Autora: Natalia Román
Editorial: Romantic
Ediciones, 2017
Ebook, 681 págs.
Autoconclusivo
Género: Romántica,
Contemporánea, Realista, Drama.
Yésica es una joven hermosa que la vida no ha tratado
bien, que huye de su peor pesadilla. Ese es el momento en que conoce a
Francisco, un hombre de buen corazón y con fortuna. Él le ofrecerá un techo y
la seguridad que necesita, y a cambio solo tendrá que hacerse pasar por su
amante. El motivo no es otro que esconder su terrible enfermedad a su hijo
Alex.
Alex es un hombre amargado por un desengaño del
pasado, convencido de que jamás se debe confiar en una mujer. Por eso solo ve
en Yésica a una cazafortunas que se aprovecha de su padre.
Pero del odio al amor solo hay un paso. El destino
está dispuesto a jugar con Yésica y Alex. Un testamento les unirá en contra de
su voluntad, despertando unos sentimientos que jamás creyeron volver a sentir.
Empiezo
aclarando que no conocía esta novela ni a su autora hasta que Romantic Ediciones
me propuso leerla y sin saber de qué iba (no suelo leer argumentos a no ser que
no tenga ni idea de género o temática), acepté porque el título me pareció muy
curioso y quería darle sentido. Reconozco que ha sido una buena recomendación
por parte de la editorial, en el sentido de que la historia podía gustarme y
así ha sido, porque definitivamente se trata de una buena novela que, ante todo,
intenta no quedarse sólo en una historia de amor.
A grandes rasgos
es eso, un romance que nace de forma poco convencional y hasta
cierto punto, digamos, forzado por las circunstancias. Algo que me ha
sorprendido de veras es que el acontecimiento al que parece llevarnos tanto la sinopsis
como el título no ocurre en realidad hasta justo la mitad de la novela, de forma
que podemos diferenciar claramente dos mitades. En la primera mitad tenemos una
presentación de personajes bastante estructurada porque se nos van
introduciendo poco a poco primero Yésica (para mí la única protagonista),
después Francisco y por último, Alex (el chico de la historia). No os penséis
que se trata de un triángulo amoroso porque nada más lejos. Desde el primer
momento en que se cruzan Yesi y Alex, saltan las chispas y una alta tensión que ya
quisieran las torretas de la red eléctrica, porque toda esta primera mitad es
una relación de amor/odio justificado por las circunstancias, ya que
Francisco se encuentra en medio de ambos de una manera que puede que no sea la
que imaginéis.
Yésica es una
buena protagonista, tiene una historia personal desgarradora sobre la que está
construida toda su personalidad y sus reacciones ante lo que le va pasando. Aún
a pesar de todo lo que le ha ocurrido y de los traumas que arrastra, despide un
buen carácter y un halo de esperanza que hace que la novela no tenga un tono
deprimente como cabría esperar si partimos de lo que sucede en el primer
capítulo de la novela. No es que sea un personaje que destaque por ninguna
cualidad en particular, lo cierto es que la chica es bastante normalita, pero
tiene un encanto especial que hace que te caiga bien desde el principio.
Además, y al hilo de lo que comentaré más adelante, sabe darle la réplica a su
coprotagonista como se merece el muy…. Ahora os cuento.
Por su parte, Alex
es el hijo del multimillonario Francisco, marido abandonado y padre de dos encantadoras
hijas a las que ha aparcado en un internado porque no quiere relaciones
personales con casi nadie de quien se pueda encariñar. También arrastra lo
suyo, con un pasado de culpabilidad y el abandono del amor de su vida y madre
de sus hijas sin muchas explicaciones. Este rico heredero de treinta y pocos se
define a sí mismo como “posesivo, mandón y con mal genio” y la verdad es que
borda su propia definición. En muy pocas ocasiones he logrado aguantarlo porque
si bien no se acerca al machista sin remedio (de verdad que no), tampoco se queda para atrás
cuando su orgullo de hombre se siente mínimamente herido. Prácticamente desde
el principio comienza “odiando” a Yesi,
a la que cree una cazafortunas que ha engatusado a su padre por el
dinero (algo que me parece lógico y justificado por los prejuicios que habría
en una situación así si tenemos en cuenta que ella tiene veintipocos y
Francisco unos 60 años). Pero una vez que acepta que siente algo por ella,
aunque sea deseo, cada vez que se enfada a la mínima, no duda en llamarla
“puta”, “fulana” y “calienta braguetas” (que no hay insulto que más denigre a
una mujer que “calienta braguetas” como si la mujer debiera algo al que se
calienta). En fin, que al final terminé aceptándolo porque por desgracia es un
personaje bastante real y muy bien construido pese a lo mal que me caiga por estas
cuestiones.
Más allá del
romance central, para mí la novela destaca sobre todo por el trasfondo y los
temas “secundarios” que aunque sirven como complemento de la trama principal,
la verdad es que yo los considero el fundamento. Me estoy refiriendo, por ejemplo, al
principio de todo esto, a lo que desencadena que la protagonista llegue a
confiar en el buenazo de Francisco, un sesentón amable y de buen carácter que
le propone un trato de lo más curioso: hacerse pasar por su amante para que su
hijo no sospeche la grave enfermedad que le han diagnosticado y por la cual no
puede exponerse a grandes esfuerzos por su delicado corazón. Sin desvelar mucho, es un trauma que poniéndome en su lugar, haría que yo no volviera a confiar en prácticamente ningún hombre. Además se
puede entrever otro tema bastante peliagudo en algún personaje secundario como es la
violencia de género o en general el maltrato y abuso de la mujer en cualquier sentido, y que sirve también para que seamos testigos de otro romance que se desarrolla en un
segundo plano (muy monos ellos). Por la extensión que tiene la novela (aunque según iba leyendo creía
que tanta página sería excesiva, al final resultó que no) también alcanza a
tocar otros temas como la pérdida de un ser querido en accidente de tráfico o
por culpa de una grave enfermedad como puede ser el cáncer.
Todo ello crea
una atmósfera muy propicia para que el romance no se coma todo el protagonismo
y logre enganchar muchísimo. Por si fuera poco, tenemos un par de “villanos” como dios
manda, que se ganan todo nuestro odio como debe ser y que incluso nos conceden
un final de verdadera angustia en varios capítulos. Así que si pasamos por alto
las licencias literarias que se ha tomado la autora (sobre todo en cuestiones
legales, por ejemplo, para que una herencia así fuera válida aquí en España, y
lo que me choca más, la moralidad de aceptar tales condiciones por parte de los
implicados sólo por hacer realidad el título de la novela, pero es que si no,
no tendríamos novela) en conjunto la historia entretiene, puede hacerte
conectar con las emociones y las reacciones de los personajes y lo que es más
importante, intenta abarcar bastante más de lo que cabría esperar de un
simple romance sin que resulte fuera de lugar y sin salirse del marco argumental.
En definitiva,
es una historia de amor con sus más y sus menos, con un toque de originalidad
porque el romance no se desarrolla como viene siendo habitual y resulta ser muy
interesante ver cómo poco a poco dos personajes tan distintos, cada uno con
sus traumas particulares, van conociéndose y enamorándose. Y sin embargo, como
he dicho, lo que más destacaría son los temas secundarios que la autora se ha
esforzado por incluir y que le dan un tono muy realista a esta novela que claramente es recomendable para quienes disfruten del género romántico.
*Para terminar,
mi agradecimiento para Romantic Ediciones, porque muy amablemente me cedieron
un ejemplar tras recomendarme esta lectura.
¿Conocíais esta novela o a su
autora?
¿Os gustan las historias de
amor poco convencionales?