológica mediante una terapia experimental. O eso es lo que le cuenta a Ciara porque en realidad él ya conoce a la chica y debe guardar la verdadera razón de su relación en secreto porque Aidan es mucho más que un simple médico.
Tanto Aidan como Ciara tienen una historia demoledora detrás de su construcción y ambos se complementan de alguna manera por los paralelismos que existen entre sus tramas personajes. Sin embargo, si hay algo que no me ha terminado de convencer (ni siquiera un poquito) ha sido el romance. De hecho, cuando empezaba a conocer la historia de Aidan y su hermana Evelyn, ocurrida hace varios años, y tras las primeras comparaciones con el parecido físico de Ciara con su hermana (motivo por el que Aidan siente una conexión especial con su nueva protegida), creía que la relación entre ambos iría más bien encaminada hacia la amistad, la fraternidad o la admiración un poco retorcida, pero no me esperaba un “amor” tan intenso en tan poco tiempo como es el que transcurre en las páginas del libro y mucho menos debido a las circunstancias en que se establece, cuando Ciara prácticamente está [posible spoiler]secuestrada y con un fuerte síndrome de Estocolmo[←fin del posible spoiler]. Aunque también es verdad que es parte del encanto de este libro por la propia naturaleza del personaje de Aidan, que encarna al antihéroe romántico (de género, no de romance) atormentado y con un sentido de la justicia un tanto desviado.
A pesar de lo anterior, Aidan es uno de los personajes más complejos (y polémicos) que he podido conocer, una persona ambigua que nos hace cuestionarnos muchas cosas sobre la justicia, la venganza, y varios dilemas morales que seguro que os tod@s ya nos hemos planteado alguna vez. Sin embargo, como verdadero punto fuerte de la novela tengo que destacar el tema principal y el trasfondo a raíz del cual se desarrolla la trama: la violencia doméstica y los abusos sexuales, básicamente. Son temas muy duros y la autora no dulcifica ni un poquitín su tratamiento, cosa que se agradece un montón porque en la literatura juvenil también hacen falta introducir historias más difíciles de digerir pero desgraciadamente reales. Aunque debo decir que la figura del maltratador queda demasiado demonizada (en ambos casos en que aparece esta figura en el libro) cuando lo normal es que haya episodios también de “luna de miel” que hacen que las víctimas vuelvan una y otra vez a “perdonar”. En este caso no, simplemente son seres malvados que hacen daño por placer (y en la realidad no es así). Es decir, que los malos de la novela son demasiado malos, pero quedan compensados porque al menos el “héroe” no es tan bueno. Además, el final también me ha parecido bastante acorde a todo el tono de la novela, si acaso obviando el matiz romántico con el que termina.
Por lo demás, Sandra Andrés tiene una forma de narrar muy bonita, poniendo sentimiento en cada frase para llegar a removernos algo mientras leemos. Ha sido todo un acierto estructurar la novela con capítulos tan cortos porque para mí, que leo a ratos, resulta muy cómodo no poder parar simplemente por leer un capítulo más en cuestión de unos minutos. Personalmente, no puedo evitar comparar sus novelas entre sí y quizás tengo demasiado idealizadas las otras dos que he leído de ella, pero creo que el hecho de que esta no me haya satisfecho del todo en comparación se debe más que nada al género y no al estilo. En cualquier caso, ha sido una buena lectura, perfecta para reflexionar sobre uno de los mayores dilemas morales recurrentes en la literatura: ¿justicia o venganza? Y como a veces la línea es muy fina, el resultado son personajes tan grises como Aidan O’Connor, que seguro que no dejará a nadie indiferente.
Resumiendo mi opinión, me ha encantado reencontrarme con esta autora y su forma de contar historias emotivas. Ha sido una lectura muy entretenida, emotiva y rápida pese al tono oscuro que se desprende de la trama, pero que sólo se debe a los temas tan crudos que describe. La verdad es que al no ir con expectativas acerca del argumento la he disfrutado bastante a pesar de que iba advertida sobre la “polémica” conducta de su protagonista masculino. También reconozco que el único punto débil que he podido ver yo en la parte romántica de la trama puede llegar a gustar mucho si sois otro tipo de lector@s, así que en cualquier caso, una nueva lectura para recomendar a partir de ahora, como todas las demás de esta autora juvenil.
¿Conocíais esta novela o a su autora?
¿Os gustan los personajes complejos con claroscuros?