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martes, 27 de febrero de 2018

RESEÑA La Hoguera


Autora: Krysten Ritter
Título Original: Bonfire
Editorial: Alianza de Novelas, 2017
Traducción: Cristina Martín Sanz
Rústica con solapas, 336 págs.
Autoconclusivo
Género: Thriller, Misterio
Han transcurrido diez años desde que Abby Williams se fue de casa y se quitó de encima toda prueba visible de sus raíces provincianas. En la actualidad trabaja en Chicago como abogada medioambiental, tiene una carrera floreciente, un apartamento moderno y todos los hombres que se le antojan. Pero cuando un nuevo caso la hace regresar a su pueblo de Barrens, Indiana, la nueva vida que se ha construido con tanto esfuerzo empieza a resquebrajarse. Encargada de la tarea de investigar a Optimal Plastics, la empresa más relevante del pueblo y motor económico del mismo, Abby empieza a descubrir extrañas conexiones con el mayor escándalo que sacudió Barrens hace más de una década, en el que se vio implicada la popular Kaycee Mitchell junto con sus amigas más íntimas... justo antes de que Kaycee desapareciera para siempre.
Abby sabe que la clave para resolver cualquier caso radica en los puntos débiles, las preguntas que aún están sin contestar. Pero cuando intenta averiguar qué le ocurrió realmente a Kaycee, destapa un secreto todavía más inquietante: un ritual denominado '''El Juego''' lo cual amenazará la reputación y la vida de los habitantes de Barrens y además posee el potencial de sacar a la luz algo muy siniestro que podría devorarla a ella misma.
Con sus prometedores giros y su lento suspense, y ambientada en una remota población rural, claustrofóbica, que mide menos de diez kilómetros de un extremo al otro, La hoguera explora el tema de si es posible o no superar el pasado."
Hasta hace muy poquito no conocía esta novela pero por casualidad la vi en las redes sociales de la editorial. De inmediato me llamó la atención principalmente por su autora, Krysten Ritter, que seguramente de nombre no os suene pero si os digo que es la protagonista de Jessica Jones, la serie de Netflix, puede que sí le pongáis cara. Dado que es una actriz a la que admiro, sentí muchísima curiosidad por descubrir también su faceta como escritora y fue una suerte que desde la propia editorial me propusieran esta novela porque ha sido una de las más satisfactorias en lo que va de año.
La historia nos presenta a Abby, una joven abogada que, cerca ya de la treintena, vuelve a su pueblo natal, Barrens, para llevar a cabo una investigación junto a su equipo jurídico sobre unos vertidos contaminantes que supuestamente está realizando la empresa Optimal, la mayor multinacional de la zona, saltándose todas las leyes e inspecciones medioambientales. De alguna manera, Abby está convencida de que los vertidos están relacionados con una serie de casos en que varias chicas enfermaron justo antes de que ella abandonara el pueblo, unos 10 años atrás, al acabar el instituto. El pasado vuelve de golpe a la vida de Abby, que tanto había hecho por olvidarlo en su nueva vida en Chicago, pero con la investigación en marcha se ve forzada a volver a ver las chicas que enfermaron por entonces y que casualmente también eran el grupo de chicas guapas y populares que le hacían la vida imposible convirtiendo sus días de instituto en un pequeño infierno psicológico con sus abusos y crueldades.
La autora ha sabido dotar de una enorme complejidad a la protagonista, Abby, para empezar porque la vamos conociendo muy lentamente, ya que según va avanzando en sus pesquisas en el presente, poco a poco va recordando su juventud y nos va transmitiendo sus circunstancias tanto pasadas como actuales. Su personalidad es muy profunda y está completamente basada en cómo superó (o no) el bullying al que la sometían sus “amigas”, Kaycee y Misha, en el instituto o cómo su infancia estuvo marcada por el férreo dominio de su padre, un hombre cruel y autoritario que utiliza la religión y el pecado para atemorizar a su hija con el castigo divino. En conjunto, todo nos ayuda a comprender por qué Abby quiere y a la vez no puede cerrar viejas heridas o quedar en paz con las deudas de su pasado. Por si fuera poco, cuando intenta ponerse en contacto con su antigua "mejor amiga", Kaycee, ésta parece haber desaparecido sin dejar rastro porque abandonó el pueblo casi a la vez que Abby y no ha querido volver a saber nada más de él, dado que todo el mundo creyó que había fingido estar enferma sólo para llamar la atención.
Por otra parte, conviene aclarar que la trama no es la típica de los trepidantes thrillers de lectura rápida en la que suceden muchas cosas en muy poco tiempo y se hacen hallazgos cada pocas páginas que van girando la investigación para un lado o para otro. Precisamente es todo lo contrario, pero lo que le falta en cantidad de acontecimientos lo suple con la profundidad de los personajes y en conjunto, la trama me ha parecido tan bien hilada que sin ser demasiado complicada de seguir, mantiene el nivel de suspense en cada capítulo con esos cliffhangers en cada página final. Es decir, que todo está conectado de una manera formidable y que todos los datos se nos presentan de forma tan paulatina que ni nos damos cuenta de lo que se nos va desvelando, de lo que tiene relevancia o de lo que podría ser mera paja en la trama. El desarrollo de la investigación en realidad en un camino que sigue Abby para evolucionar como personaje y sin embargo, tiene tanto interés lo uno como lo otro.
La autora ha logrado crear una atmósfera nostálgica y a la vez oprimente, exactamente igual que los sentimientos que afronta la protagonista al regresar a su antigua vida en el pueblo de Barrens: no puede dejar atrás el pasado y eso está asfixiando su presente. Su infancia y su adolescencia han moldeado su personalidad adulta y siendo ella misma quien narra en primera persona, tenemos una visión muy real en primer plano de cómo pueden afectarnos acontecimientos que creíamos superados hace muchísimos años. Krysten Ritter explora a la perfección la naturaleza humana colocando sobre el tablero varias piezas de secundarios que no sabemos muy bien qué papel tendrán en la trama, ni quién finge o quién sabe más de lo que dice saber, y lo hace además con un estilo magnífico de prosa y con un uso muy convincente de las metáforas repartidas por toda la novela, que me han evocado muchísimas imágenes comparativas a medida que iba leyendo.
Me quedo con ganas de más Abby, con ganas de más casos para resolver y de saber más sobre ella tras su paso por Barrens y todo lo que le ocurre, pero la novela está redonda tal y como acaba, con ese giro inesperado de los acontecimientos en el último minuto. Siendo sincera, algo me decía que esta novela me iba a gustar pero no me esperaba que me enganchara de la manera en que me ha mantenido queriendo continuar leyendo capítulo a capítulo, que por otra parte son tan cortitos que el ritmo de lectura es muy rápido, aunque también al no ser una novela demasiado extensa, es posible leerla en unos cuantos días. Para ser una primera novela para la autora, la verdad es que no me esperaba algo tan efectivo ni con tan buen resultado y sólo espero que Krysten Ritter se anime a seguir escribiendo porque ahí estaré yo para seguir leyéndola.
Resumiendo un poco, me ha parecido un thriller diferente con una trama fuera de las típicas investigaciones de desapariciones o asesinatos que suelen tener las novelas de misterio. Paradójicamente, ha sido más bien una exploración de la personalidad de la protagonista sirviéndose de una trama de misterio que mezcla historia en el presente y recuerdos y acontecimientos pasados. Una mezcla convincente y muy adictiva, por lo que la sorpresa que me he llevado ha hecho que se convierta en una de mis recomendaciones a partir de ahora para quienes disfrutéis con el género, pero también para los que os guste leer novelas de personajes, de pasados de abusos y tramas que enganchan desde el principio con sólo leer unas pocas páginas.
*Para terminar, muchísimas gracias a Alianza de Novelas por la recomendación y el envío del ejemplar para poder disfrutar de esta historia.




¿Conocíais esta historia o a su autora?
¿Os gustan las novelas de misterio?

viernes, 23 de febrero de 2018

RESEÑA Nosotros Después de las Doce




Autora: Laia Soler
Editorial: Puck Ediciones, 2016
Rústica con solapas, 320 págs.
Autoconclusivo
Género: Juvenil, Romántica, Realismo mágico, Contemporánea,
Si pudieras borrar de tu mente los recuerdos que te hacen sufrir, las traiciones,
las pérdidas y los desengaños...
Si pudieras convertir tu mente en un mural en blanco donde volver a pintar tu vida, ¿lo harías?
Aurora vive en Valira, un pequeño pueblo situado entre montañas. No cree en los cuentos de hadas, pero sí en la magia. Al fin y al cabo, Valira debe su nombre a una reina feérica. Dice la leyenda que la sangre de las hadas aún corre por las venas de sus habitantes, que el pozo del pueblo alberga el espíritu de la reina y que el antiguo carrusel de la plaza posee poderes extraños. No, en Valira nadie se atrevería a negar la existencia de la magia.
La víspera de San Juan, la noche más mágica del año, la mejor amiga de Aurora, Erin, regresa al pueblo después de dos años viviendo en la gran ciudad. Y con ella vuelve Teo, su hermano gemelo, cuya presencia Aurora prefiere evitar. Pero la mirada de Teo no es tal como ella la recordaba, ni su pelo, ni su sonrisa. Y cuando el más poderoso de los sentimientos asoma entre los dos, Aurora empezará a dudar de si acaso estará viviendo la segunda parte de una historia de amor olvidada o... no.
Con una voz potente, actual y profundamente evocadora, Laia Soler teje una historia salpicada de magia que nos arrastra por las turbulentas aguas de la memoria, el dolor y el amor para reflexionar sobre todo aquello que nos une, nos separa y nos hace crecer como personas.
Esta se novela se convierte en mi tercera incursión en el trabajo de Laia Soler, a quién ya conocía por Los días que nos separan (de mis libros favoritos) y Heima es hogar en islandés, que quizás os suene por la preciosa portada que tiene. Ninguna de las dos están reseñadas en el blog porque las leí antes de abrirlo pero como sabía que no iban a ser las únicas que leería de esta autora, no me importó esperar a leer Nosotros después de las doce para mostraros mis impresiones con esta autora nacional. Si sois de los que ya habéis leído algo suyo, sabréis que se trata de una autora con experiencia en escribir dentro del subgénero conocido como “realismo mágico”, un término que para mí era completamente desconocido antes de leer sus novelas. Y si no sabéis de qué os estoy hablando, con esta opinión personal podréis comprenderlo mejor.
La historia se centra en Aurora, una chica que vive en un pueblito de montaña llamado Valira (hasta el nombre es mágico) y cuya vida ha dado un giro lento pero inexorable en los últimos dos años. Ahora, a punto de tener que decidir qué hacer cuando termine el instituto, se empieza a dar lo que hay en su vida y de lo que falta. Así, con la vuelta al pueblo de su mejor amiga Erin, se da cuenta de lo mucho que la ha echado de menos; con la vuelta del hermano de Erin, Teo, se da cuenta de lo cerrado que tiene el corazón; y con las continuas recaídas de la salud de su abuelo, se da cuenta de que no estará siempre. Estas tres personas son los tres ejes alrededor de los cuales gira Aurora. Pero hablando de girar, ahora viene la parte mágica de la novela, y es que en Valira hay un tiovivo que cuenta con un caballito muy especial de cuya existencia sólo conoce Aurora gracias a las historias que le contaba su abuelo de pequeña. Ella nunca ha creído en los cuentos de hadas y es muy pesimista en lo que se refiere a los finales felices porque está comprobado que no existen en la realidad, pero la magia sí, y ese tiovivo lo demuestra.
El resto de personajes se mueve un poco alrededor de Aurora, que obviamente es a quien mejor conocemos (aunque por si no lo sabéis, este mes se publica Tú y yo después del invierno, el spin-off con la historia de Erin, que en esta novela es una secundaria). También Teo queda bastante bien retratado pero sin embargo, no he sabido interpretarlo muy bien en muchas ocasiones porque entre los dobles sentidos y esa personalidad tan ambigua, a veces no sabía exactamente qué quería transmitir. Aunque creo que Teo es así totalmente a conciencia de la autora, porque hasta la pobre Aurora está despistada con este chico durante toda la novela, así que supongo que no me puedo quejar. El resto de amigos y amigas, sin contar a Erin, están completamente fundidos y fusionados en un homogéneo grupo, de modo que yo apenas los he distinguido como individuos ni falta que ha hecho porque simplemente cumplen la función de ser los amigos habituales de Aurora y poco más, aunque tengan alguna pincelada de trama secundaria para alguno de ellos.
Respecto a la parte romántica de la historia, sí, me ha convencido. Es real, pausada y muy emotiva en los momentos clave. También sé que esto se debe a la propia personalidad de Aurora, porque de haber sido de otra manera creo que se me habría hecho demasiado empalagosa y no ha sido así porque la protagonista es una chica con una coraza que hace que el dulce Teo choque una y otra vez contra su muro. Las reflexiones que tienen en todas sus conversaciones nos dejan pensando durante un rato y no podemos evitar pensar en la razón que tienen, en parte, cada uno con su propia perspectiva. Además, el ambiente bucólico que despliega toda la novela, invita aún más a meternos en esas escenas con un toque encantador: un pueblo entre montañas, un campamento de caravanas, ferias nocturnas, excursiones por el campo, una pastelería familiar… Todos son elementos muy sutiles que sin darnos cuenta, nos forman una apacible estampa mental en la que se desarrolla el torbellino de sentimientos que hay dentro de Aurora.
Con una historia muy sencilla, Nosotros después de las doce es una novela sobre las relaciones personales, bien de amistad, bien de amor o simplemente de las relaciones familiares y todos sus complejos matices, porque ninguna relación es igual a otra. Así que la trama es simplemente un camino para mostrarnos una historia de segundas (o terceras oportunidades), de la importancia de cometer errores y aprender de ellos, porque llega a tocar temas bastante serios desde una perspectiva muy personal al estar narrado con la voz en primera persona de Aurora. Si habéis tenido la suerte de leer alguna otra novela de Laia Soler, seguro que no os estoy diciendo nada nuevo cuando os aseguro que la madurez con la que escribe esta joven autora es tan admirable como maravillosa. Es verdad que la novela está dirigida a un público juvenil por la edad de los personajes y por el tipo de cosas que les ocurren, y por eso en parte es más fácil que conecte con jóvenes lectores, pero igualmente es una novela que no tiene edad precisamente por su prosa. Ya quisieran muchas novelas para adultos transmitir los sentimientos y las emociones de la manera en que lo hace Nosotros después de las doce.
Al terminar de leer estaba tan cargada de emociones que he tenido que dejar unos días para sopesar si algo me había fallado y aunque no lo he encontrado, sí que es verdad que no he podido evitar compararla con sus anteriores novelas, que a título personal, me gustaron más únicamente por las tramas más complicadas que presentaban. En este caso, tiene aspectos interesantes con los que se seguro que más de un@ se sentirá identificado, como por ejemplo las pandillas de verano en el pueblo y los reencuentros con esos amigos que sólo vemos unos meses al año, o la relación con esos abuelos huraños que en el fondo son trozos de pan, o incluso ese año previo antes de decidir qué hacer con nuestras vidas teniendo que elegir una carrera sin saber si lo hacemos porque nos gusta o porque es lo que se espera de nosotr@s. Desde luego, con el ingrediente mágico que ha añadido la autora, esta novela adquiere un tono de cuento con su propia moraleja que todos deberíamos tener en cuenta.
En definitiva, es una novela muy realista pese a esos toques mágicos que están presentes en toda la historia. Como veis, más allá de la parte romántica y mágica, hay temas muy actuales que hacen que esta novela sea una opción cautivadora para quienes disfrutéis de historias sencillas, cargadas de emociones, con una ambientación preciosa y llenas de reflexiones que a pesar del género, la acercan más a la realidad que a la ficción. Lo tengo claro desde hace varios años, Laia Soler es una joven promesa del panorama juvenil nacional y aunque ya lo haya dicho, me arriesgaré a repetirme: si no habéis leído todavía a esta autora, esta es una buena ocasión para planteároslo y descubrir la calidad que hay detrás de esta bonita portada.




¿Habéis leído esta o alguna novela de la autora?
¿Os gusta el realismo mágico?

lunes, 19 de febrero de 2018

RESEÑA Los Silenciosos




Autora: Richelle Mead

Título Original: Soundless

Editorial: Del Nuevo Extremo, 2016

Traducción: Nora Escoms

Rústica con solapas, 272 págs.

Autoconclusivo

Género: Fantasía, Aventura, Juvenil


"EN UN PUEBLO SIN SONIDOS. . .

UNA CHICA OYE UNA LLAMADA A LA ACCIÓN. . .

Y DESPIERTA UN PODER QUE SALVARÁ A SU PUEBLO.

Desde que Fei puede recordar, en su pueblo nadie puede oír. El terreno rocoso y los aludes frecuentes hacen que sea imposible abandonar el pueblo, por lo que Fei y su gente están a merced de una cuerda con la que se izan los alimentos por los traicioneros acantilados desde Beiguo, un reino lejano y misterioso.
Cuando los habitantes del pueblo empiezan a perder la vista, disminuye la cantidad de comida que llega por la línea. Muchos pasan hambre. Fei y todos sus seres queridos caen en una crisis, sin nada que esperar más que oscuridad e inanición.

Hasta que una noche, un sonido desgarrador despierta a Fei. El oído se convierte en su arma."


Quizás el nombre de esta autora os suene por su saga más famosa, porque Richelle Mead es la creadora de Vampire Academy. Hace años que leí esta serie de libros y guardo muy buen recuerdo, pero tampoco supuso lo mejor de lo mejor más allá de entretenerme durante unos años. Por el contrario, no sabía nada acerca de Los silenciosos, ni siquiera sabía en qué género me estaba metiendo al empezar pero tenía confianza en la autora. Supongo que el hecho de haber ido sin ningún tipo de expectativa ha ayudado bastante a que me haya gustado más de lo que me esperaba.

Para empezar, Los silenciosos no es una historia fantástica de las típicas. No es un mundo fantástico y apenas sabemos dónde está situada, únicamente podemos hacernos una idea general de que se trata de algún sitio de ambientación asiática por los nombres, el vestuario y quizás algunas costumbres como las reverencias a modo de saludo respetuoso, pero poco más. Tampoco es que sea necesario y la autora se limita a decirnos que el reino en el que nos encontramos se llama Beiguo, pero ni sabemos el nombre del pueblo principal ni el de los de alrededor. Sí que hay algunas historias de cultura oriental (supongo que inventadas de la imaginación de Richelle Mead) y en sí la propia novela recuerda a una leyenda asiática que cuente una historia mítica pero sin dar mayores explicaciones, como ocurre en los mitos clásicos. Puede que sea mejor advertir de esto por si alguien al leerlo está esperando la construcción de un mundo y le mueve la curiosidad de saber más acerca de lo que ha creado la autora.

En esta novela directamente no hay worldbuilding. No sabemos gran cosa del mundo en el que estamos ni la autora le concede ninguna importancia ya que centra toda la trama en el hecho de que el pueblo de la protagonista, Fei, está aislado literalmente en la cima de una montaña muy escarpada sin accesos de ningún tipo. Hace generaciones que su gente ha perdido el sentido del oído y Fei comienza a sospechar que también van a perder la vista cuando su hermana Zhang Jing empieza a tener problemas de visión. Desesperados por la escasez de alimentos en el pueblo, dependen completamente de la persona que les envía la comida a través de una cestilla con una polea desde el pie de la montaña y con la que sólo mantienen contacto a través de notas escritas. Como pago por la comida, tienen que explotar la mina de plata que está costando la vida a muchas personas porque no consiguen suficiente mineral para intercambiarlo por comida para todos. Toda la historia gira en torno a esta idea tan simple y por eso Richelle Mead no se molesta en darle mayor profundidad ni contexto pero tampoco hace falta más para lograr una novela entretenida y centrada en ese misterio de por qué perdieron la audición y en el viaje que emprende Fei para salvar a su pueblo de la hambruna, la injusticia y el aislamiento.

Así que como digo no es una historia de fantasía al uso porque no hay magia ni poderes, y sólo en el mismísimo final de la novela podemos ver el por qué de este calificativo al libro. Pero a cambio tenemos un viaje con pequeños misterios, con situaciones de supervivencia en las que conocemos muy bien los pensamientos y los sentimientos de Fei. La protagonista es una chica con ciertos privilegios en el pueblo porque tiene gran talento para dibujar y pintar y los artistas están en lo alto del rango social porque se dedican a perpetuar los acontecimientos en sus obras. Sin embargo, para conseguir esa vida acomodada para ella y su hermana Zhang Jing, Fei tuvo que renunciar hace años a lo único que le importaba más que su propia familia: Li Wei, un minero valiente, con sentido de la justicia y su mejor amigo de la infancia. Los mineros, en la base de la escala social, jamás pueden aspirar a relacionarse con los artistas como Fei así que la relación se rompe y no es hasta ahora, cuando tienen que trabajar mano a mano para sobrevivir al preligroso viaje de descenso de la montaña, cuando vuelven a retomar lo que sentían hacía años. En mi opinión, una relación muy bonita y pausada que queda muy natural y en armonía con el resto de la historia.

Otro aspecto que debo advertir es que tampoco se trata de la típica novela en cuanto a recursos literarios. Para empezar, no hay diálogos como estamos acostumbrados a ver en los libros por razones obvias. Al no poder oír, los personajes tampoco saben comunicarse con lenguaje hablado y sólo interactúan mediante el lenguaje de señas, que transcrito al libro no queda como los habituales diálogos guionizados. Al principio esta particularidad me abrumaba un poco porque con solo echar un vistazo rápido a las páginas vemos que apenas hay diálogos y en cambio, sí muchos párrafos narrativos. Pero una vez que me acostumbré es bastante más ameno de lo que parece porque aun sin diálogos frecuentes, la narración está en primera persona desde el punto de vista de Fei, y la verdad es que basta y sobra porque no es una historia de personajes, ni siquiera hay secundarios relevantes si quitamos a Li Wei o Zhang Jin.g. Pero por supuesto, también ayuda que los capítulos sean muy cortitos para avanzar rápidamente.

Como os adelantaba al principio, conocía a Richelle Mead por su saga Vampire Academy, y no recuerdo que su estilo fuera tuviera característico excepto que resulta muy directo, simple y nada rebuscado. En este caso es eso, y además, poco dado a describir nada más que lo necesario para hacernos una idea general (alguna descripción física poco detallada, las pinturas que tanta importancia tienen para Fei y poco más). Por otra parte, se lee rapidísimo y en apenas unos días he podido terminar esta historia que me ha mantenido enganchada casi desde el principio, que aunque pueda ser un poco lento en cuanto al ritmo, el hecho de querer saber qué ha ocurrido y qué ocurrirá ha sido aliciente suficiente para que me haya gustado más de lo esperado, aunque repito, seguramente en esto tenga mucho que ver no haber ido con expectativas previas.


En definitiva, esta novela con aires de leyenda oriental ha sido una agradable sorpresa que se ha salido bastante de lo que estoy acostumbrada a leer normalmente. Me ha gustado mucho porque no me esperaba nada en concreto y mi consejo es que vayáis simplemente con la idea de disfrutar de la historia sin darle mayor importancia a todo de lo que carece, si la comparamos con otras historias de fantasía juvenil. Además, a su favor también tiene que se trata de una novela autoconclusiva, cosa de lo que yo enteré al terminar, ya que por algún motivo me esperaba que fuera el comienzo de una saga (sí, otra, porque ahora casi todo tiene segundas partes como mínimo) y al no ser así he quedado doblemente satisfecha puesto que la historia no necesita más.

*Para terminar, tengo que dar las gracias a Del Nuevo Extremo por la amabilidad que han tenido al enviarme un ejemplar de cortesía para poder disfrutar de esta historia.



¿Conocíais esta novela o a su autora?

¿Qué otras novelas conocéis de ambientación oriental?