RESEÑA La Corona de los Tres Reinos

Autores: James L. Nelson

Título Original: Dubh-Linn

Editorial: Ediciones Pàmies, 2017

Traducción: Pedro Santamaría Fernández

Tapa blanda con solapas, 400 págs.

Saga Nórdica en Irlanda (Fin Gall) #2

Género: Histórica, Aventuras, Acción.

Irlanda. Mediados del siglo ix.

Dubh-Linn acaba de ser reconquistada a los daneses por la flota vikinga noruega comandada por Olaf el Blanco.

Thorgrim Lobo Nocturno solo piensa en volver a sus tierras en su Noruega natal, pero se encuentra atrapado en Dubh-Linn sin barco y sin dinero. No le queda más remedio que aceptar participar en una última incursión en tierras irlandesas bajo el mando de Arinbjorn Diente Blanco, un hombre en el que no confía.

Pero las cosas se complican; Brigit nic Máel Sechnaill, la heredera del trono de Tara, tiene que huir precipitadamente y se refugia en Dubh-Linn, donde le pide a Arinbjorn que la ayude a recuperar su corona. Flann mac Conaing se proclama nuevo rey de Tara con la ayuda de su intrigante hermana Morrigan, que tiene en su poder la Corona de los Tres Reinos, que, según dice la leyenda, quien la ciña será el rey supremo de Irlanda..

Thorgrim, su hijo Harald, su suegro Ornolf el Incansable, el berserker Starri el Inmortal y el resto de sus hombres, se verán inmersos en la batalla por el trono de Tara, una batalla que pondrá a prueba su fuerza y su lealtad como nadie jamás lo había hecho.

Esta es una saga que llegué a conocer prácticamente de casualidad y que a día de hoy es una de las que más enganchada me tiene, quizás porque no hay muchas con este trasfondo y son periodos históricos y tramas que tienen más cabida en la televisión o el cine que en la literatura. Es posible que se deba a que a pesar de ser ficción histórica, es un género que se asocia demasiado a tediosas novelas con muchos datos, muchas fechas y muchos personajes reales de nuestro pasado. Sin embargo, hay muchos libros, como en este caso, en que a pesar de los hechos históricos que tienen como trasfondo, en realidad se trata de una lectura amena, de aventuras, con mucha acción y personajes que si llegaron a existir, aparecen tan novelizados que no sabemos dónde acaba la Historia y dónde empieza la ficción.

La trama arranca exactamente en el mismo punto en que terminó la primera parte así que no he tenido ningún problema en coger el ritmo rápidamente sin que me haya dado tiempo a notar la lentitud del principio que en cierto modo sí noté en “Vikingos”, que podéis ver reseñada aquí. En “La Corona de los Tres Reinos” todo empieza mucho más ágil y rápido, incluso con varias batallas en las primeras páginas para recordarnos lo guerreros que pueden llegar a ser tanto Thorgrim como su hijo Harald y que viene muy bien para recordar cómo son sus respectivas personalidades, a la vez que se nos introducen nuevos personajes como el berserker Starri, un personaje muy peculiar por su procedencia.

Hasta aquí podríais haber leído sin leer ningún spoiler en esta reseña, pero en el desarrollo de mi opinión es posible que haya algún aspecto de la trama que derive de la primera parte y que no queráis leer. Avisad@ estáis.

Desde el comienzo, Thorgrim deja claro su deseo de volver a Noruega lo antes posible, mientras que Harald tiene otros planes porque el chico no está pensando con la cabeza exactamente. Ambos se han unido al jarl Arinbjorn que los llevará junto al resto de su tripulación a casa en cuanto hayan saqueado un poco más Irlanda. Continuamente asistimos a estos saqueos, en cierto modo pacíficos, porque los irlandeses no tienen un modo eficaz de defenderse al encontrarse tan divididos, y que le dan un tono muy activo y dinámico a la novela. También ayuda que los capítulos sean cortos y haya continuos cambios de escenario y de voces narradoras, aunque siempre en tercera persona.

Además, podemos seguir conociendo aún más sobre la extraña maldición que arrastra Thorgrim, y que le ha valido el sobrenombre de Lobo Nocturno: una inexplicable furia que de vez en cuando lo asalta por las noches y por la que conviene dejarlo solo y en paz. En cambio, el crecimiento personal de Harald desde un sumiso quinceañero a hijo adolescente, rebelde y revuelto por las hormonas, trae a Thorgrim por el camino de la amargura y también nos proporciona varias escenas de tensión entre padre e hijo, además de entrañables reconciliaciones como sólo puede propiciar una buena batalla contra el enemigo común. En ambos podemos apreciar muy bien los lazos familiares, de lealtad y cariño que los mantienen unidos durante lo que llevamos de saga y es uno de los aspectos que más me gustan en esta historia, porque a través de muy pocas palabras y gestos de camaradería, el autor transmite muchísimos sentimientos, algo que nos es fácil cuando se trata de hombres tan rudos como son los vikingos.

Por el lado irlandés, Morrigan y Brigit, las dos mujeres más importantes de la historia siguen magníficamente definidas y con personalidades arrolladoras. Morrigan continúa con sus planes maquiavélicos para hacerse con el poder de todos los pequeños reinos irlandeses manteniendo la corona en la cabeza de su hermano Flann, aunque sea para gobernar ella en las sombras (un poco como Cercei Lannister, incluido su carácter). En cambio con Brigit, la princesa y legítima heredera, lo único que sacamos en claro cuando comienza el libro es que necesita huir y reunir un ejército que la suba al trono. Y obviamente piensa utilizar los sentimientos de Harald para conseguirlo. Sin embargo, la evolución de la chica me gusta hasta cierto punto, porque poco a poco podemos ver menos difusos sus pensamientos y sus estrategias cuando termina por reconocer que Harald (además de guapo, porque no para de repetirlo) también es leal y la quiere de verdad.

En general, las mujeres juegan un papel muy importante en toda la historia, no sólo porque son las que de verdad mueven el cotarro pese a que ninguna pueda ostentar un poder visible, sino porque la trama fluye gracias a sus tejemanejes y sus estrategias políticas. También son los personajes más grises, al menos Brigit, que como digo, quizás es la que utiliza a la gente para sus propósitos sin plantearse la moral de sus acciones. En ese sentido, Morrigan está más definida en esta novela (en la primera parte tampoco dudaba en utilizar todo su arsenal de mujer para sobrevivir a sus captores, los vikingos daneses). Por otra parte, los que sí quedan totalmente retratados en bandos separados son los vikingos, los buenos, que para eso son los protagonistas de la saga, y los irlandeses, los malos y traicioneros que no se respetan ni entre ellos.

La narración en sí misma es muy fluida, algo poco común en novela histórica porque se tiende a densificar muchos datos reales en medio de la trama ficticia, pero este no es el caso. Rápido, preciso y contundente, el autor no se anda por las ramas ni para describir una batalla, ni para expresar los sentimientos ni para incluir escenas de sexo veladas. Todo ello además queda muy bien humanizado cuando en medio de determinadas situaciones, entremezcla reflexiones de algunos personajes sobre la religión, el honor o la lealtad. Se puede ver claramente en las dudas de Thorgrim respecto a Harald y su educación cuando siente que su hijo ya no es un niño o también cuando tiene contacto con nuevos personajes como la irlandesa Almaith, casada con un noruego, para reflexionar sobre la necesidad de la convivencia y la tolerancia de religiones.

Como trasfondo tenemos la turbulenta situación de una Irlanda en pleno siglo IX, cuando aún no está aunada en un único reino, sino que se mantiene con una estabilidad muy frágil cada vez que uno de los pequeños reyes intenta hacerse con todo el control legitimándose como sea posible: por batalla o por matrimonio. Lo mejor de este contexto es que podemos verlo tanto de la parte de los irlandeses, leales o usurpadores, como de los fin gall, los vikingos noruegos como Thorgrim. Para liar más las cosas, algunos fin gall como el jarl Arinbjorn tienen sus propios planes para Irlanda, en contra de lo que desea Thorgrim, quien parece comprender casi todo lo que sucede a su alrededor y cuenta con mi total admiración por ello. No destaca como personaje especialmente estratega, sobre todo en comparación con las mujeres irlandesas que son las que tejen los hilos más finos, pero lo cierto es que tiene una intuición muy buena y sabe cómo manejar situaciones muy difíciles.

Debo reconocer que esta segunda parte es ligeramente más lenta en cuanto a los acontecimientos que ocurren con respecto a “Vikingos” (no en cuanto a ritmo de lectura), en el sentido de que es como más de transición para lo que está por llegar y no hay tantos frentes abiertos como en el anterior libro. Por otro lado, a diferencia de la primera parte, en este libro quedan bastante olvidados los otros vikingos, los llegados desde Dinamarca, conocidos como dubh gall. Este contraste es una de las cosas que más me gustaron en “Vikingos” y aquí no lo vemos más que de pasada y en referencias indirectas. Como compensación, ahora tenemos muchas más conspiraciones, más jugadores en el tablero con ambiciones personales propias que no conocen las de los demás y varios personajes con ases en la manga que no sabemos cuándo van a enseñarlos. Así que esta novela no se queda en una simple historia de aguerridos vikingos batallando a la fuerza, sino que también nos permite disfrutar del estilo entretenido de las intrigas palaciegas y de algún que otro romance entre irlandesas y vikingos para añadir más sabor al conjunto.

Resumiendo, una novela muy recomendable para amantes del género concreto, pero también para aquell@s que disfrutan de las novelas de aventuras en general porque aunque el contexto sea un periodo histórico y haya ausencia de elementos mágicos, reúne lo mejor de algunas sagas de fantasía épica, con luchas de poder, conspiraciones entre ambos bandos, romances con y sin amor, y personajes muy carismáticos que nos mantienen enganchados en todas y cada una de sus tramas particulares. Para mí es una de las sagas más completas y entretenidas que he tenido la suerte de descubrir últimamente.

*Por último, tengo que agradecer muchísimo a Ediciones Pàmies por el envío del ejemplar y por darme la oportunidad de nuevo de continuar leyendo esta saga que se ha convertido en una de las que más enganchada me tiene.

¿Conocíais esta saga o a su autor?

¿Os gustan las novelas de ficción histórica?