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domingo, 29 de julio de 2018

RESEÑA Del Norte a Jerusalén



Autor: Jan Guillou

Título Original: Vägen till Jerusalem

Editorial: Ediciones Pámies, 2018

Traducción: Mayte Giménez, Dea Marie Mansten y Frida Sánchez Giménez

Rústica con solapas, 400 págs.

Trilogía de las Cruzadas #1

Género: Histórica


Mediados del siglo XII. Götaland occidental, norte de Europa.

Arn Magnusson, hijo de una noble familia emparentada con los linajes reales noruegos y suecos, es enviado al monasterio de Varnhem, donde recibe la mejor educación espiritual y terrenal de su época por parte de los monjes cistercienses. Aprende también a manejar el arco y la espada, ya que los religiosos han comprendido que su destino probablemente no sea el de convertirse en hermano del monasterio, sino que será de mayor utilidad como soldado de Cristo y defensor de la fe en Tierra Santa.

A los diecisiete años, Arn regresa a su hogar y se ve envuelto en las intrigas de los pretendientes al trono de una Suecia destrozada por las luchas por el poder. Y cuando Arn conoce a la dulce Cecilia, se da cuenta de que este nuevo y peligroso mundo esconde otras sorpresas. Antes incluso de que pueda pedir su mano, el joven comete un terrible error que separará a la pareja y que le llevará a una guerra extranjera, en Tierra Santa, para combatir contra los infieles durante veinte años…

Desde las heladas tierras del norte de Europa hasta los sangrientos campos de batalla de Oriente Medio, Arn se enfrentará a feroces caballeros, a poderosas reinas y a reyes traidores.


Nada más ver esta portada me interesé por la novela, que resulta que se publicó por primera vez hace 20 años y Ediciones Pàmies nos trae una reedición muchos más llamativa que la original. Nunca había leído nada acerca de las Cruzadas, ni en adulto ni en juvenil, y sentía mucha curiosidad por conocer una historia que se desarrolla en Tierra Santa por estos siglos porque estamos más acostumbrad@s a ver algo así en pantalla pero menos en libros. Total, que después de haber leído esta sinopsis, tenía la esperanza de que al tratarse de un protagonista de 17 años, la novela de corte adulto se hiciera en parte juvenil por la edad de su personaje principal. Al final no ha sido para nada el tipo de novela que yo me esperaba pero aún así he encontrado aspectos salvables, así que a continuación, entro en materia.

En general, he tenido dos problemas con esta novela aunque uno se debe enteramente a mis expectativas, como podréis imaginar. Cuando leí la sinopsis (algo raro en mí) me esperaba una historia de aventuras sobre un chico en tierras extranjeras, con romance y traiciones aquí y allá, mucho más ameno que lo que he encontrado. La historia es lenta y el argumento de la contraportada es en realidad un resumen de todo lo que saldrá en la novela, puesto que con un 60% del libro leído aproximadamente, la amada Cecilia aún no había aparecido ni se la esperaba, para que os hagáis una idea de a lo que me refiero. De hecho, la historia comienza bastantes años antes de lo que se indica, un tiempo antes incluso del nacimiento de Arn, el protagonista y las 100 primeras páginas ni siquiera está presente en la trama. Aún así, una vez que comienza a tener relevancia vemos su evolución (además de su crecimiento, porque comienza siendo un niño). Tras ser llevado con los monjes, asistimos a su aprendizaje (religioso, espada, montar a caballo…) y muchas de las conversaciones que tiene con sus mentores los monjes nos muestran su inquietud juvenil y es una de los aspectos que más he disfrutado. Se plantea cuestiones como por qué Dios, si prohíbe matar, permite que se mate a los musulmanes en su nombre y otros planteamientos muy interesantes a través de los cuales podemos ver la mentalidad de la época.

Los personajes más destacables son unos cuantos, además del propio Arn, como el hermano Henri o el hermano Guilbert, con los que prácticamente se cría; incluso su madre, Sigrid, al principio de la novela con su carácter de mujer norteña. Pero más que nada destacan por importancia en número de intervenciones porque realmente no están pensados para desarrollar su personalidad o sus pensamientos. Resultado de esto es que resultan planos, entendiendo planos como que sólo sirven como peones en la partida del autor para narrar unos hechos sin ahondar en nada personal. No tiene por qué ser un defecto para un libro y en este caso, tampoco diría que sea algo negativo, pero sí que me hubiera servido para congeniar más con los personajes ya que la trama en sí no me estaba resultando interesante. Cuando las dos cosas fallan, es cuando no consigo encontrarle atractivo a la lectura. De hecho, en algunas ocasiones me he llegado a aburrir porque prima el contexto sobre la trama y peca en exceso de datos y datos puros de hechos, en vez de centrarse más en las personas a las que les pasan.

Sin embargo, tampoco he logrado congeniar con la pluma de Ja Guillou porque es súper espeso en todo. Muchísimas páginas son de contexto histórico que sirven más bien como documentación para otras novelas si estáis pensando escribir sobre la época y la zona. Pero además, también en las páginas de trama pura se va por la narración continua en vez de intercalar con diálogos o pensamientos de los personajes. Por ejemplo, la media de páginas de narración sin diálogo son 20, interrumpidas por alguna intervención escueta de algún personaje para seguir con otras 20 páginas sin diálogos. No puedo decir que he tardado en leerlo porque el libro no es muy largo, pero sí que me ha costado avanzar en muchísimas partes debido a la forma en que está escrito porque realmente la trama sí que es entretenida si estuviera contada de otra manera.

Destaco sobre todo ese afán por ambientar a la perfección todo lo que sucede alrededor de Arn y los monjes de las escuela en la que se cría, pero diría que más de la mitad de la novela es contexto histórico y me ha parecido demasiado, con la consecuente sensación de densidad en la lectura. Además, el autor tiene una forma de escribir en la que cuenta lo que pasa de forma muy llana (del tipo “Sucedió esto, entonces pasó esto otro y más tarde, ocurrió aquello"), sin insertar sensaciones o sentimientos de los personajes implicados. De todas formas, para amantes de la historia será un libro súper completo porque describe con pelos y señales todos los entresijos de reyes, gobernantes, batallas, matrimonios, costumbres, etc. así que, teniendo todo esto en cuenta, puede ser una buena lectura si buscáis algo adulto, serio y bien documentado.


En pocas palabras, reconozco la calidad de la novela porque es incuestionable que Jan Guillou controla la época y el tema y tiene destreza al narrar los hechos históricos en los que se basa la trama. Sin embargo, no he logrado encontrarle el encanto a la novelización de esos hechos que podrían haberse contado en forma de aventura épica y de forma mucho más dinámica. No dudo de que lector@s más aficionados a la novela histórica pura disfrutarán mucho más que yo de esta trilogía.

*Por último, muchísimas gracias a Ediciones Pàmies por la amabilidad enviándome un ejemplar de la novela.





¿Conocíais esta trilogía?

¿Habéis leído alguna novela del autor?

miércoles, 25 de julio de 2018

RESEÑA La Verdad Sobre el Caso Harry Quebert




Autor: Joël Dicker

Título Original: The Truth About the Harry Quebert Affair

Editorial: Alfaguara, 2013

Traducción: Juan Carlos Durán Romero

Rústica con solapas, 672 págs.

Autoconclusivo

Género: Thriller, Misterio, Policíaco


Quién mató a Nola Kellergan es la gran incógnita a desvelar en esta incomparable historia policíaca cuya experiencia de lectura escapa a cualquier tentativa de descripción.

Intentémoslo:

Una novela de suspense a tres tiempos -1975, 1998 y 2008- acerca del asesinato de una joven de quince años en la pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire.

En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor -Harry Quebert, autor de una aclamada novela- y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan. Poco después, Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín.

Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz. La verdad solo llega al final de un largo, intrincado y apasionante recorrido.


Escribo estas líneas después de haber leído esta novela por segunda vez. La primera vez que la descubrí nadie había oído hablar de este joven escritor suizo y la novela no era lo que se dice exactamente llamativa por esa portada, pero fue de estos libros que llegan a una por casualidad y le di la oportunidad sin ni siquiera haber leído de qué iba, aunque sí sabía que era un thriller. Han pasado varios años de aquello pero desde entonces se convirtió en uno de mis libros preferidos, de los que voy recomendando a cualquiera que conozco que no se lo haya leído aún. Decidí que este verano me apetecía volver a leerlo y comprobar que no lo tenía idealizado en mi cabeza por la primera impresión. Además aproveché que sólo tenía un recuerdo general porque había olvidado los detalles y también la resolución final del caso. Teniendo todo esto en cuenta, os adelanto que sigue siendo uno de los mejores libros que he leído en mi vida y que me ha gustando tanto o más que la primera vez, porque con una segunda pasada he podido fijarme más en lo matices sin estar pendiente de lo que de verdad importa: ¿quién mató a Nola Kellergan?

El protagonista es Marcus Goldman, un joven escritor arrogante, cínico y perseverante que ha probado las mieles del éxito con su primera novela y ahora se enfrenta a su peor rival: él mismo. No sabe cómo repetir la fórmula que le ha convertido en un reconocido autor de best-sellers y ahora tiene que asumir que ser escritor significa muchas más cosas además de vender libros. En esta crisis existencial que se le junta con la llegada inminente de treintena, Marcus se ve inmerso de repente en un caso muy mediático reabierto: la desaparición de una chica de 15 años de la que se perdió el rastro en el pueblecito costero de Aurora hace más de 30 años. En realidad, es el propio Marcus el que se mete voluntariamente en la investigación porque el cadáver de la joven Nola Kellergan aparece enterrado en el jardín de su antiguo profesor y mentor, Harry Quebert, quien es detenido inmediatamente acusado del asesinato de Nola, con quien mantuvo una relación sentimental cuando él le doblaba la edad a la chica.

Una de las mejores cosas que se aprecian en la novela es la relación tan estrecha que mantienen Marcus y Harry, alumno y mentor, pero también únicos amigos el uno para el otro, una relación casi familiar. El mensaje que lanza el libro sobre la solitaria vida del escritor que se sienta ante el mar (o ante el ordenador, dependiendo de la generación) a contemplar la vida a ver si aparece la inspiración es constante en toda la novela, así que mientras tanto vamos viendo numerosos fenómenos a los que se enfrentan l@s autor@s como el síndrome del impostor, la página en blanco, el miedo al fracaso o la presión por no estar a la altura de las expectativas. Todos los capítulos comienzan con pequeños consejos escritoriles de Harry hacia su pupilo pero con los cuales pretende también aconsejarle en la vida. Pequeñas reflexiones que son joyitas en sí mismas incluso aunque se lean por separado de la novela. Las conversaciones que mantienen entre profesor y alumno a lo largo de toda la investigación tiene un aura de complicidad, respeto y admiración mutuos que aunque formen parte del misterio central que Marcus trata de resolver exculpando a su amigo, tienen una profundidad sobre cuestiones de la vida, el amor y la amistad que también he disfrutado muchísimo aunque en esas partes la historia en general avance poco o nada, pero es innegable que sirven para conocer la vida de ambos personajes desde muchas perspectivas.

Mientras tanto, aunque los personajes principales sean Marcus, Harry y la propia Nola, la novela está cargada de personajes secundarios tan variopintos como suele ser habitual en las novelas policiacas del tipo Agatha Christie, algunos tan extravagantes e histriónicos que claramente se ve que son personajes de una novela, rozando lo cómico de lo absurdo que puede llegar a ser su comportamiento. También los escenarios típicos de un pueblecito costero tienen muchísima importancia como la cafetería en la que trabaja Nola, la cabaña en la playa que compra Harry Quebert en busca de tranquilidad para escribir, la mansión de Elijah Stern, el mecenas de la zona o la comisaria en la que trabaja Perry Gahalowood, el nuevo jefe de la policía de Aurora, con quien Marcus enseguida hace buenas migas por cercanía en edad y porque ambos manejan el arte del sarcasmo a la perfección. Sus mutuas pullas constantes dejan entrever una bonita amistad que me parece adorable.

Seguramente, el personaje de Nola es uno de los más polémicos que veréis en mucho tiempo. A sus 15 tiernos añitos es una jovencita precoz que trabaja como camarera y que enamora perdidamente al escritor treintañero que desayuna todas las mañanas en su cafetería y escribe en el porche de su casita en la playa. La bonita historia que viene a la mente se distorsiona una y otra vez cuando recordamos las edades de ambos, pese al afán de la novela en romantizar este tipo de relación justificándolo en el amor verdadero independientemente de factores como la edad. Este es quizás el único punto en el que no consigo ver por qué el autor no intenta darle otro enfoque en vez de afianzar esa idea de “amor romántico” entre una niña de 15 años y un hombre de 34 (año arriba año abajo). Y lo peor de todo es que las críticas llueven por ambas partes acusando a Harry de pederasta y a Nola de zorra engatusadora de hombres mayores cual Lolita adolescente, pero siempre dando a entender que esas críticas provienen de personas que no tienen ni idea de la verdadera historia que hay detrás: “Es que están enamorados”. Pues vale, pero no lo comparto.

Independientemente de esta cara de la novela, la polémica ayuda muchísimo a que el componente moral del asesinato de Nola Kellergan sea otro de los factores más interesantes de la investigación del caso y supongo (quiero pensar) que Joël Dicker incide en esta cuestión a sabiendas. Hay muchos elementos religiosos que suman morbo al tema y también una buena dosis de psicología retorcida en varios de los personajes. Incluso las historias personales de casi todos los secundarios son tan escabrosas que resultan interesantes sólo por saber qué es verdad y qué es invención de ellos para salvarse y utilizar únicamente a Harry Quebert como cabeza de turco. Además, todos parecen fichas sacadas del juego de mesa La herencia de tía Agatha y tenemos a casi todos los sospechosos habituales de una buena novela de misterio: el reverendo, el jefe de policía, el chófer, la camarera, el mecenas, el escritor, la amiga… A lo largo de todos los capítulos es imposible no ir saltando de uno a otro y verlos como los claros asesinos de Nola Kellergan.

Por otra parte, Joël Dicker tiene una forma de escribir que 600 páginas se convierten en la mitad porque casi todo transcurre en diálogos muy dinámicos, la mayoría entre Marcus y el resto de personajes, porque casi nunca perdemos su punto de vista. Es más, gran parte del libro está escrito en primera persona cuyo narrador es el propio Marcus, excepto las partes narradas en tercera persona del pasado para contarnos la historia en la época de Harry Quebert hace treinta años. Esta curiosa forma de narrar los acontecimientos a dos tiempos le da mucha más velocidad a la novela porque podemos avanzar en la investigación presente mientras vamos viendo lo que realmente ocurrió en los años 1975. Además, el autor cuenta con recursos narrativos suficientes para lograr crear suspense y jugar al despiste lanzándonos datos en ambas épocas sin confirmarlos ni desmentirlos porque todo proviene de potenciales sospechos@s. Así que en general, este autor me parece un maestro del thriller que no da puntada sin hilo y que nos mantiene en ascuas hasta el mismísimo final, imposible de predecir por muy suspicaces que seamos.


En resumen, una historia adictiva de principio a fin que mantiene el interés hasta el mismo desenlace de lo que esconde esa verdad de la que habla el título de la novela. Admiro la capacidad del autor de crear una historia central sobre la que construir múltiples subtramas relacionadas acerca de cada personaje nos mantiene a la expectativa de saber más y más, porque nunca sabemos con seguridad si todo tiene relevancia para la resolución del asesinato o si es mera paja interesante. He disfrutado (por segunda vez) de cada página de esta novela y como vengo haciendo desde hace años, seguiré recomendando a Joël Dicker y su novela revelación hasta aburriros, aunque ahora con energías renovadas.




Otras cosillas sobre la novela

A estas alturas es posible que ya lo sepáis pero por si acaso os lo recuerdo. Hace unos años que se vendieron los derechos para la adaptación a la pequeña pantalla de esta fascinante novela y la producción ya se encuentra en marcha. Hay varias imágenes rondando por ahí del rodaje pero lo demás, están siendo bastante discrtetos con el material promocial. Os alegrará saber que el propio Joël Dicker está muy metido en el proyecto, y eso siempre es buena señal cuando se trata de adaptaciones literarias. La miniserie constará de 8 capítulos, cuenta con un casting liderado por Ben Schnetzer, Kristine Froseth y Patrick Dempsey en los papeles principales de Marcus, Nola y Harry, respectivamente, aunque no se sabe muy bien en qué punto está la producción y el rodaje. Aun no hay estreno previsto pero esperemos que no tarden mucho.

¿Habéis leído esta novela o a este autor?

¿Os gustan los thrillers completamente imprevisibles?