RESEÑA La Isla de lo Eterno

Autora: Cristina Roswell

Editorial: Ediciones Kiwi, 2017

Rústica con solapas / ebook, 512 págs.

Autoconclusivo

Género: Romántica, Contemporánea, Paranormal.

«¿Qué se supone que debo hacer ahora en un mundo que no es el mío, en un lugar que no necesita mi ayuda, donde nadie me recuerda, ni me conoce, ni me echa de menos? Decidme, ¿qué sentido tiene mi vida ahora que estoy muerto?»

Año 1719. El Capitán Carlos Vásquez, un oficial de infantería de marina del ejército español, se ofrece voluntario para viajar a Escocia y participar junto a sus hombres y algunos clanes de highlanders en la rebelión jacobita. Lleva la intención de dejar atrás no solo su país sino los recuerdos de un corazón roto, el suyo, y comenzar una nueva vida… pero la pierde sin llegar a conseguirlo.

Año 2017. Ariadna Álvarez, una joven periodista española absorbida por su trabajo, recibe la noticia del fallecimiento en Edimburgo de su hermana menor, Iveth. En un intento de ahorrarle dolor a su madre, enviudada recientemente, decide ocultarle la noticia y hacerse cargo de todo por su cuenta. Tras viajar a la capital escocesa encuentra el diario de su hermana, en el que tenía recogidos los planes de una escapada por las Highlands que solo quería realizar con ella. Sintiéndose culpable por no haber podido cumplir sus sueños, decide embarcarse en el viaje junto a Beathan, el novio de Iveth.

El punto álgido del recorrido será el castillo de Eilean Donan, donde se encontrara con el espíritu de Carlos, al que solo ella puede ver. Con la ayuda de Ariadna, el soldado intentará averiguar qué le ata al castillo y a este mundo, impidiéndole cruzar al Más Allá, mientras ambos lidian con sus respectivos problemas personales y en el proceso descubren sentimientos que nunca pensaron podrían volver a experimentar.

¿Crees en las almas gemelas? Si existe una sola persona adecuada para cada uno, ¿qué ocurre cuando esta muere sin encontrar a su pareja?

Tengo que confesar que llevo una temporada que estoy muy emocionada con cada historia que se va publicando ambientada en Escocia. No me preguntéis el motivo, pero creo que son novelas con un encanto añadido que ya parten con mi predisposición. Hasta “La isla de lo eterno”, en los últimos meses he leído sobre todo novela histórica sobre highlanders, así que esta novela rompía un poco con esa tendencia porque no es histórica ni está protagonizada por los típicos escoceses con kilt. La nueva novela de Cristina Roswell transcurre por completo en la actualidad, si bien tiene algunos retazos de momentos del pasado porque uno de los protagonistas es un soldado del siglo XVIII, así que algo de conexión histórica tiene.

Sin embargo, al leer la sinopsis y ver la temática tenía una reticencia inicial porque, aunque no lo parezca, no disfruto de las historias meramente románticas, en las que sólo se narra una relación de amor sin más, si no que siempre necesito mucho más para poder disfrutar por completo del romance en sí. Así que cuando empecé a leer me llevé una sorpresa enorme cuando ni siquiera la novela tenía como motor la relación entre Ariadna y Carlos. Incluso me arriesgo a decir que el 70%-80% de la novela, no es romántica. De hecho, la relación que se establece entre ambos personajes sólo es la excusa para mostrarnos su evolución respecto a sus miedos, sus defectos o sus virtudes. En realidad, la esencia de la historia es reflejar la soledad de dos personajes que tienen la suerte de encontrarse aunque las circunstancias no sean las más propicias para entablar una relación al uso.

La evolución de Ariadna es brutal y tiene como premisa una de las peores decisiones que se pueden tomar en una situación como la que arranca la historia: su hermana Iveth acaba de morir en un accidente en Escocia, donde vivía desde hacía poco con su novio Beathan. Ariadna cree que puede ocultar su fallecimiento a su madre para evitar otro golpe tan doloroso que podría volver a sumirla en la depresión de la que apenas ha salido después de la muerte de su segundo marido y padre de su hermana. Este fallo descomunal y tan reprochable como cualquier error humano la hace un personaje tan real que se hace muy natural ver cómo el resto de personajes intentan hacerle cambiar de opinión, y ella se mueve en un conflicto continuo sabiendo que se está equivocando pero sin saber cómo volver atrás una vez que ha metido pero bien la pata. Así que en este sentido no podría haberme parecido más acertado que se incluya en la trama este dilema moral porque también se refleja la coherencia de la autora.

Sin embargo, Ariadna es mucho más que sus errores. Es una protagonista muy real, una chica normal y corriente, con un trabajo sencillo y unas circunstancias personales que podríamos tener cualquiera. Sus relaciones sociales son escasas y aún así parece una situación autoelegida porque su relación con Beathan (al que va a conocer en honor a su hermana) y con Sara (su compañera y mejor amiga) son dos pilares de la historias que nos muestran dos relaciones muy sanas. Incluso hay un tercer personaje fundamental para el desarrollo de la historia una vez que se han asentado las bases de lo que será la trama y que al principio pasa bastante desapercibido. Todos ellos, a pesar de su papel de personajes secundarios, han contado con la consideración de la autora que ha sabido dotarlos de personalidad y historia personal propia más allá de la mera interacción con la protagonista femenina y que aportan una profundidad a toda la novela que es de agradecer, por lo mismo que os comentaba antes: me encanta que en las historias románticas no todo sea amor.

Por su parte, a Carlos también llegamos a conocerlo bastante bien porque cuenta con voz narradora en cuanto sale a escena tras el primer encuentro con Ariadna. No sólo asistimos a la desesperación de su situación actual de espíritu atrapado e ignorado en el mundo de los vivos, sino que también podemos conocerlo a través de recuerdos de su vida pasada, hace más de dos siglos para que podamos “ver” sus últimos meses de vida por medio de sus propias palabras. Me ha mantenido en cierto modo fascinada porque es un personaje complejo y a la vez muy simple. Me explico: tiene los ingredientes básicos de un caballero del siglo XVIII, que recuerda a personajes clásicos sacados de una novela de las hermanas Brontë. Pero al mismo tiempo, mantiene una profunda psicología respecto a la situación que le ha tocado vivir: aislado, sin poder hablar con nadie e ignorado por todos, es decir, completamente solo estando rodeado de gente. Además convive con un profundo miedo a desconectarse de nuestra realidad, un pequeño hándicap añadido de fantasma que le hace vivir en bucle sus últimos recuerdos. Todo ello lo convierte en el otro pilar fuerte de la novela que no se queda para atrás con respecto a Ariadna en cuanto a desarrollo y evolución pese a ser un personaje más “típico”, por así decirlo (el chico sobrenatural de un romance sobrenatural).

Para redondear más las emociones que desprende esta historia, en medio de toda la trama podemos ver cómo es el proceso de luto cuando se pierde a un ser querido y cómo existen muchísimas maneras de afrontarlo, unas mejores que otras. También asistimos a esa necesidad de sentirse queridos por alguien aunque hasta que no se conoce el sentimiento, es posible que no se eche en falta. Todo ello nos aporta reflexiones sobre los sentimientos y emociones muy humanas de las que ya nos avisa la propia autora en una nota explicativa antes de comenzar la novela y debo decir que, independientemente de que la trama en sí nos pueda resultar más o menos entretenida, consigue su propósito de mostrar sus propias reflexiones a través de una historia muy romántica, conmovedora y a la vez muy natural (o sobrenatural, en este caso).

Tenía mucho miedo de que debido a la extensión y la premisa tan simple, se me hiciera muy cuesta arriba o lenta, incluso pesada con muchos episodios como de relleno, pero nada más lejos de lo que me he encontrado. En ningún momento el número de páginas ha sido un problema, más bien al contrario, volaban tan rápido que me he sorprendido a mí misma devorando 100 de un tirón algunos días. Es una novela muy dinámica porque fluye bastante a través de conversaciones sin apenas aclaraciones (es decir, sin los típicos “dijo”, “pensó”, “le contestó”). Y al contrario, los párrafos narrativos son tan visuales que le dan un contexto muy real y sobre el terreno de los distintos escenarios en los que se mueven los personajes, como el castillo de Eilean Donan, el pueblo escocés de Dornie o Edimburgo, entre otros.

Al parecer, esta novela se ha gestado a lo largo de 4 años y ese trabajo queda muy bien reflejado por la historia pausada, sin prisa, que poco a poco se va desgranando, introduciendo más elementos históricos y nuevos escenarios escoceses, que demuestran que la autora controla ya sea por experiencia o por pura y dura documentación. Incluso ha tenido muy en cuenta que a pesar de tratarse de personajes protagonistas españoles, la acción transcurre en terreno británico con angloparlantes. Por si fuera poco, la novela cuenta con una edición interior preciosa, salpicada por ilustraciones muy bonitas de M. Pizarro. Como ya he comentado en alguna ocasión, parece casi injusto que algo que ha costado el esfuerzo de varios años, venga yo y me lo devore en apenas una semana, pero tratándose de mí es una señal buenísima.

Reconozco que la decisión de la puntuación oscilaba entre el 4 y el 5 y que mi mayor temor mientras leía era cómo iba a terminar esta relación con tantas barreras espaciales, temporales y físicas, así que el golpe de gracia lo dio el epílogo, que decidió la puntuación máxima al darle un sentido global incluso a los pensamientos que expresa la autora en su nota inicial. Sólo ha habido un fleco que al terminar se ha quedado un poco en el aire pero que luego pensándolo bien no podía ser más acertado porque tratándose de fantasmas y espíritus ¿quién no deja siempre un asunto sin resolver? Por mi parte es un enorme bravo por Cristina Roswell, porque estoy segura de que conseguirá que más de un@ vea la vida de una manera diferente.

En pocas palabras, esta novela me ha calado muy hondo porque me esperaba una historia de fantasía paranormal, muy romántica y de un amor imposible pero lo que me he encontrado es una trama emocional, muy reflexiva, conmovedora y con muchos puntos fuertes. Una edición muy bonita y cuidada que ayuda a disfrutar todavía mejor de esta historia entretenida a la par que sosegada y tranquila, pensada especialmente para transmitir. Así que, ya no sólo por lo que ha conseguido sorprenderme, sino que la recomendación se la merece porque la calidad narrativa de esta autora demuestra una madurez que va más allá de mostrarnos lo bonito e ideal que es el amor.

*Para terminar, muchísimas gracias a Ediciones Kiwi por el envío del ejemplar, además de la rapidez.

¿Conocíais esta novela o a su autora?

¿Os gustan las historias paranormales?