«Una de las primeras cosas que le preguntas a alguien es dónde vive. El lugar del que provenimos deja su huella en nosotros, y si sabes leer las señales de un lugar, sabes un poco más de una persona.»
Desde que Emoni Santiago se quedó embarazada durante el segundo año de instituto, su vida se ha reducido a tomar decisiones difíciles y hacer lo mejor posible para su hija y para su abuela. Pero el único lugar en el que puede olvidarse de todo es en la cocina: allí permite que sus manos le digan qué cocinar, sigue su intuición y agrega una pequeña pizca de magia en cada receta, lo que convierte su comida en una maravilla absoluta.
Aunque siempre ha soñado con trabajar en una cocina después de su graduación, Emoni sabe que no vale la pena perseguir lo inalcanzable. Y aunque ha creado muchas reglas para su vida (y para la de los demás, aunque se niegue a seguirlas), una vez que empieza a cocinar, la única opción es dejar fluir su talento.
Desde que vi esta novela quise que alguna editorial la trajera a mi país y, como suele ser habitual con este tipo de historias, fue Puck la que cumplió mi deseo. Además, me alegro muchísimo de que hayan mantenido la cubierta original porque me parece preciosa y transmite una energía tan vibrante que me encanta. Para mí es la primera vez que leo a Elizabeth Acevedo y sé que no va a ser la última, porque ha logrado conquistarme con ese estilo sobrio de crítica social mientras me va dando píldoras buen rollo a través de los ojos de un personaje atípico a la vez que cotidiano. Sin embargo, algo que me gustaría comentar previamente es que, tras terminar la lectura, no he entendido muy bien el título en español y aunque la traducción literal del original sí que sería muy complicada para mantener la idea y que suene igual de bien, al final no veo cuál es ese ingrediente secreto a no ser que se refiera a alguna filosofía de vida que no he captado.
La protagonista indiscutible de la que habla el título es Emoni, un personaje con un encanto natural y un aura de madurez muy logrados. Es la narradora en primera persona de su propia historia, con capítulos muy cortitos de diferentes momentos de su día a día a lo largo de todo un curso, el último antes de decidir qué hará con su futuro. Se sale de la norma porque Emoni no es una adolescente con las mismas prioridades que otros personajes típicos de su edad en esta clase de libros, para empezar porque es madre adolescente de una niña pequeña al que tuvo con apenas 14 años, y eso ya la convierte en interesante por todo lo que ello implica en su vida como madre y como chica de su edad. Además, para añadirle exotismo a su perfil de protagonista, estamos ante una chica negra procedente de Centroamérica a la que su padre abandonó porque no soportaba vivir en Estados Unidos y por lo tanto, criada por su abuela. Así que dentro de ese núcleo familiar, Emoni tiene que sacar adelante a su hija, intercalando algún fin de semana con el padre del pequeña, su ex, compaginando las clases y los exámenes con el trabajo que se ve obligada a realizar en un restaurante de comida rápida y fritanga. Para completar todas sus características interesantes, Emoni sueña con convertirse en chef, salir de esa mugrienta cocina en la que le pagan una miseria y experimentar con sus propios platos haciendo de su hobby su profesión. Pero para ella no es más que es un sueño y así lo acepta, al menos hasta ahora que se le plantea la posibilidad.
Aquí es donde comienza la trama en realidad, porque al principio de un curso que parecía ser como todos los demás para Emoni, y no de transición hacia su vida adulta (dado que en muchos aspectos, Emoni ya es adulta, salvo por la edad) llega a su clase un chico nuevo con el que se permite de nuevo ilusionarse y además se oferta por primera vez en su instituto una asignatura optativa de artes culinarias que, para su frustración económica, organiza un viaje gastronómico a España, en concreto, a Sevilla, para que los estudiantes de cocina puedan aprender otras culturas entre fogones ajenos. Hasta aquí la premisa de lo que después me he encontrado, porque en el fondo es una novela feel good sobre algo tan simple como madurar. A lo largo del curso vamos conociendo todos los pensamientos de Emoni y cómo se siente ante diversos aspectos de su vida como el hecho de ser madre con dieciséis años, afrontar un futuro impuesto por las circunstancias y no por sus aspiraciones, convivir con su abuela y con su hija, aceptar la ausencia voluntaria de su padre, afrontar los cuchicheos de sus compañeros o poderse permitir sentir otra vez lo que cualquier chica de su edad sentiría cuando el chico nuevo y guapo de clase se interesa por ella.
En el libro se tratan muchos temas de relevancia social, aunque los más evidentes son el de la maternidad (sobre todo acerca de los prejuicios, que parece que tras llegar un bebé a la vida de una mujer, tenga la edad que tenga, se acaba la vida de esa mujer en favor de criar a los hijos) y también otros problemas más secundarios pero no menos importantes como el racismo sistemático de negros y latinos en USA o el machismo imperante entre los adolescentes en detalles que no son para nada cosa menor (como el hecho de presuponer que una madre soltera con un hijo no buscado es porque se acuesta con cualquiera). A pesar de que la fachada sea la voz de Emoni relatando su día a día, los cimientos de la historia realmente son de crítica social y lo que convierte a esta novela en algo tan completo aunque la trama en sí sea de lo más sencillo y sin grandes giros argumentales. Además, tenemos ocasión de ver ciertos aspectos de España desde el punto de vista de una norteamericana, que ya es un punto de originalidad que añadir con respecto a otras historias del estilo (chica que quiere triunfar en algún sector creativo y que siempre termina viajando a París, Roma, Londres…. por lo menos aquí la autora se ha arriesgado con Sevilla XD)
Por lo demás, me ha encantado el estilo de Elizabeth Acevedo, porque tiene una agilidad increíble para que la historia fluya de manera tan agradable que ni me he dado cuenta de que me estaba ventilando el libro. Como comentaba antes, no es que sea una historia demasiado compleja ni con demasiados personajes relevantes (salvo algún secundario interesante como la abuela, el exnovio…) y que además deposita toda su fuerza narrativa en la voz de la protagonista, único personaje a quien llegamos a conocer en profundidad. Y la verdad es que no hace falta más, porque esta historia es suya, el centro de todo es Emoni y es suficiente con conectar con ella y que el resto de personajes giren a su alrededor porque la autora así lo ha querido (por eso también entiendo que en la traducción al español han decidido destacar esa importancia también en el título). A lo largo de toda la novela la autora va lanzando mensajes reivindicativos de forma muy sutil sobre el feminismo actual, sobre el racismo estructural y otros muchos aspectos que podemos encontrarnos a nuestro alrededor y sobre los que a lo mejor ni yo misma me había parado a pensar antes desde ciertas perspectivas (por ejemplo, la de una chica americana pero latina, madre pero hija, adulta pero adolescente). La propia estructura de la novela con capítulos súper cortos, incluso de un par de páginas la mayoría, han ayudado muchísimo a que no soltara el libro y también debo destacar la edición interior tan bonita que acompaña a esa cubierta tan alegre.
7/10
Dicho todo lo anterior en otras palabras, salgo encantada y con una sonrisa de esta lectura aunque pueda no ser la mejor historia que haya caído en mis manos, en el sentido de no haber llegado a explotarme la cabeza en ningún momento debido a su sencillez de argumento. Aun así ha sido genial poder conocer a ese nivel tan profundo a Emoni Santiago, aunque me haya quedado con ganas de saber cuál es ese ingrediente secreto, supongo, de la vida (?). Así que la recomendación sale sola porque la historia merece la pena por el significado que tiene más allá de la trama tan simple. Debo reconocer que no me esperaba para nada esa candidez que impera en todo el libro, dado que al principio pensaba que me encontraría un verdadero dramón disfrazado de alegres frutas tropicales como las que aparecen en la portada pero, en esta ocasión, el libro es exactamente lo que promete: entretenimiento, encanto y dulzura.
Por último, muchísimas gracias una vez más a Puck Ediciones por el envío del ejemplar y la confianza.
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