RESEÑA El Vals de las Hadas Malditas

 

Autor: Gabriel Sánchez García-Pardo

Editorial: Naufragio de Letras, 2019

Corrección: Ana González Duque

Rústica con solapas, 540 págs.

Autoconclusivo (?)

Género: Fantasía, Aventura, Misterio, Juvenil

«Mi acordeón aúlla una canción que habla de un largo invierno. Un compás asesino que solo yo me permito tallar en rimas escritas.

Tú jamás lo repitas, porque este es el Vals de las Hadas Malditas.»

Jillian es una Hija del Velo, nacida durante una noche maldita que cambió el mundo de Éterdar para siempre. Arrancada de su familia y criada para convertirse en desveladora, jamás ha podido alejarse de la torre del Westeun.

Pero su entrenamiento ha llegado a su fin, y es la hora de resolver su primer caso y demostrar su valía.

Los asesinatos de la ciudad de Eastun, la Rebelión de las Cinco Caras, los no-muertos… Pronto descubrirá que todo parece estar ligado a esa única noche.

Hace unos años que fiché esta novela por su portada, por la editorial que la publica y por el inquietante título, y no tanto por el autor, a quien por entonces no conocía. En cambio, a día de hoy se ha convertido en la cuarta novela que leo de Gabriel Sánchez García-Pardo (quinta si contamos su última publicación con Munyx Editorial, El Atlas del Fuego) y a estas alturas sé de sobra que voy a leer todo lo que publique este autor porque mi condición de fan leal solo se va afianzando desde que lo descubrí, como podréis ver en el resto de reseñas de sus novelas que os enlazo al final de esta entrada. De nuevo, me encuentro con que la portadista es Alicia de Andrés (a cargo también de la fachada exterior de El Aprendiz Silencioso y El Atlas del Fuego) y, como viene siendo habitual, capta de maravilla toda la esencia de la historia, el ambientillo gótico en el que se mueve y el tono oscuro de la fantasía que tenemos en las manos. No tengo ni idea de qué habría opinado de este libro de no haber tenido el bagaje suficiente a mis espaldas para poder compararlo con el resto de novelas de Gabriel Sánchez, pero sí sé que en su momento comencé a leerla y lo dejé en el segundo o tercer capítulo, si no recuerdo mal, y pasé a otra cosa dejando el libro en la estantería. Tengo clarísimo que era yo la que no tenía la predisposición para una lectura así y que me alegro mucho de haber descubierto esta historia en el momento adecuado.

Para ir entrando en materia, tras esa máscara algo tétrica y bastante pálida, puede parecer que se esconde un relato de fantasía grimdark o gótica oscura y me parece que engaña un poco, pero entrecomillar esto. Después de terminar de leer es obvio que no es una historia de fantasía alegre y optimista, pero tampoco es todo lo contrario. Diría que es una fantasía young adult que va desde la fantasía clásica a la más bohemia o experimental, pasando por tramos de fantasía épica y otros de thriller fantástico o de terror que recuerda a autores como Edgar Allan Poe o Washington Irving, un relato policíaco en un mundo de estética burtoniana. A mi modo de ver, es una mezcla de lo más efectiva pero que requiere un poco de la paciencia del lector para meterse en la trama propiamente dicha, porque quizás los primeros capítulos son de situación y contexto. Todo comienza con unos misteriosos asesinatos y un enigmático grupo de asesinos anónimos que mata con un mismo modus operandi que involucra magia oscura y que solo se conocen por sus peculiares máscaras y la ausencia de nombres, incluso entre ellos. Las víctimas parecen aleatorias y los motivos son desconocidos; todo lo que sabemos como lectores en los primeros capítulos es que persiguen un fin mayor a lo V de Vendetta con la máscara de Guy Fawkes como símbolo. La investigación de los asesinatos recae sobre dos estudiantes desveladoras, algo así como una especie de policías forenses mágicas en prácticas que están en su última fase de la academia y que tienen que demostrar que son las mejores de su promoción para convertirse oficialmente en Desveladoras. Su labor consiste en inspeccionar los lugares de los crímenes e ir reconstruyendo lo que ha pasado allí mediante sus dones mágicos y sus capacidades deductivas. O sea, detectives mágicas: WAW, ¿a qué sí?

Este podría ser el argumento que se plantea en las primeras páginas y el motor de arranque que nos atrapa desde el comienzo, porque además ambas protagonistas no podrían ser más distintas entre sí. Esta dinámica es algo que siempre le aporta cierto aliciente a las historias, más cuando la cosa va de policías/detectives, cuando dos compañeros no se aguantan o son diametralmente opuestos y aun así tienen que trabajar juntos por la misma causa, aunque a la vez sigan compitiendo por ser los mejores investigadores. Algo así les ocurre a las dos protagonistas: Jillian Velo y Vela Falone. De todas formas, y pese a que ellas ostenten el título de protagonistas (Vela ni siquiera aparece en la sinopsis), podríamos decir que los personajes principales son cuatro, porque a su manera todos tienen la relevancia suficiente para ser considerados como tal. Aunque siendo sincera y coherente con lo que ha querido transmitir el autor, considero que la novela tiene una gran protagonista y esa es Jillian. Desde que sale de la academia, lo único que la mueve es demostrarse a sí misma y a los demás que es digna del encargo, que puede ser una buena desveladora y mantener sus principios morales de heroína intachable. Vela es un poco más fascinante, no solo por su belleza (que el autor se encarga de resaltar  cien veces a través de las descripciones y de los ojos de otros personajes) sino por su personalidad un tanto fría, distante, algo más dispuesta romper normas que su compañera.

Más allá de las pistas y deducciones, hay muchísima acción por todas partes, no solo por el mero viaje de Jillian y Vela de un sitio para otro, conociendo a otros personajes e interactuando entre ellas. Entre unas cosas y otras hay enfrentamientos con no muertos, batallas y escaramuzas, una masacre por aquí, una traición por allá… Todo el libro es acción e interacción. Sin embargo, como contrapunto de las dos chicas que llevan la batuta de esta acción argumental, también tenemos a dos personajes masculinos que completan el cuarteto principal: Kelian Maze, que tiene mucho de los héroes clásicos a lo Westley de La Princesa Prometida, el soldado perfecto siempre listo para el combate y para salvar damiselas y enamorarlas con comentarios mamarrachos, y Raik Darnoir, conocido como Celo, uno de los componente del grupo de asesinos de las Cinco Caras, que aporta el misterio macabro, la fascinación por lo desconocido, el quiero y no puedo hacia lo prohibido. Ambos equilibran un poco el aspecto feminista que tiene la novela y también dan pie para introducir el elemento del romance, de los sentimientos descontrolados, de los pensamientos calenturientos, de la lealtad o de la desconfianza. Además conocemos a secundarios entrañables como el hada Döya (¿no os estabais preguntando el porqué del título si hasta ahora no había mencionado ni una sola hada?) o el Acordeonista Muerto (en serio, incluso con ese nombre, para mí ya es como un viejo conocido y amigable). No me digáis que con estos ingredientes no hay caldo suficiente para que aquí se cueza algo consistente y que deje buen gusto. Por eso, la novela tiene de todo un poco: amistad, rivalidad, amor, misterio, traición… A veces la trama no lo es todo y basta con que se sepan utilizar estos elementos para que encajen de tal forma que la trama sea solo el camino para mostrarnos todo lo demás y para hacernos sentir de todo.

Por otro lado, como seña de identidad de Gabriel Sánchez como contador de historias, el worldbuilding es el otro gran protagonista que siempre está presente en cualquiera de sus libros. Toda la atmosfera que crea el autor es envolvente y tridimensional, como digo, con una ambientación a medio camino entre la fantasía épica y el misterio gótico. Lo que describe es lo justo y necesario para que nos metamos en Éterdar sin caer en la facilidad que supondría el insufrible infodumping para un autor que no seleccione bien lo que tiene que mostrarnos y lo que tiene dejar a nuestra imaginación. No necesitamos saber ni conocer más que lo que necesitan conocer los personajes a los que seguimos, ni necesitamos que nos hablen de otras ciudades que no sean por las que pasan ni saber las dinastías que hubo doscientos años atrás. Lo que hay es lo que van viendo y conociendo Jillian, Vela y compañía, y con eso basta para una novela de misterio, que al fin y al cabo es lo que es en esencia El Vals de las Hadas Malditas. Por añadido, las descripciones de los lugares son una completa gozada y tienen un toque cinematográfico que ya quisieran algunos escenógrafos para hacer que me crea lo que estoy viendo. Porque en realidad eso es lo que logra Gabriel Sánchez: vemos lo que estamos leyendo. Admiro su habilidad narrativa y me tiene totalmente embelesada con el uso que hace del lenguaje. Construye unas frases, o más bien unas ideas, con tanta destreza juntando simples palabras que a veces tengo que releerlas un par de veces para apreciar las metáforas que construye con todo su sentido.

Tampoco tengo ni idea de cómo ha logrado que un libro de más de 500 páginas me haya parecido un cuento para no dormir porque no he podido soltarlo. Se hace ameno, entretenido, adictivo… Al contrario de lo que pueda parecer por el volumen de la novela, todo tiene una agilidad increíble en la trama, en la evolución de los personajes, en las interacciones entre ellos y los sospechosos, en el avance de la investigación, cómo utiliza los picos de tensión y de pausa entre unos capítulos y otros, etc. Hay bastantes giros argumentales utilizados en el momento preciso y, para mí, imprevisibles. Quizás me he visto a mí misma deseando que ocurriera esto o aquello pero luego simplemente tal cual ha terminado siendo me ha parecido un libro redondo. Si bien es verdad que la historia está cerrada y resuelta y que acaba de forma satisfactoria, a estas alturas, a todos los que seguimos los pasos del autor nos consta que esta novela tiene una posible continuación planteada que verá la luz antes o después pero, aun así, el libro puede seguir funcionando perfectamente como historia autoconclusiva. Aunque os advierto que al terminar os quedarán unas ganas enormes de seguir con más aventuras, con otro nuevo caso para resolver o con una segunda parte que derive hacia otro punto del mapa con los mismos personajes que, al fin y al cabo, son el punto más trabajado de esta novela.

10/10

Dicho todo lo anterior, a medida que iba leyendo ya podía intuir que se iba a convertir en una de las mejores lecturas de los últimos años y me alegra decir que la intuición no me ha fallado. Ha sido una lectura adictiva, redonda y completa, con todos los elementos muy bien equilibrados (aventura, misterio, romance, amistad, acción, magia…), con una estructura bien calibrada para que el tensiómetro no oscile demasiado y haya pasajes demasiado “aburridos” y otros en los que puedo no enterarme de lo que ha pasado debido a la velocidad de los acontecimientos. Me ha parecido una historia bien reflexionada y revisada, con una secuencia lógica y una resolución a la altura de las circunstancias. Solo me queda volver a recomendar a Gabriel Sánchez García-Pardo y animaros a que leáis esta o cualquiera de sus novelas, en función de gustos, porque no será por variedad en su repertorio.

*Las imágenes son ilustrativas y un acompañamiento del texto, así que los créditos a quien corresponda en las que no están firmadas.

Otras novelas del autor reseñadas en el blog

 

¿Conocéis a este autor de fantasía?

¿Os gustan las historias de fantasía y misterio?