Astrid, Kenneth y Elliot creían estar a salvo del Hades. Sin embargo, desconocían que ahí fuera existía un lugar aún más cruel y despiadado donde todo tiene un precio, incluso la vida humana.
Cada uno ha sido capturado y vendido a un lugar diferente. Algunos hombres son compradores de esclavos, la Casa Roja es una morada del placer, el Salón Dorado es un circo que ofrece los espectáculos más atroces.
Deberán decidir en quién confiar para sobrevivir y, llegado el momento, descubrirán cuánto están dispuestos a sacrificar por el bien de la humanidad. Quizá, ese sacrificio exija traicionar aquello que más aman.
No voy a empezar diciendo que he leído a Paula Gallego más veces de las que se me permite enumerar aquí pero basta que sepáis que es una de las fijas en mi plantilla, así que si tenéis curiosidad por conocer más de sus novelas, abajo están todas las novelas de esta autora que he leído enlazadas con las portadas. Os prometo que no me repetiré diciendo que esta autora está muy arriba en mi ránking de autoras de referencia a las que siempre tengo que leer y creo que a día de hoy he leído casi todo lo que ha publicado exceptuando quizás un par de publicaciones de sus primeros años. Tranquilos, que aunque podría estar párrafos enteros hablando sobre lo mucho que me gustan sus historias, en esta breve introducción solo hablaré de la novela que precede a esta que nos ocupa ahora y que es el inicio de la bilogía Suspiro Negro. Tenéis la reseña por aquí por si estáis interesados en empezar a leer a Paula Gallego con estas novelas distópicas, porque os advierto de que inevitablemente en esta opinión, por mucho que quiera evitarlos, habrá ciertos spoilers que avisaré para que podáis saltaros. Esta segunda parte es visiblemente más extensa que Una tormenta de fuego pero tiene su justificación en que además de ser la conclusión de la bilogía también tiene cierta parte de transición, que nos ahorra que no se haya convertido en trilogía.
La trama empieza exactamente donde se quedó, sin que haya lapso de tiempo de por medio que podría cortarnos un poco el rollo, tanto si habéis tenido la suerte de no tener que esperar para continuar como si hicisteis como yo y os ventilasteis la primera parte en cuanto salió. De esta forma no perdemos el hilo y retomamos a los mismos personajes donde estaban, eso sí, cada uno metido en el lío en el que se quedó. [A partir de aquí leed con cuidado hasta que os vuelva a avisar de que podéis continuar después de los spoilers→]. Así encontramos a Astrid a punto de ser vendida como esclava de placer a la Casa Roja, a Kenneth más de lo mismo pero con una paliza que casi lo mata por resistirse y a Elliot como nuevo médico personal de la hija de Oscar Cuervo, uno de los principales tratantes de personas de Pantano del Caimán, el enclave en el que coincidirán los tres personajes. Sin embargo, aquí también tenemos más puntos de vista de otros personajes fundamentales que ya aparecían en Una tormenta de fuego y no solo a estos tres que ya conocíamos como narradores.
De este modo, también Fergie, el hermano de Elliot, o Eyra, la mejor amiga de Astrid, toman su papel como protagonistas y narradores y empezamos también a salsear con los secundarios que les han tocado en sus tramas, que están ahí evidentemente para que nosotros salseemos. Por un lado, Fergie tiene que aguantar a Oliver, que está súper seguro de sí mismo y súper orgulloso de lo guapo e irresistible que es y se ha propuesto conquistar al capitán Flockhart casi como un reto personal; mientras que Eyra tampoco puede resistirse a los encantos y las provocaciones de Mia Cuervo, a quien no puede reprochar ni un poquito que sea la hija del hombre que la compró y que la obliga a luchar en la arena en combates a muerte como su campeona invicta. [←A partir de aquí ya podéis leer con tranquilidad que no habrá más spoilers] Hasta aquí tendríamos las premisas de las que parten cada uno de los personajes más relevantes de la novela y a partir de ahí, todo son dramas, planes, alianzas, problemas, obstáculos, esperanzas… para poder salir de ese infierno que es Pantano del Caimán, conseguir las vacunas que puedan ayudar a los enfermos del extraño virus conocido como Suspiro Negro que ha asolado el planeta y procurar no perder a nadie por el camino. Aunque lo que es complicado para ellos es súper entretenido para nosotros, porque la autora se saca el tensiómetro del cajón y lo pone a tope a la hora de escribir para que no podamos relajarnos ni unos segunditos mientras leemos.
Desde que comienza la novela todo es acción (tomaos esta palabra relativamente y no en el sentido de ir pegando tiros, explosiones y persecuciones en coches), todo es tensión sexual no resuelta, todo son encontronazos, desafíos, reencuentros… Puff, en fin, los pelillos de punta con muchas de las situaciones a las que tienen que enfrentarse y los pucheros a puntito de salir cada vez que la cosa se ponía emotiva. Creo que esta es la diferencia principal con la primera parte, que si bien también tenía su punto personal al moverse en flashbacks y relatando cómo se van conociendo los personajes, teníamos algo más de misterio y de acción entre ellos (persecuciones, traiciones, alianzas, pérdidas…). En cambio, en esta ocasión hay menos misterio en ese aspecto y la acción se concentra toda al final, ya que todas las cartas están más o menos sobre la mesa y, aunque la verdad es que las parejas prácticamente se forman todas en esta parte de la bilogía, hay que ir cerrando tramas, enfrentándose a los obstáculos y salvando a la Humanidad, porque pasada la mitad del libro ya se nota que la conclusión está cerca y solo queda ver quiénes sobreviven y cómo.
Como no es la primera vez que leo a Paula Gallego, ya me tiene acostumbrada a su estilo que si bien va cambiando de un género a otro y evolucionando con los años la esencia permanece, está ahí y es muy reconocible. Cada vez la noto más ligera, como con menos ataduras, con una prosa más elaborada y con más profundidad pero sin corsés, y eso que sé perfectamente que ha pasado de ser brújula a cada vez más mapa, pero en la escritura la sensación es de todo lo contrario. Quizás sea porque al estar todo hilado de antemano la trama se ve fluida, coherente y con los personajes sucede más de lo mismo. Desde que empiezan hasta que terminan su arco argumental es todo evolución a la vez que los lectores los conocemos más a fondo. De todas formas, a medida que iba a leyendo, el nivel de tensión en cada uno de los personajes y de las parejas que se van formando va en aumento y hacia el final, como en las últimas 100 páginas, ya era imposible no estar sufriendo por cada uno de ellos y me veía llorando a mares. Sin embargo, ha sido más llevadero de lo que esperaba y mis lagrimillas en realidad han sido de verdadera emoción en el epílogo.
8/10
Resumiendo un poco lo anterior, el final de la historia no tiene ni un momento de sosiego y lo que empezó siendo una distopía de acción termina siendo un drama distópico con mucha más acción en los arcos argumentales pero primando el aspecto personal y relacional de los personajes principales, que en esta ocasión sumamos hasta siete con sus propios puntos de vista como narradores. Una vez más, Paula Gallego me demuestra por qué se merece estar entre mis autoras prioritarias, esa lista exclusiva en la que publique lo que publique una autora es un deber moral como fan lectora leer todo lo que vaya escribiendo. Puede que algunas de sus historias gusten más o gusten menos, unas atrapen más que otras, siempre dependiendo de gustos lectores, claro está, pero lo que es innegable y se ha vuelto una opinión unánime es que la calidad de su prosa y el talento que tiene para emocionar no deja indiferente a nadie. Si os gusta el género, disfrutáis de historias postapocalípticas centradas en los personajes y os gustan los dramas románticos, esta bilogía tiene un poco bastante de todo eso, así que animaos a comprobarlo por vosotros mismos.
*Por último, muchísimas gracias Paula Gallego una vez más, por la confianza y por la amabilidad que siempre tiene contando conmigo como lectora anticipada.
Otras novelas de la autora reseñadas en el blog
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¿Os gustan las historias postapocalípticas?